Quiéranlo o no los cada vez más reducidos grupos conservadores aferrados
al poder que les proporcionaban AD y COPEI en el infeliz puntofijismo, el
pueblo venezolano palpa logros de este proceso político que puede significar un
modelo a seguir por los revolucionarios del mundo, pero que aún debe superar
inevitables contradicciones a nivel nacional, continental y mundial.
Ese pueblo, en muchos aspectos, aletargado por el consumismo
neoliberal y su cultura massmediática, empieza a sentir los cambios propuestos
por el gobierno bolivariano, el cual acentúa sus esfuerzos en las misiones y,
particularmente, en la educación y la salud, áreas fundamentales para el
desarrollo de cualquier sociedad.
Comienzan a verse los macroproyectos ferrocarrileros, el esfuerzo
cooperativista y el apoyo a las empresas de interés social. Aumentan los salarios y es contenida la
inflación. Se hacen efectivas las
pensiones del seguro social, la atención hospitalaria, el turismo popular y
otros incentivos sociales que estimulan la autoestima y la confianza populares.
La oposición es más dispersa e improvisada y las individualidades o
agrupaciones comprometidas con el intervencionismo imperial muestran cada día,
con mayor nitidez, sus verdaderos rostros. Caen sus máscaras. Pero es
impostergable acelerar los cambios. Hemos perdido mucho tiempo. Las
elecciones serán un espaldarazo al liderazgo del Presidente porque de éste se
espera una frontal acción en contra de la corrupción oficialista y general del
país, la sinceración de las empresas mixtas que mantienen disfrazadas a las
trasnacionales, la aplicación de las leyes educativas y comunicacionales; la
enmienda de
(Continuará)
nunezsilva@hotmail.com
Barquisimeto, 19 de Julio de 2006