El desarrollo de las luchas sociales denotaba mayor organización y consciencia por parte de los trabajadores. En efecto, tanto, tanto el Partido Socialista como la Unión General de Trabajadores se habían desarrollado notoriamente. La U. G. T., que en 1900 contaba 126 secciones con 26.088 afiliados, tenía en 1904 363 accionistas y 55.817 afiliados. (Cifra que disminuyó los años siguientes hasta la gran impulsión a partir de 1910.) En las elecciones de 1901, Pablo Iglesias y Jaime Vera habían recogido 4.500 votos en Madrid, y el Partido Socialista, un total de 25.000 votos en España. En 1903, el partido Socialista tuvo 29.000 votos. En 1905, Pablo Iglesias fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid, así como Ormaechea y Largo Caballero. Setenta y cinco concejales socialistas fueron elegidos en toda España. Con anterioridad ya tenían los socialistas ocho concejales en Bilbao y varios más en la zona minera, en Asturias, Palma de Mallorca, Sitges, Benicarló, etc. En 1903, el conjunto de semanarios socialistas tenía una tirada de 35.000 ejemplares. Existían además, como diarios, Adelante, de Éibar, y La Unión Social. De Málaga.
Es digno de señalar también el Congreso que el Partido Socialista celebró en Gijón, en septiembre de 1902, con asistencia de 48 delegados que representaban a 73 agrupaciones. En él se afirmó la independencia del partido con respecto a los partidos republicanos burgueses, acordándose no obstante:
"Cuando el Comité Nacional o una o varias agrupaciones consideren indispensable una coalición general con partido radical burgués, se consultará previamente al Partido, y si los dos tercios de votantes operan en sentido afirmativo se realizará el acuerdo."
El Congreso se ocupó también de las reivindicaciones de los trabajadores agrícolas, aprobó una resolución de protesta contra la autocracia zarista rusa y eligió presidente de la Comisión Ejecutiva a Pablo Iglesias; vicepresidente, a Matías Gómez; secretario, a Francisco Mora, y vicepresidente, a García Cortés. Iglesias era ya presidente de la U. G. T., por haber sido reelegido en el VII Congreso, celebrado en mayo del mismo año en Madrid.
La coalición republicana formada en 1899 plasmó orgánicamente años después. El 25 de marzo de 1903, en una gran asamblea celebrada en el Teatro Lírico de Madrid, se selló una "unión republicana", bastante heterogénea, en que, junto a los políticos burgueses y pequeño-burgueses participaban ciertas organizaciones obreras que no se habían independizado aún de su tutela. Salmerón fue aclamado como jefe, en presencia de Azcárate, Costa, Giner de los Ríos, etc., y de 4.000 representantes. Entre las adhesiones figuraban las de 93 parlamentarios, 64 catedráticos, 67 periódicos, 650 Comités, Juntas y grupos republicanos, 80 sociedades obreras, 60 grupos de librepensadores, etc.
El republicanismo había ya adquirido mayoría de edad. Aumentaba su influencia entre la pequeña burguesía de las ciudades, entre intelectuales y empleados y también entre sectores de la burguesía industrial y comercial que estimaban que el Estado monárquico protegía tan sólo los intereses de los grandes propietarios agrarios y de los financieros de gran categoría. Buen ejemplo de esto era la enorme influencia republicana en Valencia, donde el pequeño comercio y el campesino medio pesaban mucho más que la clase obrera.
El republicanismo bebía aún en las fuentes de la Revolución francesa, en el individualismo de las declaraciones de derechos, en los temas del anticlericalismo, sin pensar demasiado en la división entre poseedores y desposeídos. Verdad es que algunas formulaciones más o menos utópicas no le eran ajenas, como lo prueba el programa de sustituir los empresarios por sindicatos obreros, expuesto por Salmerón en su conferencia en la Casa del Pueblo de Barcelona en septiembre de 1904. Y, desde luego, la cuestión de la reforma agraria era también tenida en cuenta en sus programas.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!