Cuando estoy dibujando una caricatura, evito colocar una mala palabra en sus textos. Pienso que la caricatura expresa el justo sentido de la burla que deseo comunicar y el texto solo es un adorno interpretativo. Sin embargo, los artículos se ven afectados por la pasión de un análisis que necesita una expresión sólida, eficaz y contundente. Y es que la mala palabra, representa una forma genuina de la expresión y no deja de ser un calificativo oportuno en muchos casos. Por ejemplo, yo que he sido partidario de no leer, escuchar o ver ningún medio de comunicación que participe en esta campaña mediática y fascista, me veo obligado a revisarlos. Cada mañana me veo en el penoso deber de elegir en medio de una gama de ridículos, un tema en particular para hacer una caricatura o para emitir una opinión en torno a ese suceso. Debo agradecerle a la oposición, que mi trabajo no sea arduo y mucho más a los medios, por el poco esfuerzo ocupado en tapar la ridiculez que generan estos payasos. Pero, ahora se agrega a este parapeto comunicacional fascista, una serie de correos en la web que, honestamente, compiten con las celebres novelas de Agatha Christie.
¿Recuerdan al presunto venezolano que agarraron en el aeropuerto de Gatwick, England, con una granada? Bueno, existe un correo con una supuesta noticia de la BBC, que fue supuestamente traducida por un supuesto escuálido bilingüe y que reseña a un supuesto sujeto que ya no nació en Venezuela; pero que es supuestamente de Bangladesh y que ¡por supuesto! se entrenó en un supuesto campo de entrenamiento de Bin Laden en, supuestamente, la Isla de Margarita. Cualquier escuálido o escuálida que se precie de ser uña y sucio con la más rancia escualidez, podría gritar frente a su computadora: ¡Cónfiro!. Palabra esgrimida para reprimir el clásico ¡Coño!. Pero, quien suscribe, aparte de echar una carcajada, solo atinó a expresar un ¡No me jodan!. Por que, echando a un lado la seriedad de Scotland Yard y su flemática forma de investigar, no me imagino a un agente inglés en Margarita, sudando como un coño e' madre, buscando a miembros de Al Qaeda. Estas son campañas que merecen una mala palabra. Lo mismo me pasa cuando veo a sujetos como Juan Fernández, Carlos Ortega y Carlos Fernández. Son mitómanos y con un alto grado de imaginación para las vainas malas. El problema no es que le crean, por que la gran mayoría del país saben quienes son y llegarían a hacer para volver a la palestra; el problema es que hay una minoría loca de a bola que se toma en serio este tipo de noticias y luego terminan gastando un realero en alambradas, escopetas, pistolas, cercas electrificadas y, si le aseguran que no hay chavistas, en una compañía de vigilantes.
Si uno partiera de los supuestos que la oposición esgrime, imaginen no más la que se armaría en este país. Vamos a hacer un ejercicio de inventiva periodística: Según Globovisión, murieron ajusticiados por encapuchados tres militares de Plaza Altamira. Saquemos una cuenta a lo Hearts (Amarillismo Puro). Primero: Mueren tres cabos; uno del ejército, uno de la aviación y uno de la marina. Segundo: Son cabos; es decir, menos que un suboficial y mucho menos que un oficial. Tercero: Mueren en Guatire, lejos de Plaza Altamira. Cuarto: Sujetos encapuchados en vehículos negros tipo comando (No crean que vi nada más Globovisión). Cinco: No hay Paro, PDVSA está en poder del gobierno. En fin: Chávez está allí en el poder apuntando al 2021. Seis: Mueren amarrados y amordazados. Siete: Caso Goveia.
Hasta un pendejo tiene una historia aquí. Tomemos los siete puntos uno por uno y empiecen a atar cabos:
(Análisis 01) El caso Goveia aparece en pantalla en el peor momento del paro auspiciado por los golpistas. De hecho, con un empujoncito de los Carlos, oxigena los planes fascistas.
(Análisis 02) No hay paro. Existe una derrota aplastante que la oposición no ha podido digerir y necesitan armas para la "mesa de negociación".
(Análisis 03) Igual que el caso Goveia, despierta inquietud la organización metódica de estos asesinatos. Desaparecen el día Jueves y son localizados el Domingo muy lejos de Plaza Altamira. Todo un plan sistemático que incluye dos interrogantes: ¿Qué hacían estos muchachos lejos de la seguridad que, se supone, le debían sus superiores? ¿Pudieron matarlos sin mordazas o es que estos muchachos reconocieron a sus asesinos?.
(Análisis 04) Toda guerra tiene sus bajas. Se anunciaba el atentado contra algún dirigente de la oposición. Pero nadie es tan pendejo para inmolarse en nombre de la Libertad y la Democracia; menos, si tiene algún chance a Diputado, Gobernador, Ministro o Presidente. ¿Quién o quienes son los indicados? Tres soldados que solo obedecieron ordenes superiores a cambio de dinero. ¿Se fijan como se puede hacer noticia? Y eso que no estoy graduado de periodista.
Bueno, apartando las malas palabras ¿No me van a negar que es como para ganarse el título.