Juan Bimba se para muy tempranito todos los días de su vida, si decide irse en camioneta de pasajero un día lo atracan y el otro también, entonces mejor tomar el metro, si le toca la línea 2 pues mejor armarse de muuuucha paciencia, pues el vagón suele pasar cada diez minutos si tiene suerte, pero además pueden pasar entre tres y cinco vagones para poderse montarse.
Ya por fin dentro del vagón sin aire, sin poder respirar de tanta gente, lo que escucha son quejas, mentadas de madres al gobierno, la letanía perenne de cada pasajero, por no encontrar que comer, porque lo que gana no alcanza ni para tres días y el grito unísono de que “aquí no hay gobierno”. Juan Bimba prefiere no opinar, ya varias veces ha estado a punto de ser linchado por defender su postura progobierno, solo escucha y respira profundo ante muchas incoherencias y otras tantas verdades que aunque le duela debe concientizar que mucho de lo que critican es una dura realidad.
Juan Bimba después de dos horas de espera por lograr montarse en el metro, toreando a los rateros y ladrones que abundan en él, disfrazados de mendigos, vendedores ambulantes, hasta viejitos desvalidos y embarazadas, no se vale creer en nada ni en nadie, todos son sospechosos de robar a quien se descuide, llega a su trabajo…
Juan Bimba ha visto gerentes de grandes instituciones gubernamentales ser fábricas de escuálidos y de contra revolucionarios, al maltratar, vejar, humillar a quienes están por debajo de quien lideriza, valiéndose de su posición de poder.
Juan Bimba ha visto, como llega cada Presidente de Institución sacando gente valiosa, sustituyéndolos por sus hermanos, sobrinos, primos, compadres, amigos, sin importar si tienen o no capacidad en el área donde se les coloca, su ideología política o su condición revolucionaria…y así no más, se han ido destruyendo Ministerios, Fundaciones, Misiones, Instituciones, etc, etc, etc y así no más se van sumando más y más contra revolucionarios y contrarrevolucionarias, pero no importa seguimos sucumbidos en una burbuja de sueños, pensando que todo va bien, que al gobierno no lo tumba nadie, que los Claps harán que el decepcionado vuelva a confiar, que lo del triunfo de la oposición en la Asamblea solo fue un traspiés, que mientras la figura de Chávez, el pensamiento de Chávez aparezca en cada segmento de VTV no habrá derecha que acabe con nosotros.
Juan Bimba ha visto como en 18 años se han enriquecido los llamados cuadros de izquierda, esos que se rasgaban la vestidura como líderes de la UCV en los ´80, esos que Juan Bimba bien conocía como grandes pela bolas, hoy lo ven como gallina que mira sal, rodeados de guardaespaldas y montados en grandes camionetotas, ha visto militares que de vender frutas en Inmerca después de la asonada del 04 de febrero de 1992, hoy residen en grandes mansiones en el Doral de Miami, tienen caballos de paso y se pasean fumando grandes habanos cubanos por las calles de los EEUU.
Juan Bimba además ve perplejo como el hampa se encuentra apoderada de la ciudad ante la mirada ciega de los cuerpos policiales, quienes muchas veces lejos de proteger al pueblo protegen al ladrón..
...Mientras tanto, Juan Bimba observa con tristeza y con lágrimas en los ojos, como los bachaqueros siguen haciendo de las suyas, el desabastecimiento es total, la especulación ya no se aguanta, los delincuentes pagan vacuna a los cuerpos de seguridad quienes repito, protegen al ladrón y le tiran al pueblo…
Pero Juan Bimba sigue y seguirá creyendo que un mundo mejor es posible, que el camino es la izquierda, que saltar pa´la derecha ni para coger impulso, aunque deba respirar profundo y el sueldo no le alcance ni para comerse un helado con los muchachos, sueña con que algún día podrá gritarle a Nicolás Maduro: “Esto está mal Camarada Presidente, muy mal” y cantando como Alí llega día a día a su casa: “El Pueblo es sabio y paciente” pero….
