El copetudo colorado inquilino de la Casa Blanca Donald Trump, está haciendo tangible su retórica de promesas al sentarse apenas en la mullida butaca que dejó el mulato bailarín. ¡El muro va y los vecinos del sur del Río Grande deben pagarlo! es la sentencia que firmó. Su talante nacional-fascista que nunca ocultó y que encendió pasiones a favor y en contra y el cual le dio rédito para asumir el trono estadounidense, el tipo le va a dar su praxis. Mientras tanto, ni los peludos tarifados de los Grammy del grupo Maná han cantado ni una letanía al respecto, ni toda esa servidumbre de la "comunidad latina" que siempre ha estado "pendiente solidariamente" de Venezuela no han dicho nada, ni mucho menos el jalabolas de Luis Almagro a dicho algo contundente, por miedo a lo que le dirá Trump. Están cagaos de que el copete de Donald Trump les quite el sueño americano. ¡Que se jodan los mojados y frijoleros y su pinche familia! ¿Quien coño los manda a ser pobres? debe ser el pensamiento de estos "hermanos latinos". Según ellos, calladitos se ven más bonitos. Los únicos contentos son los integrantes de la colonia de gusanos cubanos que está mas agringada que los mismos gringos y no les cae muy bien las costumbres de naco de los Don Ramones, las Doñas Florindas y los Chapulines mejicanos. No hay nadie más hipócrita y vanidosamente miserable, que un cubano mayamero. Vamos a ver que pasa, porque ya hubo un telefonazo de Peña Nieto Donald Trump, poniéndosele a la orden al Mister President, para ver si consigue un contrato de un tramo del muro. Y para que les duela más a los vecinos sureños de los gringos, casi todos los que conforman la policía fronteriza "gringa" son hijos de mexicanos indocumentados, que olvidaron sus orígenes y son vaqueros caucásicos de corazón.
Regresando a nuestra patria nos conseguimos que el vice-presidente de "nuestra hermana nación colombiana", Germán Vargas Lleras en una entrega de las poquísimas viviendas que da el gobierno colombiano a los pobres, manifestó que estas casitas no iban a ser destinadas a los venecos, como despectivamente los colombianos nos nominan. Y esos pocos venecos que se han ido a Colombia, son hijos de colombianos o nacieron en Colombia y los "asentaron" aquí y antes de que pasara esto, les avergonzaban decir que su familia era colombiana o que ellos habían nacido del otro lado. Ahora dicen otra cosa de manera circunstancial, pero es su personal decisión. Pero, lo que dijo este aspirante a presidente colombiano no es un secreto de cómo la godarria que manda en Colombia desde la traición de Santander, se manifiesta de nuestra patria, nuestros nacionales y nuestro gobierno. Venezuela y sobre todo los Gobiernos del Comandante Chávez y del Compañero Maduro, han dignificado al colombiano desplazado por la violencia de un estado y un gobierno, que tradicionalmente llena sus arcas con todo lo que es ilegal. Toda la economía Urabeña, Guajireña y Santandereña se creó y se mantiene con el contrabando de extracción e "importación" cualquier índole, hasta la trata de blancas o el tráfico de humanos. Y los gobiernos colombianos amparan esto, porque es el mayor rédito con que se financian las familias conservadoras del Valle de Aburra de Medellín y de la sabana cundimamarquesa de Bogotá. Por eso, cuando el gobierno venezolano cierra las fronteras o aumenta la seguridad en ellas, los jerarcas políticos, militares y católicos hacen uso de su retórica anti-venezolana de manera más ostensible, haciéndoles creer (con mucho éxito) a los colombianos, que no importa que pasen hambre o los maten, lo importante es odiar a sus primos venecos.
Venezuela le ha aliviado con creces y sin retorno una gran carga social a Colombia. Los millones de colombianos en nuestro país (en comparación a los pocos venecos que se han ido) que viven o laboran de manera ilegal, no generan nada al fisco y utilizan nuestros servicios básicos y de bienestar social en detrimento de la población que si cotiza. Hay enormes barrios en San Cristóbal, Caracas y sobre todo en Maracaibo que son completamente colombianos, donde un venezolano no podría vivir, donde la ocupación de la tierra, el uso ilegal de servicios y el comercio de todo lo contrabandeado, es la mísera realidad. Ahí, las autoridades venezolanas, no tienen autoridad. Y me pregunto ¿El estado venezolano no ha evaluado la gran cantidad de recursos que se invierten en los asentamientos de ilegales, que puede ser utilizado para beneficio social interno y lo que le ahorramos al gobierno Colombiano por no hacer su "labor" social? Colombia nos ha puesto un muro y bien grueso. Lo construyó en nuestras narices desde 1948 y que hoy en día y cada día le colocan un entramado más, ya que Colombia corre los alambres hacia nuestro territorio permanentemente. Un muro, que con la entrega de armas de la FARC y posiblemente el ELN, se va a engrosar aun mas, porque ahora el gobierno neogranadino, los paracos y las bases militares norteamericanas, van a estar aun mas a sus anchas para dedicarse a nuestro país.
Por eso, ya debemos dejar de tanta solidaridad a costa de nuestra seguridad. No es xenofobia ni chauvinismo. Pero, si debemos ver que si tenemos una comprometida situación de bienestar social en nuestro país ¿por qué debemos asumir esa gran carga social de Colombia, poniéndosela difícil a los venezolanos? Creo que ya es suficiente y que el gobierno neogranadino se encargue de sus compatriotas, porque se la estamos poniendo fácil a un gobierno que está en permanente asalto al nuestro. El Gobierno Nacional debe acentuar los parámetros existentes para la entrada de extranjeros y de contrabando y la salida de los recursos en nuestra frontera, ya que si todas las naciones y todos los gobiernos a nuestro alrededor lo hacen, ¿Por qué coño nosotros no?
Nuestras FANB deben afincarse en cada metro de frontera. ¡Ya basta de tener una frontera tan permeable y permisiva que consiente que el enemigo lo tengamos dentro y siga entrando! ¡Ya basta de asentamientos en nuestro territorio patrio, donde la ley nacional no impera! ¡No más muro colombiano en suelo venezolano!
