Gobierno "socialista" de Maduro

"La utopía criolla hará sus propios caminos, diseñará sus propias metas. La tentativa utópica se quiere iniciadora, inaugural, diferente por opuesta a mundo conocido y por rechazo a entumecidas tradiciones. La necesidad de sentir bien la diferencia que hay entre adoptar y adaptar, para no desechar lo que pueda ser útil y para no errar en las aplicaciones. La instrucción pública en el siglo XXI pide mucho conocimiento, que el interés general está clamando por una reforma y que Venezuela está llamada por las circunstancias a emprenderla, atrevida paradoja parecerá… no importa… los acontecimientos irán probando que es una verdad muy obvia: Venezuela no debe imitar servilmente sino ser original".

Ya pasaron trece años desde que el Comandante Chávez dejó de jugar un rol activo, ¡todo un período histórico, pletórico de grandes acontecimientos venezolanas! Durante este lapso, el "chavismo", en el sentido formal de la palabra, se dividió en dos alas: "el chavismo" y "el madurismo", la ideología oficial y la práctica de la burocracia madurista parasitaría, y el socialismo revolucionario, al que sus adversarios llaman "chavismo crítico". Todos los acontecimientos pasaron por estos dos "filtros" teóricos. El madurismo, sin embargo, se siente con derecho —el derecho de un subjetivista y no de un socialista— a ignorar el desarrollo ideológico real que se expresa en la batalla implacable de estas dos tendencias. El problema está en que el madurismo trata de adaptar su crítica a la "doctrina" oficial. Trata de expresar sus ideas revolucionarias a través de "amistosas sugerencias" sobre lugares comunes y banalidades pacifistas y social-fascistas. Quiere convencer al pueblo de sus buenas intenciones y de las ventajas del socialismo diluido (o centrismo) sobre el oportunismo directo. Pero la tarea de los revolucionarios no consiste en educar a los "bachacos" en socialista — ¡ya son un caso perdido!— sino en educar a los trabajadores en el espíritu de la oposición intransigente a la burocracia.

Las mentiras oficiales de la burocracia madurista cambian año tras año, reflejando las distintas etapas de su encumbramiento. Las sucesiones capas de mentiras provocaron un caos extraordinario en la ideología oficial. Ayer la burocracia dijo algo distinto que antes de ayer, y hoy dice algo diferente que ayer.

¿Por qué Burocratismo? ¿De qué otra manera se podía establecer un juicio en esas circunstancias? ¿O en realidad el madurismo pretende que el pueblo no tiene que osar examinar los problemas del movimiento PUSV? En esta oportunidad la acusación de burocratismo es la calumnia de una camarilla sectaria a la que no le interesa el socialismo, ni la experiencia colectiva del pueblo, ni la autoridad de los congresos comunitarios.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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