No habiendo hecho nuestros medios de comunicación otra cosa que reproducir las doctrinas anteriores, cercenándolas muchas veces, no puede llamárseles sediciosa, sin que también se dé este título a las obras del Comandante Chávez; y sin que también se ofenda la enseñanza pública de nuestras Universidades, donde se profundizan las materias con el estudio privados de los publicistas.
¿Y se puede llamar sedicioso en Venezuela lo que se escribe y se lee en las "democracias" del Viejo Mundo, al pie de las Asambleas, donde los diputados, donde los presidentes pretenden mandar en absoluto, donde no hay pensamiento gobernado ni más ley fundamental que la voluntad caprichosa de un político déspota? ¿Y se puede llamar sedicioso en Venezuela lo que la prensa publican en USA, en Alemania, en España, en Francia, en Italia, en Suecia, etc., y algunos países de nuestra América?
No es la libertad de imprenta la que ha traído la miseria a nuestro pueblo, ni la que los ha abrumado con el peso del petróleo de insoportables contribuciones. No es la libertad de imprenta la que ha producido en todo el espacio de nuestro Continente ese malestar horrible, ese descontento general, esa efervescencia temible por cierto, hijos todos de las malas leyes, de la ponderosa tiranía económica que se ha ejercido impune y con desprecio de nuestro pueblo. No es, por fin, la libertad de imprenta la que ha causado los males de que se queja el Ejecutivo, sino el Ejecutivo mismo, no tocando a los medios de comunicación otra función en tan horrenda crisis, que revelar con sinceridad al mundo entero, los excesos del poder.
La ambición es su crimen; su vocación es el amaño; gobierna por medio del cohecho, y sus manejos culpables serán su confusión y su vergüenza; se ha presentado en la palestra política sin pudor y sin freno; ha salido campeando, pero se acerca el día de la justicia y muy luego tendrá que devolver lo que ha ganado y acabar en un lugar solitario en que pueda blasfemar a su salvo, porque el arrepentimiento no es una virtud que puede tener cabida en sus entrañas.
Terminemos: la circular que hasta ahora nos ha ocupado, tan descollante en inepcias y falsedades, revela bien el mal estado de la causa del Gobierno. Producciones de esta especie son las que nos desacreditan en el interior y en el exterior; y todavía nos extenderemos más, gobiernos de esta especie, que en lugar de fomentar la riqueza nacional y el desarrollo industrial; en lugar de organizar el trabajo, disminuir el pauperismo, depurar las costumbres, procurar el bien y ofrecer estímulos para buscar colocación a nuestros productos interviniendo de una manera protectora, suave y paternal en el auxilio y fomento de nuestra mejora material, se ponen a gastar el tiempo a tontas y locas en circulares, dejando por otra parte caer una mano dura, meticulosa e injusta que todo lo esteriliza y destruye; un gobierno de esta especie que en las graves dificultades presentes disipa el tiempo en favorecinistas, periódicos que paga el Estado, a la vez que otros cruzan los pueblos distantes en realización de planes eleccionarios; que hace salir su periódico oficial semanal sin siquiera una resolución en ningún ramo de la administración; ni que cuida de otra cosa que de procurarse grandes sueldos y perpetuos destinos, es, Sí, lo que nos desacredita completamente en el interior y en el exterior.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!