¿Dónde están las tecnologías de empoderamiento y participación?

TIC-TAP-TEP representa una terna de términos de moda para referirse a tecnologías vinculadas al internet. La mayor parte de nosotros sabe que las TIC son las Tecnologías de Información y Comunicación, pero pocos sabemos de las otras dos denominaciones. Dentro de las TIC tenemos las Tecnologías de Aprendizaje y Conocimiento (TAC) y las Tecnologías de Empoderamiento y Participación (TEP). En este artículo presentamos algunas reflexiones relacionadas con la necesidad histórica de impulsar las TEP como elemento clave para concretar un verdadero proyecto revolucionario.

El conjunto global de las TIC da cuenta fundamentalmente de herramientas como WhatsApp, Facebook o Twitter que nos permiten conformar redes sociales; herramientas como los manejadores de correo electrónico y las nubes de datos que nos permite almacenar y comunicar información de una manera eficiente; y los blogs y portales que nos permiten comunicarnos de una manera más estructurada donde se incorporan sistemas de información. Aparte de las TIC, las TAC cuentan con herramientas propias que permiten facilitar la enseñanza en línea con las llamadas MOOC (acrónimo en inglés de Massive Open Online Course) o COMA en español (Curso Online Masivo Abierto). Otras herramientas propias del mundo TAC son los tutores en línea que permiten la conexión práctica entre maestros y aprendices. Ahora cabe preguntarse lo que plantea el título: "¿Dónde están las Tecnologías de Empoderamiento y Participación?" Es decir, ¿cuáles son las herramientas propias, aparte de las que forman parte del mundo global de TIC?

Este artículo no pretende dar respuesta a esas preguntas y, por el contrario, lo que se busca es que comencemos a escudriñar en la posibilidad concreta de generar estas herramientas específicas o de recoger información de herramientas ya desarrolladas que este servidor desconozca.

Para empezar, desglosemos el acrónimo TEP. El término "tecnología" da cuenta de cualquier estrategia que desarrollemos los humanos para facilitar la realización de nuestras actividades. En este sentido, podemos hablar de tecnologías blandas y duras. Si examinamos un servicio como el de Twitter, encontramos que para que se pueda efectuar esa forma de comunicación es necesario contar con una compleja tecnología de procesamiento computacional, almacenamiento de datos y telecomunicaciones satelitales. Sin embargo, de poco serviría este aparataje (tecnología dura) si el pueblo no asimila la posibilidad de explotarlo para atender los intereses individuales y colectivos. Es decir, parte de la eficacia de una herramienta tecnológica radica en su popularidad y en su uso masivo. El incremento popular del uso involucra un cambio cultural y se puede precisar que el surgimiento de estas herramientas puede contribuir de manera significativa a la aparición de verdaderas revoluciones culturales.

El acrónimo continúa con la palabra "empoderamiento." Si bien esta palabra no aparece registrada en el DRAE, todos entendemos su significado como "incremento de poder." En este caso creo que está implícito el hecho de que se trata del incremento de poder del pueblo en general, dado que las TIC han sido concebidas para proveer servicios a la población internauta mundial. Es interesante destacar que, en principio, el internet no genera ninguna forma de discriminación de la población y que "todos somos igualmente pueblo." De manera que las TEP están concebidas para darle poder al pueblo y por lo tanto las TEP se convierten en instrumentos claves para la democracia, entendiendo a ésta en su sentido amplio como "demo"= todos y "cracia" = poder.

El término "participación" forma parte de ese "empoderamiento." No es posible tener niveles crecientes de democracia sin tener el carácter participativo y verdaderamente protagónico del pueblo. Sin embargo, no está de más enfatizar en la necesidad de tener tecnologías que no sólo permitan la participación, sino que la estimulen.

En criterio de este servidor, la esencia de la acción revolucionaria radica en el crecimiento continuo del poder popular y en ese sentido las TEP han de ser las herramientas para emprender la próxima y definitiva revolución. Para ello, es conveniente precisar cuáles son los componentes fundamentales de ese poder y reflexionar en consecuencia cómo pueden desarrollarse tecnologías para atender cada componente. Estos componentes son:

  1. Información,

  2. Conocimiento,

  3. Consciencia,

  4. Participación,

  5. Organización,

  6. Influencia, y

  7. Soberanía.

Nótese que esa lista ordenada parte de la información. Mucho se ha dicho que información es poder y se supone que el soberano pueblo debe tener la mayor claridad posible sobre lo que ocurre en la sociedad. Por ejemplo, el pueblo venezolano debería saber con precisión quienes reciben dólares preferenciales, cuáles son los montos recibidos y con qué fines sociales los mismos son entregados. Esta información podría ser aprovechada por el pueblo para determinar los productos que deberían adquirirse a precios de dólar preferencial. No obstante la información se maneja de manera nada transparente con fines arteros. Así como esta información, el pueblo debería saber los precios y volúmenes de producción y distribución en la cadena de comercialización de los rubros de interés. De esta manera el propio pueblo pudiese tener claridad de los problemas de desabastecimiento, acaparamiento, especulación y usura. En general, el pueblo como supuesto soberano debería contar con cualquier información que requiera.

Más allá de la información, el pueblo puede adquirir el poder vinculado al conocimiento. Hoy por hoy existen tecnologías (técnicas y herramientas) dirigidas a extraer conocimiento a partir de las bases de datos. La idea es la de identificar patrones dentro de los datos que nos permiten tener mayor entendimiento de lo que ocurre en la realidad. Este conocimiento extraído de los datos combinado con el saber que el pueblo haya desarrollado conforma una base de recomendaciones para que el pueblo pueda tener más posibilidades de acción sobre el devenir social.

La información y el conocimiento sobre la realidad son elementos claves para la conformación de la consciencia. La consciencia la entiendo como la claridad que tenemos como individuos o como sociedades de nuestras realidades y la voluntad de participar en acciones que nos permitan tener una mejor realidad. De manera que la consciencia es un puente entre el conocimiento y la participación.

La participación social se ha convertido en un gran problema en los tiempos presentes. Cada individuo es parte de sociedades de distintos contextos. El problema del pavimentado de la calle donde vivo tiene un alcance comunitario; el de transporte público, un carácter citadino; el de la contaminación del río Chama es de carácter regional; el de desabastecimiento, de carácter nacional y la amenaza de una hecatombe, de carácter mundial. Obsérvese cómo cada contexto representa una aldea o comuna de intereses colectivos. Así, tiene sentido hablar de aldea o comuna mundial, nacional, reginonal,…

En cada contexto el pueblo debería tener la posibilidad de participar para contribuir a la solución de los problemas y para ejercer su soberanía. Sin embargo, la realidad abruma y la posibilidad de que el pueblo pueda influir sobre los distintos entornos tiende en general a disminuir. La única posibilidad de que esta tendencia se revierta reside en la posibilidad de contar con la tecnología para alcanzar la requerida participación.

Tímidamente, esa participación se viene dando de forma demasiado espontánea. Organizaciones como Avaaz se encarguen de desarrollar campañas para que se generen denuncias y para que el pueblo manifieste su posición ante distintas situaciones. Asimismo el Twitter se ha convertido en un medio para esa participación poco estructurada. De cualquier forma, esos instrumentos han servido para impulsar los denominados movimientos sociales en red. Dentro de los mismos destaco los movimientos denominados "Occupy Wall Street", "Democracy", "ObamaDerogaElDecretoYa", y "SOSVenezuela" que entremezclaron acciones en el mundo virtual y el real y que alguna significación tuvieron en la realidad de cada contexto. Sin embargo, todas estas iniciativas de participación han tenido deficiencias en su organización para ser más contundentes.

Cuando hablamos de organización pensamos en un conjunto de personas que nos ponemos de acuerdo para determinado fin. Si el fin es el de generar alguna "bullita" en la sociedad, pues movimientos como los anteriormente señalados serían suficientes. Sin embargo, creo que los humanos podemos plantearnos fines más trascendentes. Creo que el pueblo de cada contexto puede plantearse el fin de "Alcanzar niveles crecientes de control sobre el devenir social". Al hacerlo, se estaría ejerciendo influencia y soberanía, los dos más altos referentes de la escala de poder popular.

En cada contexto, el pueblo organizado puede ejercer su soberanía e influir sobre su realidad con el objeto de maximizar la felicidad del pueblo mismo. De modo que un elemento clave en relación con la intención de empoderar al pueblo radica en ofrecer herramientas que faciliten la coordinación de las actividades de la población y que permitan la participación colectiva de individuos de cualquier alcance de aldea o comuna.

La esencia de toda organización está en su fin y en las actividades que se realizan para alcanzar ese fin. Dentro de ellas, hay actividades esenciales y de apoyo. Si se tiene el propósito de "Alcanzar niveles crecientes de control sobre el devenir social", el pueblo debe realizar actividades para incrementar progresivamente los niveles de información, conocimiento, consciencia, participación, organización, influencia, y soberanía del pueblo mismo. Dentro de las actividades populares directas están las denuncias, demandas, boicots, cayapas y movilizaciones; además de las referentes a investigación-acción y consolidación de la Plataforma Tecnológica para el Empoderamiento y Participación.

Dentro de las actividades de apoyo están las referentes a la realización de las Reuniones o Asambleas Virtuales. El pueblo tendrá poder en la medida que pueda decidir de manera autónoma y esto implica que pueda llevar adelante discusiones bien articuladas que formen parte de una agenda y que conduzcan a decisiones. La forma como se maneje tal participación debe ser definida por el pueblo mismo, pero lo cierto es que se necesita pensar en la forma de ofrecerle a la población instrumentos tecnológicos dirigidos a coordinar las Asambleas Virtuales. Es claro que no tendremos ningún estadio que esté en capacidad de albergar a todos los venezolanos interesados en participar en la definición de políticas para enfrentar el tema de desabastecimiento, por mencionar un ejemplo, pero no hay duda que en el mundo virtual todos cabemos por igual.

Es cierto que las redes sociales han servido como medio virtual para establecer comunicaciones multidireccionales. Ahora hace falta pensar en ordenar el caos mediante la creación de plataformas que apunten al empoderamiento creciente de nuestra población. Creo que el paso inicial debe ser el de establecer un portal para el empoderamiento. ¿Tiene alguien alguna propuesta de cómo concretar esto? Ojalá que este artículo llegue a buenos lectores, vale decir, a aquellos que puedan dar algún aporte en esta discusión.

 



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Felipe Pachano Azuaje

Profesor de la Universidad de los Andes

 pachano@gmail.com

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