A propósito de Manuel Rosales, llamado por muchos “e´r gobernador de gobernadores” y por Pedro Carmona, el representante público de los gobernadores involucrados en el golpe de estado de 11ª; neoadeco, pero adeco al fin hasta la muerte, para hacerle honor a su divisa; separatista para hacer del Zulia una colonia del imperio, traidor a la patria y cobarde porque no tiene valentía para aceptar su responsabilidad en la desestabilización del país, le queda grande ser candidato a la Presidencia de la República.
En mi opinión está inhabilitado para el ejercicio de ese cargo, a menos que la oposición piense que solo le quedan bufones o cobardes para confrontar a Chávez. Es improbable que
pueda medirse con nuestro máximo líder en elecciones por varias razones: Chávez fue valiente para asumir la responsabilidad de la intentona golpista del 4F, dijo: Por ahora no se logró el objetivo, estuvo preso por causa de sus acciones y salió en hombros del soberano; Rosales, por el contrario le importa un comino su participación y responsabilidad en el golpe de 11ª, no ha ido preso por firmar un proclama que desconoció todo el estado de derecho y obviamente se escondió bajo las faldas acomodadas de la famosa sentencia del TSJ sobre el “Vacío de Poder”, como un niñito asustado y dijo: “Yo no fui”, así la televisión mostrara en vivo y directo su adhesión al golpe.
Chávez ha defendido la soberanía nacional y la integración latinoamericana aún a costa de ganarse la enemistad de imperio mas poderoso del mundo. Rosales se arrastra ante el gobierno norteamericano y defiende incondicionalmente la separación territorial de su estado del territorio venezolano, llegando incluso a aceptar la propuesta de la creación de la república independiente del zulia. Como puede ser candidato presidencial quién públicamente desconoce a Venezuela como su patria. Estas pretensiones marcan otra profunda diferencia con el candidato presidente, quién es un buen conocedor de las raíces históricas, ancestrales y culturales del venezolano, el cual jamás convertiría el orgullo de la zulianidad, en el oprobio del neocolonialismo.
Por último, el candidato presidente, sabe, conoce, entiende, comprende, desglosa, analiza los problemas y crea soluciones, en un parto cíclico e interminable de ideas, mientras que. “e´r candidato unitario” le falta originalidad y conocimiento para convertirse en un buen creativo, está acostumbrado a la chuleta, a copiarse en los exámenes, a plagiarse las misiones, sin entender que nunca segundas partes fueron buenas Ahora bien, esa capacidad intelectual del Presidente es genética y no se puede copiar, a riesgo de ver nacer algo amorfo, no definido, como así ha sido la decisión del CNE, de violar la Constitución para permitir que Manuel Rosales, gobernador del Zulia, además de: traidor a la patria, golpista, cobarde, separatista y adeco, pueda ser candidato presidencial. Bien dice el dicho, “no tiene la culpa el ciego, sino quién le da el garrote”.