Por ti, Venezuela, mi Patria amada, lloran en el silencio de la noche, donde el terror y la impotencia se confunden entre las sombras. Lloran, sin lágrimas, con ese llanto quedo de un 27F o un 12A, abrumados por el sonido de muerte que cobija tu seno. Como pudo ser?; Cuando sucedió?

Nuevamente te profanan, ahora botas extranjeras, mercenarios de guerra, paramilitares colombianos y centroamericanos, introducidos por la basura política de siempre, que se cree dueña de este país, acompañando un grupo de hombres y mujeres venezolanos, que te desconocen, no saben de tu hondo grito, no entienden la lucha de un pueblo que juró ser libre, no permitir jamás que ocurra otro caracazo…

Esos jóvenes, te ultrajan y mancillan tu esencia libertaria, piden que te violen, te invadan, te aíslen, te pisoteen, todo en nombre de la libertad que da el tenerlo todo: casa, carros, universidades públicas y gratuitas para estudiar, que por cierto yo y muchos como yo pagamos, dinero para gastar en discotecas, viajes, centros comerciales, conciertos de alto calibre, drogas y todo lo que el dinero puede comprar. Que les importa quién te posee?; que les importa quién te desangre?; bajo la comodidad de sus lujos el pueblo no tiene cabida, ni siquiera sus padres, en el caso de aquellos que se sacrificaron para que ellos subieran un peldaño en la escala social.

En su mundo de caprichos, desde Miami, Londres, París, o el este del este de cada ciudad venezolana, oigo las palabras huecas de tus depredadores, libertad, democracia, derechos humanos, equidad, y justicia, parecen bombas inteligentes, abusando de la mía. Ellos piensan que tienen el derecho a llenarte de vergüenzas ante el mundo, con sus pancartas y llamados de “auxilio”, soy joven, estudiante, profesional, guarimbero, hoy te violento para mañana poder gozarte.

Yo soy, yo tengo, yo puedo, yo, yo, yo y mil veces yo, los demás pregúntenme si me importa, quiero dólar libre, precios libre, mercado libre, desnúdate país y dámelo todo, porque tengo derecho. Vienen por ti Venezuela. Quién da más?, Uribe?; Obama?. Piensa que pueden venderte al mejor postor, verdad Capriles?; Leopoldo?; Ledezma?.

Y el pueblo que?, los ocho millones de Chavistas que?, donde quedamos en esta venta de la Patria?, nos desaparecemos, nos invisibilizamos nuevamente, nos morimos todos para la felicidad de ustedes?. Es la omnipresente confrontación por el derecho de ser, de existir, de pensar de millones de seres humanos, contra el derecho de tener, de robar, de matar de unos pocos, una lucha milenaria como la corriente del río y las piedras que lo contienen.

Con todo los errores que pudo haber tenido la Revolución Bolivariana todos estos años, nos habló a mi, a ti juan pablera y a todos aquéllos soñadores, que sin tener nada, lo apostamos todo para construir, junto a Chávez, un mundo posible, donde la riqueza del país fuese mejor distribuida: vivienda, salud, educación, cultura, deportes, arte, alimentación y, sobretodo, una Patria libre y soberana. Son nuestras conquistas, las ganamos a sangre y fuego, dejando muchos muertos a la orilla del camino, sin quitarle nada a nadie. Hicimos de un mundo posible, una realidad, ese es nuestro legado y los derechos que defendemos. El nosotros por encima de yo.

Hoy abogo por un país más justo, donde reine la justicia social y la dignificación de los que nada tienen como quería mi Comandante Invicto y Presidente Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, este Gigante de la Patria, vilipendiado y odiado por unos cuantos, pero amado por millones de venezolanos que nos encontramos con él un 4 de febrero de 1992. Doy gracias a Dios por haber convivido en el mismo tiempo y espacio de ese enviado de luz que fuera consumido en vida por su lucha incansable por sus creencias y las nuestras. Estoy segura que en este nuevo horizonte que avizoramos los venezolanos podremos consolidar ese sueño y lograr que cesen los odios entre compatriotas y quienes se han apartado de los caminos de paz se unan a nosotros para continuar teniendo Patria.

Por ultima pregunto, a quiénes hoy, como ayer, agreden a Venezuela, ¿cuántos muertos más necesitan para que conquistemos el derecho de vivir en Paz?.