Ningún venezolano intelectualmente honesto puede negar que la marcha de la Revolución no sea un paso adelante en la busca de tiempos mejores, hacia el socialismo, son y siguen siendo confirmados por los acontecimientos. Esto es lo hace fuerte a la Revolución. Sin duda los imperialistas se esforzaran por atraernos hacia su influencia, para luego explotarnos y esclavizarnos completamente. Todos tenemos derecho a la vida; pero que el pobre ha sido despojado de este derecho cuando sólo vive a merced de lo que el rico quiera darle. Y el capitalista guarda mil y da uno, y este casi siempre por cálculo, puesto que no es dinero perdido, sino que le sirve para la conservación de la materia explotada.
Cuando se lucha, las privaciones materiales son inevitables. Capitular ante el imperialismo significaría entregarles el país y condenarnos a la decadencia y la extinción. Por supuesto, que los decepcionados se caven su propia tumba; la Revolución está más fuerte que nunca, el pueblo síganla apoyándola notoriamente. De todos modos, ningún revolucionario pensarías en utilizar cómo vara paras medir la marcha de la historia a los "traidores" que no entienden el proceso que está en marcha. A los intelectuales confundidos; a los artistas "mayameros", a los profesionales defensores del sagrado dividendo, a los desilusionados, a los escépticos defraudados y a los intelectuales tarifados que militan en las filas del oposicionismo y del imperialismo. Vosotros estáis vencidos están condenados. Más, por desgracia, aún late en el mundo, aún no ha muerto la fuerza de la vida… Esa fuerza es el poder de los dólares.
Pero esto no significa que el oposicionismo se manifiesta de la misma manera en todos los sectores; algunos son los conductores otros sus víctimas. En nuestro país las banderas de la "democracia" ocultan la hegemonía de la minoría privilegiada sobre la mayoría oprimida. El fascismo es la expresión de la desesperación de las castas pequeño-burguesas, y de la dependencia más servil del imperialismo, que también quiere arrastrarnos consigo al abismo. Por supuesto, una oportuna acción revolucionaria podrá paralizar el trabajo rapaz del imperialismo y tenemos que transformar el problema en una pura abstracción; pero tenemos que mirar cara a cara la realidad.
Para garantizar la paz no podemos permitir que el imperialismo se instale en nuestra patria tenemos que impedirlo, ya que es una nueva máscara que adopta el imperialismo "democrático" para volver a apoderarse del petróleo y todas nuestra riquezas. No podemos permitirlo, tenemos que oponernos irreconciliablemente a los designios del imperialismo y esto sólo lo puede lograr la Revolución, para prepararlo tenemos que unirnos en un solo ejército revolucionario.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!