Los dirigentes de la oposición una vez demuestran ser unos rolitrancos de pajúos jugando al ajedrez político; mientras el presidente Nicolás Maduro demuestra todo lo contrario, con su última jugada que debo catalogarla como magnífica al propinarle un jaque a la oposición y a sus compinches en el extranjero; que si se descuidan pudieran sufrir un jaque mate en próximas jugadas.
Veamos el tablero: Por un lado, el presidente Maduro cuenta con el apoyo de los poderes judicial y ciudadano, así como un enorme pueblo movilizado, un poderoso partido (PSUV) al frente y una Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en la retaguardia. Mientras la oposición cuenta con el poder legislativo y el apoyo del Departamento de Estado de EEUU, algunos gobiernos de derecha en la región, del secretario general de la OEA y una fuerza mediática nacional e internacional considerable; pero con una gran debilidad, carece de gente movilizada al frente y sin retaguardia.
Veamos la posición de las piezas en dicho tablero: Las del presidente Maduro se encuentran articuladas y apoyadas entre sí, con los poderes judicial y ciudadano en medio de la batalla, el PSUV con el pueblo en la calle y la FANB resguardando los edificios públicos. Mientras que las de la oposición se encuentran gravemente disminuidas con un poder legislativo en desacato continuado con los diputados de derecha acusados de traidores a la Patria, el Departamento de Estado norteamericano descontextualizado de nuestra realidad nacional, los gobiernos de derecha encarando enormes protestas en sus países, la OEA totalmente desprestigiada y los medios mercantiles jugando adelantado.
Veamos ahora las diez (10) jugadas que desembocaron en el jaque que dio el presidente Maduro a la oposición:
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Empecemos con Expo Venezuela Potencia 2017 donde la asistencia fue masiva y la participación de 481 empresarios fue lucida; cerrando el presidente Maduro la jornada otorgando 810 créditos por 25 millones dólares y más de 12 mil millones de bolívares.
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En la OEA, la derecha nacional e internacional sufre otra derrota anunciada, por culpa de una apátrida solicitud del poder legislativo venezolano.
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De inmediato el pueblo venezolano, movilizado en grande, se manifiesta rechazando a la OEA y al imperialismo norteamericano.
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De seguida, una sentencia de la sala constitucional del TSJ pronunciándose ajustado a derecho, por el allanamiento de la inmunidad parlamentaria de los traidores de la Patria (un error político que a mi entender comete el TSJ, al darle oxígeno a la oposición); mientras el presidente Maduro observa y no comenta.
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Surge luego otra sentencia de la sala constitucional, asumiendo las atribuciones del poder legislativo (otro error político, al darle más oxígeno a la oposición); mientras el presidente Maduro sigue observando sin emitir comentario alguno.
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Julio Borges, acompañado por un grupo de diputados de derecha, montan un show en las escaleras del hemiciclo, rompiendo Borges ambas sentencias frente a las cámaras; inmediatamente viajan al exterior un gran número de ellos buscando apoyo para intervenir nuestro país.
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Las manifestaciones de protesta en las calles, convocadas por la oposición, son muy tímidas y escuálidas.
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La Fiscalía que forma parte del poder ciudadano, anuncia que "las sentencias del TSJ rompen el hilo constitucional"; sin esgrimir argumentos políticos ni jurídicos.
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La derecha nacional e internacional montan fiesta con este anuncio y repiten, cual loros, que hay un golpe de Estado contra el poder legislativo; saliendo el secretario general de la OEA a convocar de urgencia, el Consejo Permanente para de nuevo solicitar la aplicación de la Carta Interamericana.
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El presidente Maduro informa sobre la discrepancia que existe entre los poderes ciudadanos y judicial, convocando al Consejo de Defensa dela Nación para mediar entre ambos; de donde surge un acuerdo exhortando al TSJ a revisar ambas sentencias, sin dar elementos de cualquier tipo que pudieran conducir a la corrección.
Viene ahora el jaque: el presidente Maduro logra persuadir a la sala constitucional, a suprimir partes de las sentencias devolviendo las atribuciones al poder legislativo; es decir, se corrige el error político cometido, dejando con los crespos hechos a la oposición y a la derecha internacional, quienes se preparaban para montar una gran fiesta (la intervención en Venezuela).