La defensa de los derechos democráticos en la actual situación de Venezuela se nos presenta como vital. Día a día somos testigos de la violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. La cúpula política aglutinada en la MUD y el PSUV la manosean y prostituyen a su antojo.
Pero vale decir que el papel que ha cumplido el Tribunal Supremo de Justicia en esta etapa, en la que el gobierno cada vez más profundiza su carácter autoritarista, es el de ser el principal ente con el que se pretende legitimar decisiones que van en franca contradicción con la CRBV. Solo estos últimos días hemos sido testigos de asombrosas decisiones que van definiendo el nuevo régimen político que pretende imponer el gobierno de Maduro con la complicidad de la oposición de Derecha.
Con el argumento del ya tristemente célebre "desacato" de los cuatro parlamentarios del estado Amazonas, se atenta contra las claves más importantes conquistadas por el pueblo bolivariano durante el proceso revolucionario. Es decir, en este juego perverso la MUD pone en bandeja de plata el "desacato" necesario para que sea el mismo gobierno quien destruya todo el proceso histórico y de lucha de quienes los elegimos para profundizar lo que se sintetizó después del proceso constituyente en la CRBV.
Este gobierno elegido por los venezolanos que apostamos por la transformación, que apostamos por un gobierno que avanzara hacia más democracia y no menos, ha tenido el desatino de gobernar por más de un año bajo un infinitamente prorrogable Estado de Excepción. Es decir, a los venezolanos no nada más nos faltan los alimentos, las medicinas, sino que también adolecemos de garantías constitucionales y de libertades democráticas. La crisis se hace cada vez más insoportable e insostenible en los hombros de quienes hemos apostado y luchado por tener un gobierno que esté del lado de los oprimidos y no que sea parte de los opresores.
El "desacato" entonces es funcional al nuevo régimen político que pretende implantar el gobierno de Maduro. Entre otras barbaridades, ha permitido que el TSJ ordene al Presidente Nicolás Maduro "evaluar el comportamiento de las organizaciones internacionales a las cuales pertenece la República", "tomar las medidas que considere necesarias para evitar un estado de conmoción" y ordena "revisar diversas leyes que permitan conjurar los graves riesgos que amenazan la estabilidad democrática y aseguren la gobernabilidad del país". A voz de los magistrados del TSJ, "en el marco del Estado de Excepción y ante el desacato y omisión legislativa continuada por parte de la Asamblea Nacional, ordena al Presidente de la República, revisar excepcionalmente la legislación sustantiva y adjetiva (incluyendo la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, la Ley Contra la Corrupción, el Código Penal, el Código Orgánico Procesal Penal y el Código de Justicia Militar, que permita conjurar los graves riesgos que amenazan la estabilidad democrática, la convivencia pacífica y los derechos de las venezolanas y los venezolanos; todo ello de conformidad con la Ley Orgánica Sobre Estados de Excepción vigente".
Otro de las graves violaciones al Estado de Derecho en Venezuela que se cometen bajo el comodín del "desacato" es la innegable al Artículo 150 de la CRBV y del 33 de la Ley de Hidrocarburos a través de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia que da luz verde para la conformación de empresas mixtas sin pasar por el control de la AN, y además autoriza la prerrogativa de modificar el capital accionario de empresas mixtas ya conformadas sin tampoco ir a la AN. Es decir que estamos ante un gobierno que a dedo, entre otras cosas, puede crear empresas mixtas sin necesidad de ir a procesos de licitación.
A estas alturas del perverso juego del desacato, tenemos un país sin Asamblea Nacional, sin diputados, con un presidente con supra poderes con la prerrogativa de entregarle a la burguesía nacional y transnacional todas las empresas recuperadas y /o nacionalizadas sin más restricciones que los mismos negocios impongan. Todo en un permanente Estado de excepción que intenta sembrar terror para desmovilizar este pueblo que ha parido revoluciones. Es decir, que se ha liquidado toda garantía del derecho constitucional.
Las preguntas asaltan al ciudadano común, quien termina siendo la víctima directa de la relación amor-odio de las cúpulas políticas aglutinadas y cada vez más incomodas dentro de la MUD y del Gobierno-PSUV. ¿Se evidencia cada vez más un pacto en el que sectores tanto de la MUD y del PSUV van ganando un terreno para negociar una salida sin traumas y en el que ambos buscan una oposición acomodaticia? ¿Por un lado el gobierno busca esa oposición que le es necesaria para caminar hacia el modelo de elecciones a lo nicaragüense y la MUD, un contrincante-gobierno que le permita acomodarse en el Poder? ¿Cual es la tendencia interna que apuesta y presiona para avanzar en el carácter autoritarista del gobierno? ¿Pierde terreno el sector que le arrimaba a que se hicieran las elecciones este mismo año?
Desacato y Carta Democrática
Al parecer estamos en presencia de la ruptura de los términos del pacto MUD-PSUV. Por ello el sector de la oposición que pensó ingenuamente que irían a un proceso electoral ahora se ve obligado a plegarse al sector que decidió presionar a través de la OEA. Es por ello que la oposición hoy no hace nada que exprese que su prioridad es la verdadera democracia y mucho menos la de carácter participativo y protagónico.
El desacato que se desencadena por cuatro diputados de la MUD del estado Amazonas, les ha bastado a ambas cúpulas para llevar al país a un callejón sin salida. Si la oposición privilegiara por la democracia saldría del desacato sin miramientos, Si el gobierno privilegiara por la democracia no anularía todo el parlamento por cuatro diputados del estado que menos votantes tiene, es decir, sin miramientos los anularía e inhabilitaría a los cuatro que incurrieron en la violación de la ley, No a toda la asamblea elegida por millones de venezolanos.
Lo que tenemos hoy es un verdadero callejón sin salida. Por un lado tenemos un TSJ como brazo ejecutor de un gobierno que configura u nuevo régimen político de carácter autoritarista y que está en una política de capitalismo clásico y con características neoliberales y que se esconde detrás del trapo rojo de Chávez. Por el otro, tenemos una Asamblea Nacional que no tiene quien quiera defenderla porque no cumplió con las expectativas de quienes la eligieron. La MUD no fue quien tomó decisiones concretas y se jugó políticamente a caminar por el sendero de resolver la crisis, de luchar contra la corrupción y mucho menos de los sectores más radicales que pretendían salir de Maduro, pues fueron totalmente genuflexos con lo relacionado al referéndum revocatorio. Acumulan fracasos y ya se ven como unos pobres "políticos" que no tienen los guáramos para pelear en este país por lo que se debe pelear... mientras tanto la calidad de vida de la gente empeora cada día más y las muertes al detal por la falta de medicinas y la inseguridad, aunada la falta de alimentos, están a la orden del día de quienes vivimos de nuestro trabajo.
En conclusión el "desacato" le ha servido a ambas cúpulas. Unos la usan para aglutinar a la desorientada "izquierda" en "defensa de la patria" mientras toma las decisiones que van exactamente por el camino contrario al proceso revolucionario y, los otros la utilizan para ejercer presiones desde el exterior y caminar por el menos empinado y peligrosos camino de la injerencia internacional a través de la "Carta democrática". La verdad es que el camino a la salida a la crisis política este sector aglutinado en la MUD la ha llenado de piedras y peñascos.
El autogolpe en proceso
Se hacía perentorio evitar que el autogolpe en proceso se consolidara. De allí la importancia de los sectores, que siendo del proceso, nos opusimos a esta barbaridad y el pronunciamiento de la Fiscal General de la República quien expreso que se rompía con el hilo constitucional, ya que presionó para que el gobierno a través del TSJ reculara, por ahora.
El acuerdo global con un sector importante de la burguesía nacional y local se puso de manifiesto en la Venezuela Potencia. Si con Chávez criticamos que las expropiaciones fueron a parar a manos de amigotes burócratas y militares que no tenían nada que ver con la producción y que la gran falla era precisamente no haber puesto a los trabajadores a ejercer el control obrero. Ahora esa misma cúpula de burócratas aliados con la burguesía tradicional se apropian de las empresas del Estado. Transitamos por la re-privatización de las empresas expropiadas y que nunca llegaron a manos de los trabajadores., a quienes perversamente se le endosa el "fracaso" del modelo de "Control Obrero".
Ante esta situación se hace necesario e imprescindible construir un nuevo referente político que pueda ser expresión de lo que abajo pasa desde hace mucho tiempo: el rompimiento con la falsa polarización que las cúpulas nos pretenden imponer.
Para ello es urgente luchar por las conquistas democráticas logradas durante el proceso revolucionario y que han sido pisoteadas por la burocracia que comenzó con la peligrosa confiscación de la participación y la cooptación del movimiento autónomo por parte del gobierno, incluso desde tiempo del propio Chávez, pero que ahora se exponencializa de manera exorbitante. Es importante luchar porque se garanticen los mínimos derechos y garantías constitucionales.
El llamado es a quienes no nos sentimos representados ni por la MUD ni por el PSUV, a quienes gritamos desde nuestras entrañas ¡Que se vayan todos! A los que se nos hace ineludible la construcción de un nuevo referente político que le pueda abrir de nuevo las puertas a los sueños y deje atrás a los responsables del fracaso de ambas cúpulas que no empalman con el carácter profundamente democrático que le da oxigeno a este pueblo que ha parido revoluciones.