"Al principio decían que las marchas en Siria eran pacíficas, pero al ver que no se propagaron las marchas o las protestas pacíficas, infiltraron en ellas a sujetos para disparar contra ambas partes, contra la policía y los protestantes, lo que produjo muertos, y empezaron a decir que el Gobierno mataba al pueblo"
Bashar Al Assad
Venezuela se debate entre la guerra civil un escenario que ningún venezolano quiere pero que muchos auspician y la paz, las posiciones están cerradas por el peso de la coyuntura, la oposición no quiere dialogo ni elecciones sino que Maduro y el chavismo salgan por la fuerza y aseguran que tienen las fuerzas para tumbar al gobierno y que las condiciones están dadas y el chavismo insiste en que resistirá todo intento de sacarlo por la fuerza y vencerá en paz pero preparado para la batalla.
Para la oposición radicalizada no hay vuelta atrás pues consideran que este es el mejor escenario que habrían podido configurar para sacar al chavismo del gobierno de forma abrupta lo que les permitiría salirse del marco legal indiscriminadamente y sin aparentar "civismo" para desmontar todo el entramado social y político que sustenta la revolución. Internacionalmente las empresas mediáticas y sus dueños imperiales han creado un ambiente mundial de rechazo al gobierno del presidente Maduro lo suficientemente grande como para que sus gobiernos justifiquen un ataque frontal a la revolución bolivariana o la indiferencia ante los ataques, lo que tratan de llevarlo a lo concreto en la OEA. En lo nacional la guerra económica y psicológica ha creado una sensación de indefensión y desesperanza en un gran sector de la población que pretende capitalizar la derecha a su favor con las acciones de protesta. Pero el juego se les tranca ya que en lugar de ganar gente para su causa la ahuyentan gracias al rechazo a las acciones fascistas de "protesta", a la efectividad de las políticas que el gobierno aplica en su defensa y a la elevada conciencia de gran parte del pueblo venezolano que apuesta por la paz.
De nuestro lado chavista no tenemos otra opción que luchar por la paz y mantener la confrontación política en el marco de la legalidad, por lo que negociar una salida no está en el panorama y rendirnos tampoco. La única opción es derrotar este nuevo intento de derrocamiento por lo que acudimos a todo nuestro arsenal de paz. Internacionalmente intentamos desnaturalizar el escenario adverso de la OEA saliéndonos de esta organización, convocando a la CELAC para mejorar la correlación regional y sumando mediadores para un proceso de paz que la oposición se niega a aceptar pero que legitima la acción del gobierno. A lo interno el chavismo se mantiene movilizado y en la calle mientras las fuerzas del estado intentan sofocar las acciones fascistas y en lo económico se avanza lenta pero sostenidamente en la consolidación de una economía independiente del rentismo petrolero con esencia social, sin embargo, no logra derrotar de forma aplastante al foquismo paramilitar terrorista, atrapado por el juego mediático que lo hará responsable de cualquier hecho de violencia aunque sea en defensa de la legalidad.
Estancados los dos bandos en guerra (una guerra que todavía no pasa de lleno a la confrontación armada) buscan desesperadamente un desencadenante histórico. Por un lado la derecha más fascista, sabiendo que renunciar a la violencia le traería un costo político muy grande acuden al foquismo paramilitar de largo aliento para rendir al pueblo y al gobierno, lo que para triunfar inevitablemente nos llevará a un escenario de guerra civil como lo predice el presidente de Siria y por el otro el chavismo da un salto hacia adelante al convocar a una asamblea Nacional Constituyente como método de abrir el dialogo con todo el pueblo ya que los líderes de la oposición no lo aceptan y así lograr una salida democrática y pacífica.
El impacto de este desencadenante histórico ha sido devastador para la oposición que ahora se debate entre echar el resto buscando la confrontación armada, dejando solo el escenario democrático al chavismo; o buscar formulas de participación para lograr posicionar su modelo de estado en el debate constituyente ya que el escenario internacional adverso a la revolución se verá afectada por la posición profundamente democrática del presidente Maduro. Esta jugada magistral que demuestra que nuestro presidente no tiene nada de "Maburro" y que el "chofer de autobús" les salió audaz, estadista y firme en sus principios, permite entregarle al poder creador del pueblo la solución a esta crisis para evitar la guerra civil, como diría Chávez, con los pobres del mundo quiero mi suerte echada, solo el pueblo salva al pueblo.
Con la legalidad constitucional de esta convocatoria a asamblea nacional constituyente garantizada, solo resta legitimarla convirtiéndola en el desencadenante histórico que requerimos para mantener la paz y avanzar en la construcción del estado social de derecho. Para ello el pueblo chavista tiene que convertirse en pregonero de esta medida, salir a convencer a los molestos con la revolución y con el chavismo de que esta opción se traducirá en beneficios para la población, especialmente en garantía de la paz. La derecha hará todo lo que tenga a su alcance por deslegitimar esta convocatoria por lo que nuestro esfuerzo debe ser infinito, como el que lucha por su vida, porque estamos a las puertas de una guerra civil que se traduciría en hambre miseria y muerte.
Hay que salir de inmediato a decirle a la gente "con que se come la Constituyente", que tiene que ver una ANC con la reducción de la crisis económica, como con ella venceremos a la violencia, explicarle a la "clase media" (pobres con sueños de grandeza) como le abrirá las puertas a sus anhelos de "calidad de vida" en paz y el riesgo de perderlos para siempre en guerra, a la otra izquierda como pueden introducir esos cambios "revolucionarios" que dicen se necesitan, a los chavistas como esta propuesta protege el legado de Chávez, que es un proceso inspirado en él, a los inconformes pero leales como podrán contribuir en desmontar el estado burgués y profundizar la transferencia de poder al pueblo, a los comuneros como podremos concretar el "comuna o nada", a la comunidad LGBT hasta donde pueden avanzar en sus derechos de igualdad, entre muchas otras explicaciones que hay que dar urgentemente para ganar adeptos y contrarrestar los ataques de la derecha nacional e internacional que jamás descansará en su afán por arrebatarnos el poder y que queramos o no jugará su papel destructor de cualquier iniciativa popular y revolucionaria.
Movimientos sociales, colectivos de lucha, poder popular organizado, estudiantes y trabajadores revolucionarios, pueblo de a pie, no esperemos que nos digan que hacer, actuemos con las 9 líneas que lanzó el presidente y el decreto 2830 publicado en la gaceta extraordinaria 6.295, no hay tiempo que perder, incorporaremos los nuevos lineamientos en la medida en que el presidente Maduro y su equipo las vayan generando. El balón está de nuestro lado, no esperemos que otro lo patee, es ahora o nunca, si nos dormimos o nos tumba la derecha o nos roba la iniciativa, lo que terminará en la perdida de las conquistas sociales como sucede en Brasil y Argentina con el agravante de que nuestra oposición es más fascista y nos perseguirá "hasta el infinito y más allá" hasta extirpar la llama libertaria que pone en riesgo su hegemonía.