No podemos escribir que el Presidente Nicolás Maduro está apelando a inventos en su gestión, porque los inventos están del lado de quienes se oponen a la revolución bolivariana o dicho de otra manera, de quienes no quieren saber nada del modelo democrático venezolano porque es un mal ejemplo para otros países, cuyos jefes de gobierno están acostumbrados a dejarse "torcer el brazo" por el imperio empresarial transnacional.
Y escribo imperio empresarial transnacional, porque en efecto nos referimos a una asociación de gigantes empresariales que están detrás del Estado y lo manejan en función de los intereses de cada uno de los miembros de la manada.
Entiéndase por manada, de acuerdo al The Free Dictionary, de Farlex, coloquialmente hablando como un conjunto de personas que van juntas. Hacemos esa referencia porque en efecto, hay una actuación cómplice. Ese imperio empresarial, es el que determina el accionar del Estado, es el que da las órdenes y decide –tras bastidores- la injerencia de EE.UU en otros países y quien asume la práctica es su fachada, valga decir, el gobierno.
¿O es que acaso los lectores se van a tragar el modelo de mentiras que suele tejer esa Derecha para meterle mano a los recursos de los países menos desarrollados tecnológicamente que ellos, aunque más desarrollados espiritualmente?
Hay un buen número de empresas transnacionales (de todo tipo) que vienen bloqueando fuertemente a Venezuela y que son las que han ocasionado esta guerra moderna, aparentemente liderada por las petroleras.
Y todas esas empresas determinan el actuar del empresariado conspirador venezolano. La bolsa de dinero que hay detrás de todo este complejo conspirativo es bastante alta y no es un asunto casual el actuar descamisado de la oposición, porque quienes les dan órdenes, están salivando por las riquezas del país.
En "La mentira como herramienta de guerra en Venezuela", publicado en el Correo del Orinoco, el 31 de mayo, hay un trabajo interesante que informa sobre la campaña impresionante que han desatado sobre Venezuela. Vale la pena leerlo. Y en el diario ciudadccs hay una página que escribe Sergio Rodríguez Gelfenstein "EEUU: Diplomacia de guerra vs. Diplomacia de paz" así como una entrevista que le hacen al profesor Carlos Mendoza Potellá, que ilustran muy bien lo que está aconteciendo contra la nación.
Nicolás Maduro, simplemente, sigue una línea revolucionaria que ya había sido escrita –Y a lo mejor muy bien conversada con Hugo Chávez- como es ese gran reto que dejó el Comandante en el Plan de la Patria:
"Tenemos la tarea histórica de continuar construyendo nuestro socialismo bolivariano, diverso, democrático, nuestramericano, que no es calco ni copia sino creación heroica al decir de Mariátegui".
Y por ello la respuesta del pueblo venezolano no se hace esperar y va a las calles cada vez que siente que es necesaria su presencia que es importante expresar su solidaridad con la revolución bolivariana, que mientas más amenazas recibe, profundiza aún más su accionar.