Macroeconomia bolivariana

El tóxico mediático neoliberal nos ha saturado durante años con la
macroeconomía neoclásica y dogmática del Fondo Monetario Internacional, del
Banco Interamericano de Desarrollo, del Departamento del Tesoro gringo, de
la Reserva Federal, del Financial Times y demás altares sagrados del
mercantilismo globalizado.

Todo lo que se aparte de sus recetas y formulas econometricas es absurdo y
va en contravia de la naturaleza y el orden determinado por la ciencia
económica dominante en el neoliberalismo.

Sin embargo, la revolución bolivariana, por supuesto Cuba socialista, le
están mostrando a sus pueblos y a las masas populares del resto de
Latinoamérica, que es posible otra lectura y otro sentido para las cifras
macroeconómicos.

Un sentido que coincida con las demandas y necesidades de las grandes
mayorías y no de grupos oligárquicos minoritarios que acumulan descomunales
fortunas mediante la más miserable explotación de los trabajadores y demás
seres humanos que no poseen el más elemental patrimonio, y que la economía
política burguesa fetichiza para elevar tal perversidad a ley natural
inmodificable e irreversible.

Es la lección sencilla pero profunda escuchada en la alocución del
Presidente Chávez este domingo en el Alo Presidente No. 261, en que nos
cuenta a todos, a millones, y sin mayores misterios propios de tecnócratas,
los impresionantes resultados de la política económica bolivariana en los
últimos 36 meses. Veamos las cifras:

a) El Producto Interno Bruto ha crecido un 60% en los últimos 3 años, con
tasas trimestrales del 12,6%, hasta ubicarse en 140 mil millones de dólares,
la medio bobada de 280 billones de bolívares es lo que vale nuestra riqueza
colectiva. Ni los tigres asiáticos, en los años 60 del siglo XX, que eran el
modelo de la economía liberal, llegaron a experimentar estas cifras de
crecimiento tan impresionantes. Es el resultado de la disciplina, del
trabajo y de las sinergias que ha potenciado la revolución bolivariana entre
las grandes mayorías nacionales. El cuento del rebote estadístico esgrimido
por los escuálidos para descalificar esta realidad hace parte de su
insidioso y universal resentimiento, pues los mata la amargura de ver como
se consolida y profundiza la gestión revolucionaria del Presidente Chávez,
como el poder popular si es factor de progreso y bienestar para las grandes
mayorías y no para unas minorías podridas en privilegios y abundancia.

b) Otra cifra macroeconómica que cambia aceleradamente para favorecer al
pueblo es la caída del desempleo. Después de registrar en el pasado graves
cifras de desempleo, superiores al 20%, según lo explica el Presidente en su
interesante exposición, y como consecuencia del enloquecido sabotaje de los
escuálidos, ahora tenemos tasas de desempleo de un digito con tendencia a
ubicarnos en cifras de pleno empleo, porque siempre habrá lo que los
expertos denominan desempleo friccional, esto es aquel lapso de tiempo
desocupado que se da por el cambio de una ocupación a otra.

c) El incremento de la capacidad adquisitiva del salario mínimo es otro
esplendido dato de la macroeconomía bolivariana. Un salario mínimo de 512
mil bolívares es algo extraordinario, mas si se tienen en cuenta los aportes
de las Misiones en alimentación, educación y salud, que fortalecen la
participación de los salarios en el ingreso nacional. Se trata de la cesta
ticket por 350 mil bolívares que irriga la economía domestica popular.

En igual dirección positiva se mueven las cifras de la deuda externa, la
cuenta corriente de la balanza comercial, las exportaciones, las
importaciones y la inflación, que aun requiere otros esfuerzos para
doblegarla efectivamente en el mediano plazo.

Las cifras hablan por si solas. Con este escenario en que la economía esta
funcionando a pleno vapor, no es difícil pronosticar las tendencias de
mediano plazo (hablo de tres meses) en el ámbito político. El Presidente
tiene todo dispuesto para que su reelección ocurra el 3 de diciembre y para
otros seis años más. Lo digo sin triunfalismos y sin olvidarme que la meta
es alcanzar los 10 millones de votos para la revolución bolivariana. Para la
revolución bonita de Latinoamérica. La que tenemos que cuidar con esmero y
disciplina porque el enemigo acecha y prepara sus manotazos de violencia y
traición. De sangre y exterminio con golpes, sabotajes, magnicidios y vulgar
manipulación a través de los infiltrados y falsos revolucionarios. Es todo
por hoy, señores copietas de "atrevete".

San Cristóbal, 4 de septiembre de 2006.




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Horacio Benítez


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