El Imperialismo y dios

"El chavismo y el imperialismo son:

amigos irreconciliables

y enemigos inseparables."

El imperialismo y dios tienen la propiedad de ser ubicuos, intervenir en todas las cosas, ser la causa de todo y, en consecuencia, ser también la excusa que sirve para huir de la realidad, ignorar el origen verdadero de los fenómenos naturales, sociales, económicos, políticos. El imperialismo y dios sirven para lo mismo: justificar errores, ineptitudes, calamidades, catástrofes, cataclismos, guerras, masacres, ignominias, fracasos. Si todo viene del imperialismo y de dios, si nada escapa a su designio: el hombre es juguete de la barbarie de sus caprichos.

La única diferencia entre el imperialismo y dios está en que el imperialismo es real, existe, surge de la avaricia por la riqueza, la vehemencia por la ganancia, la apropiación de la plusvalía, no es un invento. En tanto que dios no existe, surge de la ignorancia propia del primitivismo del hombre en su evolución de antropomorfo a homo sapiens y, al no tener la capacidad mental para explicar, interpretar los fenómenos naturales de ese mundo inmensamente hermoso, pero, abrumadoramente misterioso en que le correspondía vivir, entonces comete la ingenuidad, la torpeza de inventar a dios. Sumergido en la caverna de su ingente ignorancia, por cuanto el disco duro de la mente estaba en evolución, en formación y carecía de la capacidad para reflejar en ella la realidad circundante, inventa a dios y crea la excusa para huir de la realidad. El hombre, minusválido mental del Paleolítico, como no tenía explicación para ese mundo, lo fue moldeando a su imagen y semejanza, dotándolo de ánima (animatismo), luego le dio vida (animismo), luego lo representó en una figura (totemismo), ante la cual cae de hinojos, se olvida que es producto de su invención y la transforma en la causa de sus desdichas. El invento se transforma en la máxima expresión de la estupidez humana. Luego la junta con otra de sus grandes estupideces: la guerra, como continuidad de la horda salvaje que utilizaba la caza para subsistir. Dios, la caza, la propiedad y la guerra tienen el mismo origen y parecida evolución: a dios lo transforma en culto, a la propiedad en rapiña y a la guerra en arte. El culto a la ignorancia primitiva, el culto a la propiedad, el culto al arte de la guerra, son los instrumentos utilizados, tanto por el imperialismo como por dios (la religión): el uno, para ejercer la dominación, explotación de territorios, poblaciones humanas, ejecutar rapiñas y saqueos; el otro, para imponer el culto de su invento teológico (religión), de corte imperialista. Dios no fue impuesto por la convicción, sino por la barbarie de la guerra.

Dios, el imperialismo y el presidente de los Estados Unidos, son tres personas distintas y un solo dios verdadero que se alimentan del odio y lo expresan con amenazas. El dios de la Biblia vive en árido desierto y amenaza con tormentas, rayos y centellas, zarzas en llamas, montañas que hablan, castigos, pestes y fuego eterno. El imperialismo vive en rascacielos, amenaza con misiles, armas de destrucción masiva, portaviones, bombas nucleares. Una y otra amenazas son el chantaje para sembrar el temor, el terror sobre el cual está sustentado el poder de dios y del imperialismo.

En el mundo actual, el imperialismo cumple doble función: una, sirve para identificar sus atrocidades, guerras de exterminio, saqueos, rapiñas, genocidios, esclavitud, feudalismo, capitalismo; otra, les sirve a los opositores para excusar sus fracasos, justificar ineptitudes, errores, falsedades. La gran barrera de las luchas sociales está, en el imperialismo y en dios como su aliado incondicional. Los intentos habidos de cambio y mejoramiento social de las mayorías (99%), en los últimos 170 años, han terminado en rotundos fracasos o en éxitos mediocres.

Si el imperialismo es una realidad: agredo, luego existo, en lugar de utilizarlo como excusa para justificar fracasos ¿Por qué no transformarlo en incentivo para evitar caer en los mismos errores que conducen a los mismos fracasos? ¡Para qué sirve la historia! En ese ritornelo de luchas sociales fracasadas ¿No ha habido tiempo para analizar las causas de los fracasos en lugar del eterno lamento, diatriba, excusa, justificación ante el fracaso? ¡La culpa es siempre del imperialismo! ¡Nunca de quienes lo enfrentan!

La Venezuela gobernada por el chavismo es cantera abierta para analizar por que el imperialismo es la excusa ideal para justificar el fracaso. Al chavismo le ocurre lo del pastor que le dijeron, "cuando vea venir el lobo, grite y todos vendremos a defender el rebaño". El chavismo tiene 18 años gritando ¡Ahí viene el lobo! Pero en 18 años, en lugar de defenderse del lobo, hizo lo contrario, le preparó la entrada para que penetrara al redil, le abrió puertas y ventanas para que realice sus rapiñas, saqueos, agresiones. El imperialismo, mientras el pastor no salga al borde de la montaña a gritar "¡Ahí viene el lobo!" convive con el rebaño, lo ordeña, lo esquila y lo esquilma. Pero, si lo señalan, entonces aparece con sus fauces abiertas y sus garras afiladas a reclamar lo que en su creencia le pertenece. Las amenazas del imperialismo es lo que le da respiración boca a boca al chavismo. Cada vez que el chavismo está en estado agónico, aparece el imperialismo con sus amenazas de agresión y le prolonga la agonía: son amigos irreconciliables.

Los pueblos del Tercer Mundo están cansados de oír ¡Ahí viene el lobo! Son 170 años de luchas sociales fracasadas o con nimios resultados favorables. Los pueblos permanecen indefensos ante las agresiones imperiales. El chavismo tuvo en sus manos todos los elementos para consolidar el cambio; pero, fracasó de manera rotunda. Por culpa del chavismo pereceremos en las fauces del lobo, atenazados por sus garras.

Los poderes plenipotenciarios que la Constituyente le da al chavismo, servirán para lo mismo que sirvieron los poderes extraordinarios (leyes habilitantes) y plenipotenciarios que tuvieron durante 18 años. No se trata de falta de poder, se trata de falta de capacidad para administrar, según dicen, la riqueza más grande del planeta en hidrocarburos. El chavismo llegó al gobierno para corregir los errores de los gobiernos anteriores – "la Cuarta República" – en la administración de esa cuantificada riqueza. Tuvieron "buen viento y buena mar", recibieron 2 BILLONES de dólares en 15 años, y ¿Qué hicieron? Sembrar la ruina y cosechar el desastre nacional de la economía. Dentro de un mes o dentro de dos años, esos poderes extraordinarios tan sólo les servirán para abrir su propio expediente de violaciones a los derechos humanos, de corrupción elevada al clímax, de 120 fallecidos por la represión de los últimos cuatro meses. Si cuando tenían todo a favor ¡Fracasaron! Ahora que tienen todo en contra ¿Qué pueden hacer? El desabastecimiento, la escasez, la carestía (inflación) crecen. El chavismo está metido en un callejón sin salida. Seguirá gritando ¡Ahí viene el lobo! Pero, nadie le hará caso. Lamentable, dura, tenebrosa realidad para los 30 millones de venezolanos que aún vivimos en el país.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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