Si todos somos iguales no debemos irrespetarnos

A propósito de las cosas que suelen ocurrir a diario en esta nación, es bueno que se tome en consideración el Artículo 20 de nuestra Constitución, el cual nos dice que "Toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del derecho de las demás y del orden público y social.

Otro artículo interesante y muy claro de esa gran carta que es la Constitución de Venezuela, es el 21, el cual reza que "Todas las personas son iguales ante la Ley; en consecuencia: "No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona".

Además, agregamos que, si el Artículo 60 de nuestro actual libro orientador, nos refiere que es para todos, entonces los ciudadanos deben saber que "Toda persona tiene el derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen , confidencialidad y reputación" así como también es para todos el Artículo 61, que dice que "Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y a manifestarla, salvo que su práctica afecte su personalidad o constituya delito".

Aquí tenemos cuatro (4) artículos que tienen que ver directamente con las personas, lo que son, la prioridad con la que el Estado debe verlas, sus limitaciones de acuerdo al derecho de los demás y del orden público y social así como la igualdad que les caracteriza frente a las otras,sin ningún tipo de discriminaciones y con ese respeto y protección que debe tener su vida privada y su honor y al igual que poder expresar sus puntos de vista sin que ello le facilite cometer un delito.

Comento estos artículos, porque teniendo estos conocimientos, es inexplicable que alguna persona pueda ser afectada por otras en público, violentando su libertad, su honor y reputación como si nada ocurriese.

En realidad no soy abogado, dos veces intenté estudiar esa disciplina, pero siempre la he visto como una profesión sojuzgadora antes que libertadora de conciencia, aunque a lo mejor para otros no será así.

Lo cierto del asunto es que nadie puede estar agrediendo a otra persona por el solo hecho de no compartir un determinado punto de vista con otra persona y mucho menos llegar a descalificarla, discriminarla ni pisotearle su honor ni su reputación y sin que tenga arte ni parte en lo que generó la agresión.



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Pedro Estacio


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