¡Pa´ bajo el hambre! TSJ facilitó aumento de sueldos de ministros, parlamentarios y Constituyentes

La Constituyente está discute que discute. Pero más que eso, los Constituyentes están tirándose discursos unos a otros, como si jugasen carnaval con agua o mejor con palabras. Unos hablan más que otros y hay quien habla hasta cuando no debe, porque se deja llevar por el entusiasmo de quien estuviese entrando al cielo. Uno les percibe contentos y satisfechos. Más ahora con lo anunciado por el TSJ. No hay duda, es todo un placer y orgullo ser Constituyente, aunque también es verdad que eso tiene sus riesgos.

Uno imagina a Bernal con su Clap, ahora como demasiado ocupado atendiéndolos, porque Constituyente no puede andar por la calle de abasto en abasto, mercado en mercado, puesto de bachaquero, buscando la comida y lo más barato posible porque, suponemos que el sueldo, siendo ellos tantos, no debe ser muy grande que digamos. Aunque uno también sabe que la política da para todo, hasta para hacer milagros. Como que justamente ahora el TSJ ha anulado la Ley que limitaba el salario de altos funcionarios y, ellos están en esa escala, en 12 salarios mínimos, por lo que ahora podrán ponerse el que más les convenga y los demás que ajusten la correa. Con eso, ya, el TSJ, aparte de Bernal, no ellos, les ha resuelto el problema del comer. ¡La moral viene después!

Pero como además de comer, porque afortunadamente ellos deben comer, les conviene recordar que Cristo dijo "no sólo de pan vive el hombre, sino también de la palabra de Dios". Con lo que quiso decir, que era muy importante la palabra de Dios y la voz del pueblo es la de Dios, por lo que se debe estar atento a ella, pero que primero es el comer, pues quien no come perece y mal puede estar pendiente de otra cosa. Pero también recordar al Quijote, para quien era imprescindible y primero comer o "mantener el control de las tripas para alcanzar el dominio de las armas" y con ellas la dirigencia del Estado. Bien que el Constituyente coma, pero para ocuparse que los demás también lo hagan. Pues el equilibrio, el no caerse, es una vaina de comer.

El Constituyente pues, como representante del "Poder Originario", debe tener presente, entre discurso y discurso, el que pronuncia cada uno de ellos, los que pronuncian los otros y los más abundantes de quienes presiden el cuerpo, que sus representados deben comer y, tal como va la vaina, tan grave que los huevos casi se comen la cuarta parte del salario mínimo, están a punto de morir en masa de inanición, mientras la dirigencia opositora y el gobierno mismo, ocupados como están en un debate insustancial y hasta esotérico, aquello ignoran. Además con esto del TSJ que permite también a los diputados opositores subirse el sueldo hasta donde les convenga, se corre el riesgo que todos, quienes deben ocuparse del pueblo o "Poder Originario", decidan "dormirse en sus laureles". Porque "indio comido, indio ido".

Maduro sabe bien que lo primero es el comer. Para pensar así basta verle. Por algo que le escuché el otro día sabe de la existencia de Berthold Bretch, para quien "lo primero es el comer, la moral viene después", pero no sé porque, normalmente, casi todo el tiempo, pese lo tanto que habla, no lo hace del hambre ni de la comida. Menos de lo que esta cuesta. Esto es posible, porque desde hace años dejó de ir al mercado y a los hombres como él, esas "cosas sencillas", de las que hablaba Aquiles Nazoa, no le llaman la atención y menos quitan el sueño y tampoco el hambre. Además, para que hablar de un asunto para el cual no se tiene respuesta y, porque ante el hambriento, no se habla de comida. También por aquello de "muerto el perro se acabó la rabia"; lo que es lo mismo, no hables de ese asunto para que la gente olvide.

Bien le sirve a Maduro olvidarse del comer y la comida. De repente hasta mejora su salud, pues si no se preocupa por un asunto que, a la gente más que preocupada, tiene acoquinada, eso le ayuda. Como los ministros a él no le escuchan hablar de ese asunto, me refiero al hambre popular, con lo que muestra que interés no tiene, ellos hacen lo mismo y entonces el problema no existe; mientras tanto, en la calle, los comerciantes hacen lo les venga en gana, tienen como luz verde para ello.

Pero los Constituyentes no. Son los representantes de quienes en la calle sienten el estertor de las tripas. Están obligados como García Lorca a pedir "un libro y medio pan", por lo menos. Porque para el granadino era tan importante leer como el comer. Quizás pidió un libro y sólo medio pan, pero no dejó de reconocer lo importante del comer. No es como Maduro quien no habla del comer, la comida y los precios de esta, aunque por la pinta se sabe que de ella no deja pasar ninguna de las tres, si acaso no son más.

El Constituyente no es Maduro, ni Borges y menos Ramos Allup, es el pueblo encarnado en un tipo, a su vez hecho 549 y siendo así, para él lo primero es el comer y no lo esconde porque su pérdida de peso lo denuncia. Y lo es más porque al buscar sólo la primera no la encuentra. Claro, ya sabemos que Bernal, con el Clap, no lo dejará esperando como sí a quien esto escribe y sus vecinos, pero eso sólo durará mientras estén sesionando. Siendo el pueblo, sintiendo la importancia de comer, tanto que está primero que la moral, como dijese Bretch y viendo como los poderosos engordan y se dejan desbordar por sus carnes o carteras, está obligado a actuar, hacer lo que convenga, sin caer en radicalismos infantiles que den comida hoy y acumulen hambre para mañana, a asegurarle aquella al pueblo, que es él mismo con sus hijos y todos. Lo demás viene después.

¡Pero qué fácil! La primera medida de esas que anunció Maduro contra el hambre ya llegó. La anunció el TSJ, los altos funcionarios, lo que incluye al Constituyente, que ahora ganan mucho más de un millón, cifra alta, sobre todo si se toma en cuenta que un docente de muy alto nivel de vaina si llega a trescientos mil, porque la mayoría rondan el salario mínimo, podrán ponerse el que les cuadre, aparte de las caja de Bernal. Lo malo es que por esto, los portadores del "Poder Originario", de tanto ver comida, pudieran olvidar que aguas abajo poco o nada llega.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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