Con todo el dolor de mi corazón, pues yo quería llegar a la ANC, les solicito a sus 545 miembros que consideren la posibilidad de disolverse y dejar que sea el Presidente Nicolás Maduro quien tome las decisiones económicas, para detener esta inaguantable especulación con los alimentos que nos está matando de hambre.
Este pueblo no aguanta una semana más con esa escalada de aumentos de precios, especialmente de los alimentos, que diariamente suben y van dejando una estela de pobreza en nuestros hogares que se deterioran en forma vertiginosa. Esperábamos que el Presidente en cadena nacional nos comunicara que había tomado alguna medida y nada pasó.
El 30 de Julio salimos a las calles a votar por la Constituyente, por dos razones fundamentales: La primera para obtener la paz y la segunda para darle un parao al robo descarado que hacen los sectores empresariales y su ejército de bachaqueros al pueblo con los alimentos y productos de primera necesidad. Está bien que la paz haya sido el primer logro, pero no obtener el segundo es volver atrás y la paz no podrá mantenerse una semana más. Ahora no va a ser la derecha apátrida quien ejerza la violencia, vamos a ser nosotros, los que sufrimos el robo, quienes nos vamos a lanzar a las calles como aquel 27 y 28 de febrero del año 1989, en lo que se llamó El Caracazo. No es una amenaza, es que amor con hambre no dura.
Cuando elegimos a los constituyentistas fue con la esperanza que ellos actuaran a favor de nosotros en forma expedita y urgente, no para que esperaran que el Poder Constituido les dijera y ordenara que era lo que iban hacer. Esa no era la idea. Si el Presidente convocó al poder originario era porque él no se sintió lo suficientemente fuerte para ejercer el poder y tomar las decisiones adecuadas frente a la crisis de gobernabilidad que estaba viviendo. El abdicó su poder y se lo entregó al pueblo soberano y es éste quien debe tomar las medidas y hacer los decretos que crea son los más eficientes para enfrentar la grave crisis económica que estamos viendo y sufriendo los que dependemos de un salario mínimo.
No hay justificación posible que pueda ser aceptada, para no haber tomado ni la más mínima medida, por parte de la ANC, para enfrentar a los depredadores del pueblo. Una que por lo menos les haga pisar el freno a los hambreadores, para que paren la inflación diaria y después ir arreglando las cosas para que comiencen a desacelerar y estabilizar los precios de los alimentos y bienes de primera necesidad. Si la ANC, no tiene esa capacidad y no tiene el poder para hacerlo, entonces que renuncien en masa y devuélvanle la pelota al gobierno y dejen que Maduro se las arregle. Al fin fue a él a quien elegimos y a quien quitaremos el año que viene.
Yo sé que los compatriotas que tienen ingresos en sus hogares, mayores a los seis salarios mínimos y no pagan alquileres, me van a criticar y decirme que me estoy poniendo melodramático y exagerando las cosas, pero yó que percibo dos salarios mínimos sin cestatickes, estoy pasando ronchas de la buena, me sostengo porque mi compañera es pensionada y no pagamos alquileres, si no tendríamos que andar como Escarlata y Perolito, recogiendo alimentos dentro de los basureros.
Les advierto a los constituyentistas que no se dejen utilizar ni embaucar por los personeros del poder constituido con lo urgente de la elección de gobernadores o por la invasión norteamericana, aunque esos no sean trapos rojos, es más urgente e importante frenar la inflación para que el pueblo tenga acceso a los alimentos que le llenen el estómago y así poder tener fuerzas para ir a votar o a tomar el fusil para enfrentar a los posibles invasores.