Los serios problemas que tenemos los venezolanos frente a la desatada especulación o la nueva versión de la guerra económica impulsada por EE.UU, esa de pobre malagente contra pobre desasistido, debe ser enfrentada, lo más pronto posible, por la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional Constituyente que preside el profesor Eduardo Piñate.
Sobre esta realidad se ha hablado mucho, diríamos bastante, pero no se ha llegado a ningún acuerdo, no se sabe si es por cuestiones de intereses o es un asunto ideológico, pero la perorata sobre los problemas que vivimos son de vieja data, aún antes de la Revolución Bolivariana, porque todos sabemos que una élite mercantilista viene despojando a los venezolanos desde largo tiempo atrás.
Pero hay un asunto que facilita aún más el despojo y es que (¿una élite humanitaria?) cierta gente no parece estar identificada con las sanciones, como las aplican o quien sabe qué cosa.
Solo recuerdo que un fin de semana agarraron a una cierta cantidad de personas, no se si eran vagos, maleantes, pendencieros o simplemente pobres que no tenían donde dormir, asunto que no sabemos, y los pusieron a barrer el día lunes. Hubo una algarabía ese mismo día. Se habló de violación a los derechos humanos y otras cosas más que se hacían con los detenidos. Creo que la orden fue echada para atrás.
El caso es que, si alguien violenta la ley, como sucede diariamente y con exagerada frecuencia en las ciudades con el irrespeto permanente a muchas normas, deben ser sancionados y pagar, de una forma u otra. A diario vemos violación a las normas de tránsito, a la normativa contra los ruidos, estacionamiento de autos y bebedera de licor en las calles. Hasta se montan en las camionetas con bebidas y los fines de semana abren maletas de autos, ponen música y a rajar caña, las licorerías sustituyen a los bares y así sucesivamente o más.
Hay muchas cosas que son tergiversadas por ese espíritu que vive en los venezolanos, el espíritu que nos hace decir: ¡Pobrecito, no los maltraten así! Y es que esa es una vieja herencia colonial la del maltrato a los indios, negros, mulatos, zambos y a otros y a los mismos mantuanos (que después se volvieron maltratadores). Han vivido juntos varios espíritus: El del maltratador, el del maltratado y el de los testigos del maltrato, mientras la ley ha quedado al garete.
Nadie pide que le corten las manos a quienes violentan las leyes o le den latigazos (como sucede actualmente en Arabia Saudita), pero si alguien rompe la norma tiene que ser sancionado. Venezuela ha tenido un largo expediente en eso de quebrar las normas y quedar sin sanciones y por eso es que la oposición en Venezuela hizo de las suyas e impuso tanta violencia criminal en tan poco tiempo en este 2017, porque sabe que desde el punto de vista de la aplicación de la justicia, somos frágiles.