"Recao" a Maduro de un anciano nuestro en España. No les llega la pensión

-"Mira muchacho, llégate allá a la casa de la comadre Epifania y me le llevas este recao".

Después de decir aquello, quien hablaba y mandaba al muchacho, el recadero, le especificaba el contenido del mensaje, como:

-"Dile que me preste las tijeras que voy a cortar unas telas". Y al final remataba, "vete rápido, no vaya ser que el recao se te olvide por el camino".

Eran los tiempos de cuando uno, de carajito, hacía lo que ahora internet, llevar mensajes, pero más eficaz en determinadas circunstancias pues se podía transportar lo material como aquellas tijeras que solicitaban a la señora Epifania. Por supuesto, el "recao" podía ser sólo una información.

Ayer, por internet, porque hablamos de ahora mismo, me llegó un "recao" que debo hacer llegar a Maduro. No es que quien me lo envió y quiso fuese su portador o intermediario me vea como un carajito, sino por todo lo contrario, sabe bien que soy de los suyos en cuanto a los años que le hemos ganado a la vida o, como al parecer gusta decir, de "los viejos". Y tratándose de un "recao" que tiene que ver con la vejez, nada mejor que lo lleve a su destino un viejo. Debo admitir que, por haberme creído digno de confianza para servirle de portavoz es un para mí un honor.

Me sentí honrado cuando me llegó ese "recao" que debo hacer llegar a Maduro, en primer término por el remitente, un lector de mis trabajos y espero que los amigos y hermanos de Aporrea, a quienes el remitente original saluda por mi intermedio, igual se sientan, pues al fin y al cabo, en buena medida, estamos en la vida para cosas como estas que contiene el "recao". Me llegó de España, específicamente de Tenerife o lo que es lo mismo de las "Islas Canarias", justamente en estos días de expresiones autonomistas en aquel país europeo y de un espacio donde el deseo que ahora se manifiesta en Cataluña también tiene su asiento. Llegó el "recao" tarde de la noche y se acomodó en mi máquina como furtivamente, con paciencia y humildad como el texto completo mismo, esperó le abriese.

A ese "recao" de allá de Tenerife, le di respuesta de esta manera:

Señor, mis respetos y solidaridad:

Buenas noches compatriota. En absoluto me quita tiempo y menos me incomoda. Conozco algo del asunto de los compatriotas que, como usted sufren calamidades en el exterior, particularmente por no recibir lo que deberían por derecho. Como usted debe saber, si me ha leído con detenimiento, no estoy vinculado con el gobierno, tampoco le adverso radicalmente. Soy un crítico y eso es bastante. Pero no dudo en solidarizarme con ustedes particularmente. Por eso, me comprometo contigo que mi próximo artículo lo escribirás tú. No te preocupes, tu nombre no aparecerá, sólo usaré el texto, con las correcciones que haya que hacer. Lo hago con amor, por mis convicciones, las de un maestro de escuela que ama su país y su gente. El mismo amor que movió al presidente Chávez.

Abrazos.

¿Pero que contiene el recao, pues tiene un portador o recadero y un mensaje de otro? Ya dije de dónde vino, sin detalles, como le prometí a quien me lo envió, a mí, el recadero. Ahora señor presidente, aunque usted anda por allá lejos, espero que no haya otro recadero de por medio, sino sea cierto lo que dice quien conmigo se conecta desde Tenerife, que por allá "dicen que él (Maduro) lo lee ( se refiere a mí) y usted reciba este "recao" casi como en "vivo y en directo". Advierto que el texto lo he reproducido tal cual me llegó, sin corrección alguna para que el lector y sobre todo el destinatario de este mensaje lo perciban con naturalidad y ajeno a artificio alguno.

Señor Eligio Damas

Perdone mi atrevimiento:

Primero un saludo para usted y los suyos, me tomo este atrevimiento por qué soy un lector de sus artículos, y quiero que nos haga un favor a muchos ancianos o viejos como decimos por la patria, que vivimos fuera o como nos dicen pensionados en el exterior. No hay consulados no hay Embajada que nos dé noticias sobre qué nos diga por qué ya para 22 meses que no recibimos ni una como decíamos antes ni una locha, bendita sean las lochas, amigo Eligio hay personas o viejos que vivimos de la caridad de amigos, de dueños de pisos o apartamentos que ya no pueden ayudarnos más porque como es lógico viven de sus alquileres muchos viven con sus parejas en algún carrito que es el único techo que poseen, otros han muerto porque no aguantaron la depresión de lo que estamos pasando, que cosa tan jodida que a esta altura de la vida vivir de limosnas y de ayudas para el que las tiene porque habemos que ni eso.

Amigo salí de la patria con mi mujer que fue nuestro mayor error cuando mandaron al Comandante para Yare; y a vimos y perdimos toda la esperanza de que ya la patria no tenía remedio, pero bueno llegó el Comandante y nos salvó la vida; y al cumplir nuestra edad nos mandaban nuestra pensión religiosamente, pero que vaina se murió el Comandante, y ahora morimos nosotros poco a poco.

Sr. Eligio el gran favor que le pedimos si usted puede escriba algo sobre nosotros, porque a usted lo lee mucha gente, nosotros no lo hacemos por que de vaina sabemos escribir aprovecho para disculparme por su tiempo, y también como decíamos antes por los horrores ortográfico, pero eramos pobres muy pobres, y estudiamos lo imprescindible, por favor escríbale en uno de sus artículos una notita al presidente Maduro que por aquí sabemos que el lo lee. Pidiendo de nuevo disculpa por su tiempo.

Saludos de un venezolano que esta pasando las Caín, saludos a todos los suyos.

Que aporrea dure mucho".

A los amigos de Tenerife, como les prometí y espero haberlo hecho al gusto de ustedes. A sus órdenes.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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