El " bachaquerismo" es el gran negocio del Siglo XXI en Venezuela; en él participan comerciantes, políticos, funcionarios de todo tipo, militares y policiales, junto al lumpen.
Hoy este flagelo, aborto monstruoso de la contrarrevolución, luce infranqueable, poderoso y capaz de torcerle la vida a la familia trabajadora venezolana, a pesar de las políticas del Gobierno Nacional que derivan en consignas y clichés inermes, por ejemplo la más reciente luego del 15 Oct, "el carro de Drácula".
Se percibe que el "bachaquerismo" ha mutado, por eso luce inmune y blindado contra los pronosticados y tan esperados brotes de zaqueo y desobediencia civil, debido, además de su composición económica, política y social antes referidas, a la incorporación del elemento paramilitar o de autodefensa desempeñando funciones de empleados ayudantes, cobradores, caleteros, vigilantes, etc,. El perfil de estos actores supone la participación de los "Pranes", (lideres negativos que operan desde las cárceles, ya no solo por la disputa de los cupos de empleo, el tráfico de drogas, la extorción, el secuestro, etc, sino también en este lucrativo negocio del hambre y las necesidades básicas para la vida).
El "bachaquerismo" son redes de poder descentralizado, extendido y autosuficientes; cada cual con su propia autonomía, capaz de desafiar a las instituciones y políticas económicas dictadas por el Gobierno Nacional. Solo responde a la ambición y la explotación de la oportunidad de acumulación de capital fácil y rápido.
La evasión fiscal, el contrabando, la especulación, la usura, el tráfico de billetes o efectivo, el ataque a la moneda con el intercambio en función del dólar cucuteño; el soborno, la violación a los derechos humanos, asociación para delinquir y quien sabe cuántos otros delitos consecuencia de la ineficiencia, ineficacia, en el desempeño de servidores públicos que declinaron sus responsabilidades, y otros que con la mejor intención se dejaron llevar por la corriente y ya se sienten rebasados por el fenómeno.
Así pues, la vaina es más seria que la medida circense anunciada por Rafael La Cava desde Carabobo durante su proclamación como nuevo Gobernador de ese estado, la cual pareciera haber sido acogida como impostergable por el resto de sus colegas y la dirección política del Chavismo en vísperas del próximo compromiso electoral.
Hoy la lucha es contra los corruptos y sus aliados económicos, más allá del lumpen bachaquero de calzada; es contra políticos y empresarios oportunistas.
Se dice que el negocio del "bachaquerismo" es más próspero, seguro y lucrativo que el tráfico de drogas, alentado por políticos y comerciantes. Los mueve la ambición por el poder político y la avidez por la acumulación de capital.
Ahi tenemos a Donald Trump, magnate y político, Presidente de los Estados Unidos imponiendo sanciones contra la economía venezolana y al Dip. Julio Borges, jefe de la oposición venezolana, delfín del Opus Dei y el neofascismo, llorando de impotencia porque sus ruegos de intervención armada al país no se han materializado; y digo solo Borges, para no nombrar al resto de los personajes. Ellos los políticos, han alentado el caos, con guarimbas, desorden callejero, financiados con dólares que vienen del extranjero, mientras promueven la especulación y la distorsión económica en un segundo frente, con el objeto deliberado de atormentar la psiquis del venezolano y provocar un estallido social.
Luego de los resultados electorales del 30 de Julio, y el pasado 15 de Octubre, ese estallido social, necesario para el avance del manual del golpe suave que promueve la derecha, ese estallido, aquí en Venezuela, por ahora no aplica, pues, como he descrito arriba, el bachaquerismo y su expresión de calle, está blindado contra el zaqueo con bandas criminales al margen de la ley, y los políticos, sacando su tajada en asociación a los comerciantes, o aupando sus propios negocios, cobrando peajes por la permisología y/o porcentajes de participación por su indiferencia.
El gobierno nacional implementa políticas que hasta ahora solo han servido para correr la arruga, mientras ha aprovechado la torpeza de la desesperada dirigencia opositora para impulsar un indiscutible liderazgo internacional, y poner en evidencia a la oligarquía criolla y sus aliados internacionales. El Presidente Nicolás Maduro ha venido acumulando victoriosas en diversas batallas políticas nacionales e internacionales; pareciera que con las banderas del "diálogo y la paz", se construyen las condiciones para iniciar una revuelta interna, la anunciada "revolución dentro de la revolución", que vaya por la cabeza de los corruptos y delincuentes que han sacado provecho de la disputa por el poder político en Venezuela; pero hacerlo implica desmontar esta bomba de tiempo, mientras el pueblo desespera viendo como el salario de los trabajadores y el ingreso nacional se triangula y llena las arcas de los tradicionales oligarcas e industriales que pugnan por recuperar el poder político en Venezuela.
Seguro en la agenda de los constituyentistas pudieran encontrarse anotaciones como por ejemplo: legislar para sancionar con cárcel a los hambreadores del pueblo, a los corruptos, usureros y especuladores; confiscando dinero y bienes mal habidos, anulando licencias y permisos comerciales, inhabilitando políticamente, y aplicando medidas que apliquen y condenen tanto al criminal como a sus familiares directos por al menos dos generaciones, deportando a extranjeros infractores de las leyes económicas, promoviendo políticas migratorias que tiendan a reservar la explotación del comercio en el rubro de los alimentos, la salud, la educación y otros, a comerciantes venezolanos, descendientes de padres venezolanos por nacimiento; avanzar políticas migratorias como la de otros países del mundo, con criterios que preserven el mercado laboral a los venezolanos y asegurando la transferencia de tecnología. Urge revisar el tema migratorio, y el ejercicio de la actividad comercial por extranjeros.
Son muchas variables; ¿corruptos y ladrones?… los tenemos del lado del gobierno, pero también en la oposición, y los piratas bachaqueros que navegan con bandera de oportunidad. Sin embargo, el proyecto país que promueve el Gobierno Nacional está escrito y cargado de las mejores intenciones, a diferencia de la incertidumbre, especie de salto al vacío que significa la promesa inconfesa de la derecha venezolana.
Reclamamos del Gobierno Bolivariano mano dura, contra la corrupción y los comerciantes usureros y especuladores; también políticas migratorias claras en defensa de la soberanía y la dignidad nacional, mientras aguantamos la pela.
El bachaquerismo, creación de la guerra económica, y de los políticos que lo promueven, hoy está fuera de control y nos está dando en la madre a todos por igual, en particular a la clase trabajadora asalariada.
Ing.