La gran revolución socialista de octubre

Habrá que darle una mayor apertura a este extraordinario acontecimiento de nuestra vida. Todos nosotros somos hijos de aquella revolución, y nuestro actual Nación es el resultado de los años transcurridos desde que triunfó la Revolución de Octubre. Es nuestro patrimonio común, el punto de viraje en la historia de nuestro pueblo, hacia el camino hacia un mundo nuevo.

¡Cuántos cambios no habrán ocurrido después de la Revolución de Octubre, a cuántos procesos no habrá dado inicio la Revolución! Hay que ver todo esto objetivamente, sin dejarse dominar por ciertos conceptos y sentimientos parciales, pues no puede basarse en tales sentimientos lo logrado desde la Revolución de Octubre. Porque, de lo contrario, uno puede extraviarse. Pensamos que jamás podremos, ni debemos, olvidar o justificar lo que pasó en los años 1937-1938. ¡Jamás! De lo que entonces ocurrió, responden los que estaban en el Poder. Sin embargo, ello no minimiza lo que tenemos ahora, lo que han realizado el pueblo, pasando por esas pruebas. Las pérdidas fueron graves. Sabemos en qué redundaron los años 1937-1938, cómo afectaron a los cuadros de dirección, a la intelectualidad y a los mandos militares. No obstante, debemos ver la enorme fuerza encerrada en el socialismo, que soportó tan dura prueba, se enfrentó a muerte al nazismo y venció.

Nos enorgullecemos de cada día vivido. Y cada día de nuestra historia, por duro que fuese, es motivo de orgullo. Porque ha sido nuestra escuela de historia, nuestras lecciones históricas. Hemos pasado por todo aquello. Por esa razón no podemos permitir una actitud irrespetuosa hacia las generaciones que condujeron el país hasta nuestra época. Por eso, vamos a hablar a plena voz de la Revolución de Octubre, del socialismo, de quienes somos, de donde somos y de qué nos dio la Revolución y el desarrollo del socialismo.

Asimismo se debe hablar de nuestro presente y de las reformas. Por lo visto, hay que variar formas en nuestros ideales políticos. Está bien que un director político exponga sus criterios, en ellas se percibe el pensamiento vivo. Pero en modo alguno debe servir para socavar el socialismo y nuestros valores socialistas.

Tenemos que fortalecer y que defender. Son las históricas conquistas del pueblo, que es la mejor defendida en lo social. Esto lo pueden poner en entredicho solamente aquellas personas a quienes nuestra democracia socialista y nuestras exigencias respecto a la responsabilidad impiden satisfacer sus ambiciones personales, divorciadas de los intereses del pueblo. Pero democracia presupone también luchar por consolidarlos. Empezó un duro periodo transitorio, hoy se requiere alta competencia y responsabilidad.

Hay que actuar para fortalecer el estado de ánimo del pueblo, hay que resistir todas las pruebas y ponerse al día, y entonces alcanzaremos los resultados que necesita el pueblo. Para conseguirlo, se debe incorporar más técnicos competentes. Los medios de difusión masiva hablan mucho de economía, pero, lamentablemente, suele hacerse de forma insuficiente, superficial, excesivamente polémica y sin conocimiento de causa.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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