El elefante, sobre la tela de una araña

Hay una canción que alguna vez le cantamos a nuestros hijos y que con su letra simple y corta estrofa, los chamitos se entretenían, sin reparar si su papá cantaba bien, si tenía buena voz o en todo caso, cuando ya estaban cansados de oírnos, esperar que la tela de la araña se rompiera por la cantidad de elefantes que se balanceaba sobre ella y con ello, que su padre entusiasmado se callara y los dejara dormir. Haciendo algo de "ingeniería semántica" sobre esta canción, existen realmente tres grandes inquietudes apreciables: La resistencia de la tela de la araña, el número de elefantes que se pueden colocar sobre ella y si el balanceo tiene algo que ver con distribuir bien el peso, para que se puedan encaraman más elefantes. De ahí se pueden deducir varias suposiciones o conjeturas.

Ya trasladándonos al plano de nuestra entretenida sociopolítica criolla, se vislumbra una "victoria" nacional que va insuflar el ego del oficialismo a niveles inimaginable. Los elefantes que se están encaramando sobre la delgada y hasta ahora resistente tela hecha con la paciencia del pueblo, son muchos. Ahora vendrá el momento del balanceo, de hacer equilibrio, porque como toda fibra, esta tela se va ha romper por lo mas delgado y algunos se van a caer y otros aun tendrán arrestos morales, para mantenerse agarrados de su trompa.

El camarada comandante Chávez dentro de su estrategia política, nunca trató de llevar a la oposición a su mínima expresión o aniquilarla. El sabía que tener una oposición con un porcentaje importante de afecto en el pueblo, era un reconocimiento a su talante de demócrata, y que la oposición participando en la diatriba política y criticando su administración, fortalecía mas su gobierno. Muestra de ello fue el reconocimiento público "en caliente" de la pérdida del referéndum sobre la reforma de la Constitución de diciembre del 2007. Aunque les manifestó que fue un "victoria pírrica" igualmente les dijo que "Ustedes se la ganaron y es de ustedes…" Este reconocimiento lo hizo cuando la popularidad del compañero Chávez, no estaba en entredicho y emergió de ese percance, mas lleno de pueblo.

Chávez, aunque no minimizo a la derecha, si atacó a las estructuras vetustas cuarta republicanas de sus partidos y a sus "históricos lideres". Resultado de esto, fue la aparición de una camada de jóvenes cuadros de la derecha y partidos políticos que desplazaron a la guanábana adeco-copeyana: Capriles, Leopoldo López, Julio Borges, Henry Falcón, Marquina entre otros. Unos volvieron a sus raíces originarias y los otros vieron en un radicalización violenta, el derrotero hacia el poder. Envejecieron políticamente rápido. La impaciencia los jodió y el resultado lo vemos hoy. Al único que Chávez dejó casi indemne fue a Ramos Allup, no por respeto, sino mas bien como un personaje de caricaturas muy entretenido dentro del folklore político nacional y que aun mantiene ese papel de distracción: todo el mundo esta pendiente de su guasa, aunque sigue siendo de cuidado. Pero todos ellos, se querían tomar una foto al lado de Chávez, saludarlo, ser parte con sus cinco minutos de fama de la historia y lo histórico que era y es Chávez,. El Comandante era el que ajustaba la velocidad a la vida política nacional y ellos se ajustan a ella, sobre todo después del golpe de estado y el paro petrolero. Aunque no nos gustaran, era una necesaria oposición activa, que se debatía entre participar en algo o seguir en lo mismo.

Ahora la cosa se presenta entre las huestes chavistas. Soy de los que pienso que puede haber una implosión, porque la dirigencia oficialista ya entró en un actuar parecido a las viejas estructuras adeco-copeyanas. Para muestra solo tenemos que ver a nuestro cercano derredor: imposiciones, caciquismos, parcelas de poder, cotos de cacerías, persecuciones, expulsiones arbitrarias, acosos laborales, secuestro de las estructuras partidistas y sindicales, vacas sagradas corruptas protegidas, no hay renovación de cuadros en la dirigencia, en fin ya envejeció, con viejas costumbres. La respuesta a esto, será la aparición (no espontánea) de cuadros críticos al camino inestable que ha tomado el Proceso y a la marra direccionalidad del "gran partido" PSUV, porque saben que de victorias partidistas sin logros sociales, se está hastiando el pueblo. Este surgir de nuevos lideres en estados en municipio y que apoyados por un pueblo chavista prisionero por la crisis, irán tomando espacios en cada región, hasta ir desplazando lo que se pensaba inamovible y cubrirlo de manera renovada. Pero estos emergentes políticos rojos, serán sometido al escarnio por parte de la anclada dirigencia psuvista para tratar de frenarlos, pero la cosa les va ha salir al revés; esto fortalecerá al atacado. El caso Carabobo, parece ser uno de ellos.

La dirigencia que asumió y se apropió para si el legado de Chávez, está envejeciendo al mismo tenor que la novel derecha. Son sensibles (o insensibles) a la autocrítica y no saben, que no son inmunes a ella. Por eso, llenar de elefantes rojos y pesados esa rasgada tela de paciencia que es nuestro pueblo, ese mismo pueblo de Chávez, ese pueblo que asumió que todos somos Chávez, es el peor error que se puede hacer. La derecha con todas estas derrotas electorales, se van ha congregar poco a poco para unificarse de nuevo, ya que decantaron algunos y vaciaron sus estómagos otros y tienen su mirada puesta en el 2018. Ahora, la disputa es a lo interno del chavismo y ellos lo saben. De cómo actúe esta estructura del partido de gobierno y el mismo gobierno, depende que el colapso surja o no. Y si siguen de manera inconveniente (estúpida) culpando al pueblo que ha sido muy paciente, la cosa se prevé irreversible.



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Carlos Contreras


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