Lo que las mujeres entregan al pueblo venezolano, y lo que son capaces de darle, depende asimismo del grado en que el Gobierno concede a la mujer derechos reales y defensa social, y le asegura el bienestar social necesario. El nivel de emancipación que tiene la mujer es la medida lógica de la libertad alcanzada por todo el pueblo. No puede existir, no existe ni existirá jamás verdadera "libertad" mientras las mujeres estén trabadas por los privilegios legales de los hombres.
Hoy, las mujeres de Venezuela exigen con razón que se escuche su clamor y voluntad cuando se tomen importantes decisiones estatales. Las mujeres quieren ver y sentir que el Gobierno evalúa en alto grado su trabajo, sus capacidades; que necesita de su experiencia de la vida, de su calor humano y generosidad. Ellas desean tener la certeza de que su familia nunca será abandonada en la desgracia, de que tendrán garantizado lo imprescindible para llevar una vida normal, de que sus hijos recibirán instrucción y de que todo niño enfermo siempre recibirá la asistencia debida.
La mujer debe tener derechos iguales a los del hombre, y en algunos aspectos, hasta mayores. No debe discriminación alguna en la remuneración del trabajo. A la mujer se le conceden iguales posibilidades que al hombre en la instrucción, en la promoción profesional, en las actividades políticas y de todo órgano del poder. Las mujeres trabajan en cada sector de la economía nacional; además prevalecen en esferas tales como la sanidad pública, la educación y la cultura. Se puede añadir que el 60% de especialistas con instrucción superior o media especializada son mujeres.
La activa y equitativa participación de la mujer en la producción, en la vida política, científica y cultural ha elevado el prestigio de la mujer, el respeto a sí misma, la dignidad, así como ha reforzado su independencia frente al hombre. Pero ello no siempre ha aliviado sus tareas de madre, esposa y educadora. Algunos problemas se han agravado por las fallas existentes en el sector de los servicios y del comercio. Así, pues, ha aumentado la carga social sobre la mujer.
En general, creemos que mejorar la familia y perfeccionar su ambiente moral es, una tarea social de mucha actualidad.
Estas transformaciones nos permitirán utilizar al máximo los recursos del socialismo. Cada quién hallará su labor en esta gran obra para hacer su aporte. Todos continuamos estudiando y enseñándonos unos a otros a trabajar en la actual crisis. Nuestro objetivo consiste en imprimir nuevas cualidades al régimen socialista, en desarrollar el humanitarismo y el respecto a la dignidad del hombre y la mujer que implícitos lleva este régimen, y elevar más aún el prestigio del pueblo de la Patria socialista.
Apertura y transparencia informativa, justicia y confianza en el pueblo, respecto a su opinión y apoyo en ella, intransigencia ante las infracciones de la ley y normas morales, denuncia pública de la deshonestidad, el engaño, la vileza y el parasitismo: todo esto ha cambiado ya mucho toda la vida social a pesar de que ha transcurrido muy poco tiempo aún.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!