El próximo domingo 10 de diciembre se harán las elecciones para elegir a los alcaldes de nuestro país; es decir, faltan horas para que una vez más, el pueblo haga uso de ese mecanismo de la democracia que es el voto directo, universal y secreto. Elecciones donde la oposición decidió soberanamente no participar, derecho legítimo que nadie les puede objetar. Y que no tendrá mas consecuencia que el "pataleo" posterior diciendo en la OEA que no había condiciones, bla bla, etc, etc.
En este escenario pudiera decirse que todo está fácil y que el triunfo de los candidatos de la revolución está asegurado... Y tal vez sea así, pero ciertas condiciones aplican:
1.- Tenemos un enemigo latente que es muy importante derrotar: la abstención. Y no se trata que un sector importante de la oposición no vaya a votar (un sector, pues hay partidos opositores que están participando y con todos los hierros); se trata de que todos los que creemos en este proceso político que nos legó el Comandante Chávez SI salgamos a votar. Cero triunfalismo, cero ya ganamos, cero celebración a destiempo. Debemos votar pero también debemos promover el voto y sobre todo, debemos apoyar a la siempre exitosa maquinaria electoral del chavismo.
2.- ¿Y por quien votar? Pues por los candidatos de Chávez, que son los candidatos del PSUV y los partidos aliados. ¿Que yo creo que ese candidato no era, que ese candidato no es de aquí, que al mío lo excluyeron, que por que no hicieron internas, etc, etc? Ese es un debate que debe darse con franqueza y haciendo uso de las 3R. Pero primero tenemos que ganar, que asegurar nuestro municipio como cabecera de playa para seguir en la lucha por la construcción del socialismo.
No debe caber la menor duda; dudar es perderse. Tenemos un objetivo estratégico vital: la consolidación del proyecto Bolivariano y Chavista. Lo demás, todo lo demás es debatible, es discutible. Pero sin afectar el logro del objetivo estratégico. Por ahora tenemos una tarea inmediata: ganar TODAS las alcaldías, de ser posible. Y a la vuelta de la esquina tenemos otra tarea ineludible y necesaria: reelegir al compañero Nicolás Maduro como Presidente de la República.
Eso si: después debemos sentarnos, revisarnos e impulsar un gran debate nacional sobre el país que queremos: sobre la economía, la corrupción, los ministros eternos y sus enroques, sobre el papel de los militares en la administración pública, sobre el control de cambio y muchos otros temas. Un gran debate interno sin miedo y sin chantaje. Eso viene y es necesario.
Pero si queremos llegar a ese punto primero debemos cumplir eficientemente los objetivos planteados que no son otros que alcanzar una rotunda victoria electoral en los dos procesos que se avecinan. Y el primero es el próximo domingo.