¿No les ha pasado? Sucede que en la comunidad donde vivimos hay un terreno baldío, abandonado durante años. Se rumora que tiene dueño pero nunca nadie lo ha visto. Y ahí está el terreno: enmontado, sucio, sólo, sin cerca. Y en él botan basura, y se esconde gente de mal vivir, y han robado y atracado a desprevenidos transeúntes.
Un día, la comunidad cansada decide tomar el terreno y darle utilidad pública. Y se reúnen y lo discuten: puede ser una cancha, o un CDI, o la casa comunal. Y con recursos propios y participación colectiva van y lo limpian, lo ponen bonito. A veces hasta lo cercan.
En este punto... ¿Saben lo que pasa? Si, adivinaron. Aparecen los dueños!! Unos supuestos propietarios, papeles en mano (por lo general chimbos) gritan a todo pulmón su derecho a la propiedad privada. ¡Ese terreno es nuestro y de nadie más! Y buscan a la policía y a la guardia y si la cosa se les pone difícil, hasta a un juez. Incluso hasta algunos apoyos comunitarios consiguen. La historia siempre termina con la devolución del terreno a sus "legítimos" dueños, quienes prometen cercarlo y mantenerlo limpio. Nunca falta el aviso que ponen y que sustituye al que ya se cayó de viejo: "Aquí se construirá tal cosa...". Después se pierden por 20 años más y la historia vuelve a repetirse.
Pues así están las cosas con los Círculos Bolivarianos; bastó que un colectivo intente hacer algo bueno para que ya salieran los "dueños legales" a reclamar su derecho de propiedad. Ya amenazan con "acciones legales" y aunque no han recuperado el terreno baldío, ya mandaron a hacer el avisito : "En septiembre haremos un congreso".
Es el viejo cuento de la batea que no le prestan a nadie. Son como canta Silvio Rodriguez "los perseguidores de cualquier nacimiento". Lo que no creo es que esta vez tengan éxito. Y por el bien de los Círculos Bolivarianos: que así sea!!