Si el cerebro de los seres humanos es un instrumento mediante el cual las personas se sirven para tener percepciones o, más claramente, para percibir, por qué muchas veces las ciudadanas y ciudadanos parecieran no captar las cosas de lo que ocurre a su alrededor. ¿Por qué ignorar las realidades e intentar tergiversar lo que acontece?

Me lo he preguntado desde que, al viajar en un colectivo hacia mi casa, saludé a una persona conocida que venía acompañada de otro que cargaba una bolsa grande. El hombre comenzó por decir que había comprado dos (2) pollos en Bs. 500 mil. Por supuesto, ello generó varias respuestas y entre ellas la mía que consideraba el asunto como inaceptable.

Bastó y sobró porque el ciudadano se lanzó en una andanada contra "Nicolás Maduro y su gobierno". Intervine de nuevo y le manifesté que era un asunto de conciencia por parte de las personas e independientemente de que nos encontramos bajo una guerra económica y que ese incremento nada tiene que ver con el gobierno.

Más vale que no se me hubiese ocurrido responderle al individuo. Lo que vino después fue una especie de sinfonía amartillada con groserías que seguiría la ruta de la camioneta, mientras las personas lo veían como gallina que mira sal.

Después ni se me ocurrió hablar con el sujeto, pues un aliento a alcohol parecía fluir de su persona y adornaba el ambiente dentro de la camioneta.

¿Las personas no logran percibir las cosas?

¿No tienen suficientes posibilidades para analizar los acontecimientos?

¿Por qué dicen cosas, se expresan groseramente con lo cual muestran su odio?

La unidad se detuvo mientras esas interrogantes pasaban por mi mente; la persona conocida descendió de la camioneta y detrás de ella, el sujeto que se había convertido en un ventilador lanzando groserías.

En uno de los bolsillos traseros de su pantalón vaquero azul, asomaba una pequeña botella de aguardiente, lo que aparentemente explicaba un poco la conducta que el hombre había exhibido en el trayecto de la camioneta. ¿Pero realmente fue el alcohol el causante de su conducta o acaso tenía una matriz instalada en su cerebro que lo había dañado?

Y digo esto porque unas conductas más o menos similares, muy individualistas, se desataron o fueron intencionalmente desatadas con la cuestión de los perniles, al punto que cada quien pareció actuar como un "vivo", por aquello de que él tiene su derecho a pernil y porque es obligación del gobierno entregárselo.

Es como la idea esa, quien sabe por quien fue soltada, de que "como tenemos petróleo, yo necesito que me den mi parte que me corresponde". Creo que una investigadora calificó esa actitud de algunos venezolanos de actuar con "viveza" como de la propia actitud de los piratas, de creer apropiarse, adueñarse de todo cuanto consiga frente a sus narices.

Creo que todos los seres humanos tenemos un cerebro para poder examinar las cosas y comprender lo que sucede a nuestro alrededor, las circunstancias en las que vivimos, la depravación comercial de robar a las personas, la bronca humana frente a tal manipulación y mucho más, pero también es posible entender que aunque nacimos individualmente, somos parte de una sociedad, asistimos a una escuela donde otros estudian, a un liceo, y a una universidad, vivimos en una cuadra donde viven otros, utilizamos un transporte que es colectivo, tenemos un subterráneo o Metro que no es para una sola persona, en fin, no vivimos solos en ninguna parte del mundo y como es de esperarse, siempre hay que compartir con otros lo que circunstancialmente pudiera dar la impresión de ser nuestro.

La viveza de unos, mal que ha arropado a muchos en esta parte de América, es una herencia del viejo mundo que debe ser desterrada de la vida de las personas, porque no podemos vivir nuestras vidas como los propios piratas, pensando en apoderarnos de todo cuanto encontremos en nuestro camino, sin detenernos a pensar que hay otros que buscan vivir adecuadamente, siempre en consonancia con el mundo que les rodea. ¿Entonces, si tenemos cerebros, qué nos impide utilizarlos bien, con una perspectiva siempre amplia, en vez de actuar con gríngolas como algunos parecen hacerlo?.