Ya son 19 años de una revolución asediada; desde antes de Chávez ganar por vez primera la oligarquía se dio a la tarea política atacarlo. Recuerdo la campaña contra comunista que se daba en la campaña electoral presidencial. Todos los calificativos hacia Chávez de un golpista queriendo tomar el poder para llevarnos a una dictadura militar que supuestamente no pudo lograr con las armas. Aún así el naciente chavismo pudo vencer. Vino después la primera decisión política de gran magnitud como fue la primera Asamblea Nacional Constituyente. Triunfó el SI por la nueva constitución, una de las mejores del mundo, pero en un contexto de tragedia natural o provocada como fue el deslave en el Estado Vargas. Allí ya se solicitaba desde el norte una intervención humanitaria.
Luego vino las traiciones dentro de las filas del chavismo y el mismo ejército dando un golpe de Estado que duro 48 horas. Posteriormente el golpe petrolero y económico causando grandes pérdidas financieras a la nación. En el tiempo impusieron las guarimbas, la más dolorosa y destructiva la del 2017. Desde el 2013 sufrimos una guerra económica que se ha acentuado estos dos últimos años.
Ahora lo más cruel y antihumano es llamar a una intervención militar contra Venezuela sin importarles la destrucción que dichas agresiones causan a un país. Triste que sean venezolanos que la aúpan y solicitan, venezolanos que tienen garantías de protección afuera del país porque si no no lo hicieran. Esto se da en un marco donde la revolución se ha consolidado, donde más de 5 millones de chavistas son el voto duro y la oposición está muy mermada como referencia política alternativa.
Toda la derecha nacional e internacional hacen lo que pueda para derrocar a Nicolás Maduro, acabar de raíz con la Revolución Bolivariana y el Legado de Hugo Chávez. Ven las elecciones presidenciales del próximo 22 de abril como su gran peligro porque un triunfo más del chavismo acabaría de por sí con las intenciones de la derecha de tomar el poder. No tienen la fuerza militar ni electoral venezolana para alcanzarlo, por eso recurren a su última estrategia ¡La Invasión Militar!.
Sin duda alguna estamos ante una batalla decisiva donde todas las fuerzas revolucionarias, socialistas y de izquierda han de estar unidas sino seremos no solo electoralmente vencidos sino destruidos porque de montarse un gobierno de derecha en el poder ejecutivo no van a tener paz con la miseria y aquí la Cuarta República se va a quedar corta con lo que esa gente piensan hacer, ni se salvara los que hoy coquetean con la derecha a ver si no los tocan.