Quizás el llamado grupo de Lima, o mejor, cartel de Lima, recuerde aquella intervención del joven Nicolás Maduro en la ONU, que puso pálida a Condoleezza Rice y la obligó a salir despavorida del lugar al escuchar las verdades del entonces canciller venezolano en respuesta a la intervención de la representante del nefasto presidente George W. Bush. Enseguida salieron los chupamedias de aquí, entre ellos el ex alcalde guarimbero Antonio Ledezma a criticar el mal comportamiento de Maduro, aduciendo que le faltó el respeto a una dama. Pendejo, como si en política existiera diferencias de genero a la hora de dar una respuesta al enemigo.
Ahora, con esta celebración de la cumbre de las Américas cuya sede será nada más y nada menos que en Perú, país gobernado por uno de los perritos falderos del imperio y aposento de ese mafioso cartel de Lima, conformado por otros perritos lame botas de los gringos empeñados en desprestigiar al gobierno venezolano, con una insistencia de que aquí manda un dictador que viola todos los derechos humanos y tiene al país al borde de una guerra civil, le están poniendo trabajas a la presencia del presidente venezolano a la mencionada cumbre..
Parece que el fulano Cartel de Lima lo ha pensado bastante, pero han calculado mal, porque el tiro lo más probable es que les salga por la culata. Primero el corrupto e inmoral de Pablo kuczynki (criollito el apellido), que está en el poder de chiripá, salvado a cambio de la libertad de Fujimori, mandó una carta al presidente venezolano invitándolo a la cumbre, al mismo tiempo que le recomendaba por los medios de comunicación su no asistencia porque, según él, en el Perú no seria bien recibido. Yo creo que el temor de Kuczynki y los demás miembros del cartel es todo lo contrario. Temen dos cosas puntuales: que a la sede de la cumbre se manifiesten un grupo de simpatizantes de Maduro y la revolución bolivariana y que tumbe lo dicho por kuczynki que allá nadie lo quiere. Segundo: el temor mayor: el discurso de Maduro, que a esa cuerda de mafiosos los dejará ante la opinión mundial como lo que son, una cuerda de bandidos y jalabolas del imperio, empezando por el santanderista de Juan Manuel Santos, primer productor de cocaína en el mundo. Todos tienen rabo de paja y saben que Maduro no tiene pelos en la lengua y le temen tanto como le temían a Chávez. Ese es todo el peo. Cierto que no van a salir corriendo como lo hizo la Condoleezza, pero más de uno deseará meter la cabeza debajo de la mesa.
