"Democracia y más democracia, elecciones y más elecciones para los "demócratas" que en la práctica no lo son".

Hernán Escarrá (Asamblea Nacional Constituyente, 1 de marzo de 2018)

El panorama político venezolano cada vez se convierte en un escenario impredecible y sorprendente, porque los planes para hoy resultan obsoletos mañana y los cambios están a la vuelta de la esquina.

Los esquemas de planificación tradicional han pasado a ser superados por la planificación estratégica a ritmo de Revolución, la cual le imprime un sello que deja atrás los métodos y las fórmulas políticas tradicionales, como la panacea de los demócratas de pacotilla, quienes ahora desfilan desnudos ante una democracia participativa y protagónica, impregnada por un sello constituyente.

Cada día que pasa los venezolanos, quienes hemos aprendido lo que representa una verdadera democracia, marcamos el paso y señalamos el rumbo a los pueblos de la Patria Grande y a un convulsionado planeta, que clama por cambios profundos para liberarse del capitalismo salvaje, opresor y depredador.

Desde la llegada de la Revolución Bolivariana con el Comandante Hugo Chávez al frente y ahora bajo la batuta de su discípulo - escogido bajo la luz de la luna llena - el Presidente Nicolás Maduro, se avanza a pasos agigantados en la búsqueda de una nueva sociedad, inspirada en los principios y valores de la justicia, la autodeterminación de los pueblos y la mayor felicidad posible.

Los signos de una nueva era buscan el amor a la naturaleza, proclaman la justicia y una auténtica libertad para los hombres que los libere de las ataduras de cualquier imperialismo opresor y del yugo de la esclavitud y del fascismo, modelos marcados por la historia a través de los tiempos como artífices de muerte y destrucción.

Hoy el gobierno bolivariano, quien asumió el compromiso de seguir enarbolando las banderas de Chávez bajo los signos de una Revolución pacífica pero armada, asume un nuevo compromiso y enfrenta una nueva batalla electoral contra una oposición sumisa y lacaya, la cual sólo se ha venido a merma y va de fracaso en fracaso, gracias a su tozudez y a la arrogancia de sus líderes quienes han subestimado al pueblo venezolano.

A estas alturas del juego, las reglas parecieran cambiarse por parte de los mismos protagonistas y de los propios venezolanos, quienes se preparan para una nueva jornada de elecciones.

Se había acordado por decisión del CNE que las elecciones presidenciales fueran en el venidero mes de abril de este año (el 22), pero ahora, gracias a un acuerdo logrado entre la oposición y el Gobierno, ha surgido una nueva fecha para el 20 de mayo a la cual se le añade otra opción sumada a las presidenciales.

Se unen así en un mismo día, las elecciones para la Presidencia de la República, para las Asambleas Legislativas de los estados y para los representantes de los Concejos Municipales (concejales). Estas últimas estaban retrasadas y era imperativo que se realizaran.

Igualmente se ha restablecido nuevamente el diálogo - iniciado en Santo Domingo - entre un amplio sector de la oposición y el Gobierno para consolidar la paz y una auténtica democracia participativa en Venezuela.

Ante este panorama se definen nuevas opciones y se colocan en su lugar, los sectores que siempre habían jugado con dos cartas a la hora de optar por el poder en el país (con una bajo de la manga).

Los que juegan con cartas marcadas y buscan la violencia, se suman a quienes se manejan a control remoto desde el Norte y a quienes buscan pescar en rio revuelto o dar un golpe de Estado, protegidos por supuesto, por una mano peluda desde el imperio.

El tiempo - que siempre es un sabio consejero - se ha encargado de colocar las cosas en su lugar y busca despejar el camino de la Revolución Bolivariana, desde el mismo momento que asumió el poder con la llegada Comandante Hugo Chávez Frías a Miraflores, en enero de 1999.

Si bien las candidaturas de la oposición se presentan con varias opciones - cercanas a las 14 candidaturas – frente a la candidatura del Presidente Nicolás Maduro, apoyado por el Psuv y el GPP – quien opta por la reelección - la más destacada por el sector de la oposición es la candidatura del ex gobernador del estado Lara, Henri Falcón (quien perdió por más de 150 mil votos la gobernación) y está ahora apoyado para la presidencia por los partidos Copei, el MAS y su partido Avanzada Progresista (AP).

El movimiento de los últimos días en el campo electoral ha sido sorprendente. Una vez más se colocan en su lugar los violentos y los perritos falderos del imperio norteamericano, liderados por Julio Borges (hoy auto exilado), Ramos Allup, Juan Pablo Guanipa y la misma María Corina Machado (quien ha llamado a la abstención) junto a los restos que quedan de la conocida MUD.

Por su parte Henrique Capriles Radonski (raro espécimen de PJ) ha querido marcar la diferencia - a última hora – a pesar de su ya conocida trayectoria de violencia junto a Leopoldo López, de Voluntad Popular (VP), para poder subsistir en el escenario político venezolano.

Las últimas decisiones políticas han caído como un vaso de agua fría en la "oposición mayamera" la cual ha quedado sin luz y sin vista, lanzando pestes y culebras junto al coro de los detestables presidentes del "Cartel de Lima".

De igual manera muchos opositores venezolanos no han aceptado postularse a las elecciones o se han retirado (caso Ramos Allup, Claudio Fermín, Juan Pablo Guanipa y otros líderes).

Todos ellos han adoptado esta posición gracias a un juramento realizado en la Embajada de los Estados Unidos en Venezuela ante el representante del presidente Trump, el agregado Todd Robinson quien les ha pedido su retiro de la contienda electoral.

En definitiva "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida… ¡ay Dios!" como dice la canción de Rubén Blades y ello nos hace pensar, que muy a pesar de las dudas sobre esta impredecible oposición, la paz parece cobijarnos, gracias a que gran parte de la oposición venezolana por fin marca posición y se define entre la Patria y el Imperio.

¡Amanecerá y veremos!