Día Setenta y Siete La Unidad de la Izquierda por el Filo de la Navaja del 2018

La división de la izquierda en Venezuela es la historia de sus derrotas políticas en cualquiera de las vías adoptadas, por ella, en sus intentos por la toma del poder. No voy a perder el tiempo explicando lo que entiendo por izquierda, para los efectos de este artículo, es simplemente lo que la gente, en general, conoce por esa calificación política. La vocación de la izquierda, nunca me lo he podido explicar, siempre ha sido a la atomización, al fraccionamiento y a la formación de grupúsculos. Tomando como punto de partida, sin mayores consideraciones, el 23 de enero de 1958, desde esa fecha histórica hasta la llegada de Chávez al poder, en 1998, la izquierda siempre había mordido el polvo de la derrota segmentada, descompuesta y escindida.

Uno de los méritos más grandes de Chávez, entre tantos, fue haber sido capaz de unir a la mayoría del pueblo venezolano alrededor de las concepciones de izquierda y derrotar en las elecciones, hace 20 años, a lo que todo el mundo conoce por la derecha venezolana agrupada en el tristemente célebre Pacto de Punto Fijo. Para que eso fuera posible tuvo que aglutinarse el pueblo en el movimiento social transformador más impactante del siglo XX, el cual ha sido sin duda alguna, el chavismo. Por esa unidad popular victoriosa y democrática pudo gobernar Chávez y lo está haciendo ahora Nicolás Maduro Moros. Esa es la verdad.

Nadie puede negar la existencia, de manera concreta y evidente, en el pensamiento de Chávez, de una idea transversal que recorre todo su predicamento revolucionario y es el de la unidad política de la izquierda. Antes de Chávez, en el siglo XX, ningún líder político de izquierda había logrado reunir, bajo su dirección, prácticamente a todo el abanico de la izquierda conjuntamente con la muchedumbre y las manifestaciones tumultuosas de todo el país. En los últimos veinte años siempre hubo disidencia de factores políticos, diferentes a la derecha, que pasaron a montar tiendas apartes, pero sin ninguna ascendencia significativa en la política nacional ni ideas justas alternativas al chavismo capaces de penetrar en las grandes mayorías populares.

Ahora está pasando lo mismo con Nicolás Maduro. Esta nueva disidencia política que disfrutó, a sus anchas, del poder con Chávez al no seguir contando con las prebendas burocráticas, que tuvieron en el pasado, alzó el vuelo al campo de la oposición. Algunos desde la lucha democrática y otros desde la conspiración golpista, los unos y los otros, sin contar con la aprobación del soberano convertidos en minorías disolutas, sin dejar ninguna huella, en vías de disolución y desaparición.

El milagro de la unidad de la izquierda se mantiene en las grandes mayorías populares, que hacen caso omiso a los cantos de sirena. Sigue la unidad popular de la izquierda socialista, antimperialista, y profundamente chavista cosechando triunfos democráticos frente a la derecha antinacional subordinada a sus amos extranjeros.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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