El sacrificio de nuestros gobernantes por el bienestar del pueblo hay que recompensarlo. Propongo que gratifiquemos sus nobles acciones, las cuales se han traducido en abundancia, mucha alegría, y el sinfín de oportunidades que disfruta hoy la inmensa mayoría. No podemos ser mezquinos en admiración y reconocimientos para nuestro presidente obrero y su abnegado equipo. Hay que valorar el esfuerzo extraordinario que hacen para ofrecernos esa inusual disposición a la renuncia de los privilegios que otorga el poder, a favor de la prosperidad del colectivo. Es algo digno del Guiness World Records. No podemos negar que ese desprendimiento emociona, pero ojo, así como hemos engordado por tanto bienestar social, también ha disminuido perceptiblemente la calidad de vida de estos hombres de buena fe. Pobrecitos, ellos lucen desmejorados, demacrados, alejados de la pompa y el lujo. Estamos profundamente conmovidos y muy convencidos de que el´ presidente y su equipazo de gobierno necesitan urgentemente ayuda humanitaria. Por lo tanto, en correspondencia a su generosidad, emplazamos a los venezolanos y en específico a los cumaneses para hacer una colecta pública con el propósito de proveerles una caja de arenques en obsequio al sacrificio de dar el todo por el todo para que nuestro pueblo viva dignamente.
Tal vez nos anime la idea de donar, además del nutritivo arenque, pollos, carne de res, cerdo, azúcar, arroz, harina precocida, aceite, arroz, espagueti y todo lo necesario para premiar merecidamente a estas criaturas desvalidas. Es bueno recordar que Nicolás Maduro y su gabinete defienden y acatan fielmente el trascendental legado de Chávez, muy especialmente el valor de la humildad: " ser rico es malo". Por eso, los lujosos carros blindados, los yates, los costosos relojes, las riquezas acumuladas en dólares, las mansiones, los viajes, la exhibición de riquezas está muy alejada del estilo de vida de estos iluminados.
También considero justo apoyar irrestrictamente a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente. Ellos, conjuntamente con Maduro, lograron por decreto mágico, derrotar al despreciable dólar, y además están encaminando al país a la gran riqueza. Tenemos la obligación de donar a los miembros de la Asamblea Constituyente (ANC), un día de nuestros salarios. Ellos lo han abandonado todo, no tienen donde caer muertos, son cristianos y socialistas, bolivarianos y no quieren tocar un solo petro, perdón un solo dólar.
Igualmente, no está demás, echarle una ayudaíta a las hijas del comandante. María Gabriela Chávez vive en una casita en Nueva York, humildemente. Rosa Inés Chávez vive en París, con la ayuda de alguna gente piadosa, ella estudia en la universidad de los pobres de Francia. Están pasando las de Caín y hay que tenderles la mano.
¿Quién puede refutar que este gobierno ha traído el bienestar y el desarrollo de la producción a Venezuela? ¿Quién puede negar que la cosecha de productos agrícolas está en pleno apogeo? ¿Quién puede dudar de la fortaleza de nuestra moneda? ¿Quién puede poner en duda nuestros generosos sueldos y salarios, nuestra satisfacción por ver las neveras full, el carrito con buen mantenimiento, el servicio de transporte público eficiente, el servicio médico hospitalario, el de telefonía e internet? ¿Quién puede cuestionar la transparencia en los procesos administrativos y el buen uso de sus recursos? ¿Quién no se regala, de vez en cuando, un viajecito vacacional? ¿una buena comida en algún restaurante, disfrutar un helado con la familia? ¿Quién se puede quejar de este mar de felicidad? Maduro y su gente viven en un derroche de modestia porque siguen la línea del cristianismo, socialismo, bolivarianismo, y todos los ismos de desprendimiento y pobreza.
Todas esas virtudes ciudadanas, tan ejemplarizantes en las autoridades gubernamentales, tienen un gran impacto emocional en el pueblo, especialmente en los jóvenes. Asimismo, la seguridad y garantías de los Derechos Humanos que se ofrece al venezolano son modelos de referencia en el mundo. Es por eso que ningún ciudadano quiere irse de este país hermoso. Y no solo eso, cada año, millones de turistas nos visitan desde distintas partes del planeta para disfrutar de nuestras bellezas naturales, lo que ha fortalecido la industria turística nacional. Otros tantos sueñan con establecerse a vivir aquí porque es un paraíso terrenal.
Lo que recientemente, nos ha dado motivos de orgullo es que la pareja presidencial, Nicolás y Cilia, está produciendo huevos y pimentones. Ellos, a través de estas acciones han logrado incentivar el interés por el cultivo de la tierra. Todo esto justifica, en buena medida, que descuiden un poco sus tareas de gobierno para dedicarse a sembrar ají, tomate y criar gallinas.
Para felicidad nuestra, el presidente obrero ya ha anunciado, que al terminar su labor misionera, esa gran tarea de darle prosperidad a cada venezolano, retornará a su trabajo en el Metro de Caracas para continuar como sindicalista y chofer. Nosotros esperamos ansiosos que Maduro se monte en el tren más veloz y con la ruta más larga, acelere bien, y siga directo a China. Todos le saludaremos alegres: Adiós que te vaya bien...