Día Ochenta y Cinco Dios Caminando por el Filo de la Navaja del 2018

La religiosidad, la espiritualidad y el sentimiento colectivo de los pueblos son indispensables en los procesos de transformación social. La revolución bolivariana socialista y cristiana es un ejemplo de ello. Chávez es el símbolo de esa síntesis de pensamiento donde se unen la creencia en Dios Todopoderoso con el Credo de Aquiles Nazoa. Los tiempos del extremismo existente en la guerra civil española entre curas y comunistas ateos es historia pasada. Hoy en día no existe discriminación entre ateos y creyentes en las filas de la revolución.

En filosofía el tema de la creencia o no en la existencia de Dios es trascendente y nunca pasará de moda por razones obvias. Todo el mundo tiene derecho a pensar, a razonar, a reflexionar si Dios existe o no existe. En Venezuela, a diferencia de otras partes del mundo donde no hay la libertad de cultos, gozamos de una gran tolerancia religiosa en todas las instancias. En nuestro país si la gente es responsable, trabajadora, honrada y son buenas personas a nadie le importa su credo o religión.

En el mundo universitario, académico e intelectual cada quien adopta su línea de pensamiento sin prejuicios ni limitaciones dogmáticas. Por eso uno puede hablar sin rodeos sobre lo que muchos creadores de la cultura y del conocimiento universal han opinado sobre la existencia de Dios entre ellos: Karl Marx, Charles Darwin, Mark Twain, Sigmund Freud, Albert Einstein, Bertrand Russell y John Stuart Mill entre tantos otros insignes personajes prominentes hacedores de la filosofía y la inteligencia.

Karl Marx : "La religión es el opio de los pueblos" (Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel) . Si Marx hubiera conocido la Teología de la Liberación posiblemente no hubiese generalizado al hacer su famoso comentario antirreligioso pero desde el punto meramente filosófico no hay duda que la única liberación posible del ser humano es a través de la aceptación del hombre como su suprema esencia. La emancipación del ser humano es la emancipación del hombre con la teoría y la práctica revolucionarias.

Charles Darwin: "No puedo pretender arrojar la mínima luz sobre problemas tan abstrusos como estos. El Misterio del origen de todas las cosas es irresoluble para todos nosotros, y yo debo contentarme en permanecer agnóstico." (Autobiografía)

Mark Twain: "Nunca ha habido ningún caso de sufrimiento o pena que no pudiera aliviar Dios. ¿Entonces Él peca? Si Él es la fuente de la Moral, la respuesta es que sí…" (La enseñanza de la Biblia y la práctica religiosa)

Sigmund Freud: "La crítica ha mermado el valor probatorio de los documentos religiosos, las ciencias naturales han mostrado sus errores, y la investigación comparativa ha señalado con asombro el letal parecido entre las ideas religiosas que reverenciamos y los productos mentales de los pueblos y los tiempos primitivos." (El porvenir de una ilusión)

Albert Einstein: "Era mentira, por supuesto, lo que leyó usted sobre mis convicciones religiosas, una mentira que se repite sistemáticamente. Yo no creo en un Dios personal; es algo que no he negado nunca, sino que lo he expresado claramente. Si dentro de mí hay algo que pueda llamarse religioso, es la admiración ilimitada a la estructura del mundo en la medida en que pueda revelarla nuestra ciencia." (Albert Einstein, carta del 24 de marzo de 1954; de Helen Dukas Banesh Hoffman editores., Albert Einstein, tue Human Side, Princeton University Press, Princeton, 1981, p. 43)

Bertrand Russell: "Me resulta difícil aceptar la idea de un Dios que se complace contemplando tantas torturas, y si existiera un Dios capaz de una crueldad tan injustificable, desde luego yo no lo consideraría digno de culto" (Compendio de pacotilla intelectual)

John Stuart Mill: "El mundo se asombraría si supiese que la gran mayoría de sus hombres más insignes, incluso aquellos que disfrutan de la estimación popular por su sabiduría y sus virtudes, son completamente escépticos en materia de religión." (Influencias morales en la primera juventud: el carácter y las opiniones de mi padre)



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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