Día Noventa. El Auge Cultural de la Revolución Bolivariana por el Filo de la Navaja del 2018

Las expresiones culturales de la revolución bolivariana son suficientes para probar, mostrar y verificar los resultados positivos obtenidos por el proceso revolucionario venezolano en su superestructura espiritual. Los poderes creadores del pueblo han parido soberanía de la buena con su canto patriota, socialista, antiimperialista y chavista. Los y las artistas que nos representan, con sus voces y creatividad musical descollante, tierna y aguerrida, están en la cúspide de su producción artística.

Una revolución sin cantores, cantoras, poetas, poetisas, escritores, escritoras, actores, actrices, bailarines, bailarinas, pensadores y pensadoras, cultores y cultoras puede ser cualquier cosa menos una revolución. Si medimos nuestro proceso transformador por nuestras expresiones culturales innovadoras, nuevas, vigentes que nos identifican con las luchas emancipadoras, liberadoras, independentistas de nuestro pueblo, podemos sentirnos orgullosos de lo que se está haciendo, presentando y realizando en el cultivo de nuestra música, canto, teatro, danza, artes plásticas, cine, literatura, poesía y en el arte de pensar.

Claro no todo lo que brilla es oro pues hay, existe y nos intoxica una contracultura. Yo diría un volcán de antivalores que ponen en riesgo todo lo que ha alcanzado el pueblo en su paciente y sostenida elaboración de su revolución cultural. No me refiero a la penetración extranjera contra la cual la identidad nacional está ganando la batalla ética y espiritual. Me preocupan los vicios propios, intrínsecos de nuestra naturaleza de pueblo que han sido heredados históricamente de la misma clase dominante que secularmente ha oprimido, explotado y esclavizado a los desposeídos, a los más pobres y explotados.

La figura histórica más emblemática de esta distorsión, torcedura o volteo social es la del General José Antonio Páez y su vuelo paradigmático del llanero, común y corriente, al hombre más rico de Venezuela. Pero no es solamente el mal ejemplo individual del desclasamiento de este personaje traidor, después de la Independencia, al Libertador Simón Bolívar. Lo más preocupante es el ejemplo antiético del paezismo que existe, se reproduce y parasita la cultura del venezolano con lo que llaman la "viveza criolla" que no es otra cosa que la corrupción popular. Uno se queda perplejo y estupefacto con la ligereza y falta de rigurosidad ética con la cual los sectores más humildes manipulan los más sencillos y elementales bienes materiales entre los cuales el "bachaqueo" es sólo uno de ellos pero los hay más sutiles y dañinos que intentan pasan desapercibidos.

No fue por otra cosa que el presidente Chávez formuló, planteó, y murió sin lograrlo, su propuesta de la Ética Socialista que siempre eludimos, subestimamos y dejamos a un lado sin pensar que ese es el Talón de Aquiles de nuestra revolución.

*Profesor universitario de Filosofía de la Educación jubilado de la UPEL. Ex Director Ejecutivo (Fundador) de la Casa de Nuestra América José Martí.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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