Día Ciento Cinco El Odio de Caín contra Abel por el Filo de la Navaja del 2018

La disociación psicótica del escualidismo contra el chavismo se quedó pálida ante el sentimiento de destrucción que se alberga en los que despotrican ahora de sus antiguos compañeros de ruta y del gobierno que hasta hace poco los cobijó y les brindó su confianza.

Cuando Chávez llegó al poder en 1998 lo hizo a la cabeza de la mayoría del pueblo que lo apoyó. Con Chávez nació una nueva izquierda, portadora de una original fundamentación ideológica, que por primera vez se constituyó en mayoría frente a la hegemonía histórica de la derecha. La nueva izquierda que nació con la llegada de Chávez al poder tiene sus raíces en la izquierda existente antes del S. XXI pero no es la misma.

La fundamentación ideológica del chavismo está viva, cultivándose en una continuidad creadora igual que el socialismo del siglo XXI. Todavía falta mucha tela por cortar para que la filosofía de la revolución bolivariana pueda ser considerada una nueva categoría del pensamiento, pero está dando los pasos para lograrlo. Por ahora podemos observar el proceso como un laboratorio político social donde están en efervescencia ideas socialistas, cristianas, bolivarianas, integracionistas, emancipadoras, ecológicas, comunales, marxistas, de identidad nacional, de un profundo sentimiento de la venezolanidad, de ética revolucionaria y de una democracia participativa y protagónica.

A lo largo de estos veinte años se han producido no pocos desprendimientos burocráticos del chavismo, desde Luís Miquilena hasta Rafael Ramírez, pero ninguno de ellos ha tenido incidencia en la unidad de la maquinaria partidista ni afectó, para nada, el respaldo de las mayorías populares al chavismo. Tampoco la disidencia burocrática individualista del chavismo ha contado con relevancia ni significación en la discusión política ni ideológica. Estas circunstancias explican que no se han producido divisiones en la unidad estructural del chavismo y los disidentes no cuentan con ningún respaldo popular.

En esta historia de los desprendimientos personalistas se pone de manifiesto el odio bíblico de Caín contra Abel. Caín está muy enojado porque Dios prefirió a Abel. Dios se dio cuenta que Caín era malo por eso eligió a su hermano. En la historia terrenal Caín no mata a Abel porque Dios no se lo permitirá pero como no le gustan las personas como Caín lo castigará enviándolo lejos de su familia. En la psique de Caín debe haber un conflicto, digno de ser analizado por Freud, cómo saber a quién odia más si a Dios o a su hermano Abel.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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