En la medida que hay más injusticia la sociedad clama por la aplicación implacable de ella. Este es un país ávido de justicia porque el final, la última instancia de todos los males que nos ocurren tiene su esencia en una tremenda injusticia. Desde las calamidades más sencillas hasta las grandes catástrofes que nos aquejan, todas las desgracias, tienen su origen en la falta de hombres justos y en la ausencia de una ética bolivariana.
El tema es complejo porque quienes critican al gobierno por la falta de mano dura contra los que violan los valores éticos de la sociedad democrática y de iguales que aspira a vivir en paz, son los primeros en desaprobar la acción gubernamental que la mayoría reclama.
El ejemplo más evidente de lo que aquí decimos es el affaire de PDVSA. En Venezuela no había nadie que no hablara horrores de la administración de nuestra principal industria. Se decía que en PDVSA había corrupción por todas partes y mucho más. Pero bastó que se destapara la hoya de la corrupción en PDVSA y se estén tomando las medidas legales para hacer justicia en esa empresa del Estado para que no falte quien denigre de esos procedimientos por ser supuestamente de carácter político.
Lo mismo ocurrió con la podredumbre que existía en la Fiscalía General de la República, la cual era utilizada por la exfuncionaria prófuga para la perversión moral de la justicia quien, en sus delirios de conservar todavía su investidura, arremete ahora contra la integridad de nuestro Estado-Nación. Los capos de las mafias al verse descubiertos, para que la justicia no los atrape, saltan la talanquera y se convierten de la noche a la mañana en los primeros opositores del gobierno.
Todo el país, sin egoísmo, debería aplaudir la operación policial "Manos de Papel" porque nadie ignora el daño que nos hacen los responsables del contrabando de extracción monetaria que buscan desestabilizar el país como parte de la guerra económica. Meter presos a más de cien de esos delincuentes, ni mejores ni peores que los de cuello blanco, es hacer justicia.
El pueblo quiere que el próximo gobierno de Maduro, después del 20 de Mayo, también haga justicia con los dueños de los medios de producción y distribución para que éstos dejen de torcer el cuello al país con el alza injustificada de los precios.