Falta poco para las elecciones presidenciales; la verdad verdadera cuando la mayoría de los registrados en el CNE decidan salir a votar, o una gran parte se abstenga mientras otras elegirán, como debe ser, en un sistema burgués democrático. A mí me ha parecido tan lejos estas elecciones porque es como si fuera una bomba a punto de explotar de la presión que hay en el ambiente, en la economía, en los medios y en lo social. Si me quedara con las noticias negativas de que el país se cae a pedazos diría que no hay esperanza alguna así gane Maduro o no, pero trato de pensar con mayor optimismo de ver siempre el lado bueno de las cosas hasta de una crisis. Toda crisis mide nuestros caracteres, de qué estamos hecho, hasta dónde verdaderamente somos revolucionarios, hasta dónde estamos dispuesto a llegar o si con facilidad caemos en la derrota y en las manos de los enemigos políticos. Cada quién sabe cómo está sufriendo su crisis.
En esta crisis por lo demás inducida, es decir planificada, la oposición fue su segunda víctima, la primera fue el Pueblo, ya que destrozada quedó, evidenciado como sus progenitor, su perversidad y demás males. Por el otro lado el Estado también quedó evidenciado su deficiencia en las soluciones a fondo, más bien noto que se dejó que tocara fondo y lo entiendo, no se podía seguir dándole oxígeno a un enfermo terminal. O seguimos sosteniendo ese muerto como sistema o parimos uno nuevo, el problema está en gran parte del Pueblo que no logra ver el cuadro completo cayendo en la desesperanza a punto de sacrificar el Legado de Chávez por un plato de lentejas como si no tuviéramos mayor ejemplo de la Cuba revolucionaria que ha soportado 60 años de bloqueo económico, apena sufrimos 3 años intensos de guerra económica y parecemos comernos.
La cuenta regresiva donde 5 candidatos compuesto por traidores, populistas y soñadores buscan lograr la alta magistratura pero a dos de ellos se les vio el bojote; me refiero a Bertucci y a Falcón, ambos lideran el segundo puesto en la contienda, aunque Bertucci disfraza su programa neoliberal con pétalos de rosas mientras Falcón es más directo, más traidor. Nicolás recorre el país, ya no como aquella primera vez cuando le tocó emprender una campaña con dolor de luto aunque ahora las cosas no son tan distintas porque carga el luto del rentismo petrolero, es decir la muerte anunciada del capitalismo venezolano en su esencia.
Nicolás le ha tocado un triple trabajo; gobernar con el Pueblo, defender el legado de Chávez y ser blanco de inmisericorde ataque de tirios y troyanos, no le ha tocado fácil; para los otro dos candidatos que pugnan por el segundo lugar en la contienda, están pescando en río revuelto porque sino fuera por esta crisis económica dudo que la oposición haya tenido candidato alguno, por lo menos éstos dieron la cara. Si usted me pregunta quién ganará; le puedo decir que Nicolás Maduro, es garante de la paz en la nación, sólo imagine por un momento que Bertucci o Falcón ganaran con estrecho margen. No imagino nada más la desmoralización del chavismo, sino verlo como oposición sabiendo que lo que le viene es fuerte cuando se comience aplicar los programas neoliberales que ya todos conocemos.
Una cuenta regresiva para el Pueblo que sabrá qué hacer, si traiciona el Legado de Chávez o lo defiende con su vida en las mesas electorales. Cuenta regresiva para los contrarrevolucionarios que se darán una segunda oportunidad de triunfo desde la Asamblea Nacional a ver si sus líderes no volverán a cometer los graves errores que la llevaron al cementerio político y que sólo sobrevive gracias a las corporaciones comerciales, mediáticas y los dólares norteamericanos.