Aquí lo que está en juego, en primer lugar, son los valores de la nacionalidad y del sentimiento de ser venezolano. Esto hay que tenerlo claro para evitar posibles dificultades en la comprensión del acontecer electoral el 20M. Si sobre algo no debe quedar ninguna duda es en la posición de la derecha internacional, encabezada por Donald Trump, de considerar "una amenaza inusual" a Nicolás Maduro, al igual que lo piensa la oposición antinacional, tanto la electoral como la abstencionista.
Hay dos grandes ofertas electorales por las cuales la sociedad venezolana deberá decidirse el 20M. La nacionalista y la antinacional. Por primera vez la corriente histórica antinacional se presenta desnuda con su verdadera esencia al descubierto, sin tapujos ni sonrojos. Ya no les da vergüenza subordinarse a una potencia extranjera y se disputan públicamente, entre las diferentes facciones pro imperialistas, el favor de su amo Trump..
La corriente antinacional promueve, defiende y propone la entrega del país a la intervención política, económica, cultural y militar de los EEUU de Norteamérica para imponer un desarrollo capitalista dependiente y recolonizado. Eso solo es posible mediante la coacción y la fuerza hegemónica de la burguesía antinacional para oprimir, reprimir, explotar y excluir a las mayorías populares. Es la fórmula del neoliberalismo que ha traído sólo hambre, miseria y desmejoras estructurales al pueblo donde se han aplicado los desacreditados paquetes económicos impuestos por el Fondo Monetario Internacional.
La otra oferta es la de construir un país potencia libre e independiente de cualquier centro de poder internacional a través de un modelo económico socialista, bolivariano, democrático y del pueblo el cual no tiene nada que ver con el cuadro de miseria y desolación al cual ha sido sometido el pueblo venezolano por el saboteo a los servicios públicos, la especulación, el ataque a la moneda, la hiperinflación, las sanciones, la quinta columna, la corrupción, el bloqueo económico y la guerra de todo tipo agravada con los errores propios que son corregibles. A la oposición, súbdita del imperialismo, no le interesa que la revolución bolivariana pueda mostrar las bondades de su proyecto revolucionario y de allí la guerra a que nos tienen sometido estrangulando a las mayorías populares, entre otras cosas, por la letal hiperinflación.
Los candidatos de la oposición, que figuran en las encuestas, piden la intervención extranjera para someter al país a la ignominia y en contraste la revolución bolivariana solicita la inversión extranjera, en condiciones que favorezcan el desarrollo económico del país, sin vender la libertad y la independencia nacional. Son dos visiones completamente opuestas que la mayoría del pueblo conoce, comprende y sabe diferenciarlas para decidir correctamente qué hacer el 20M.