Día Ciento Treinta y Tres Después del 20M caminando por el filo de la navaja

Después del 20M a ponerse las alpargatas que lo que viene es joropo. Arranca el proceso de rectificación y de lucha a fondo contra la corrupción, además del desmantelamiento de las mafias económicas, caiga quien caiga, tenga el apellido que tenga. Venezuela pisará la chola para convertirse en un país potencia que traerá la paz, la prosperidad y la felicidad a todos. Para eso el 20M se movilizará el conjunto del país y millones de chavistas, no menos de ocho, votarán por Nicolás Maduro.

Esa hazaña de producirse tendrá el inmenso valor por concretarse en medio de la feroz guerra del capitalismo y del imperialismo contra Venezuela. La URSSS lo logró con Stalin, también salieron adelante la China Popular, Corea del Norte, Vietnam y a Cuba no la han dejado aunque ha logrado sobrevivir dignamente por más de cincuenta años enfrentada al bloqueo económico, invasiones y ataques terroristas.

Venezuela tiene una ventaja estratégica, para lograr su cometido, si logra poner a producir al máximo su industria petrolera, por lo menos con tres millones de barriles diarios de petróleo, hoy disminuida, por un paro silencioso, a su mínima expresión. Venezuela es en esencia un país petrolero y todo lo que se haga o diga pasa por la consideración de la columna vertebral de su economía que es la industria petrolera. Por ahí hay que empezar, transformando la industria petrolera en una gran industria con ética socialista que nunca la ha tenido. Siempre ha sido una estructura burocrática engrasada con los vicios del capitalismo. Si no podemos poner a funcionar, como debe ser, a PDVSA todo lo demás será en vano porque nos faltarán los recursos económicos para la transformación estructural que el país reclama. Con el motor más grande del país trabajando a media máquina, y las aves de rapiña atacando a Venezuela, careceremos de la fuerza principal que puede impulsar el salto hacia el país potencia que aspiramos con un desarrollo agro industrial superior y autosuficiente que no dependa de la renta petrolera.

En segundo lugar hay que poner fin al "dejar hacer" "dejar pasar", de la economía criolla, metiendo en cintura a nuestra burguesía antinacional. A los productores y distribuidores de los productos necesarios para la vida de los venezolanos hay que ponerlos en tres y dos. O ponen sus medios de producción y distribución al servicio del interés nacional de toda la sociedad o esos medios deberán convertirse en propiedad social para satisfacer las necesidades que demandan las mayorías pisoteadas por la guerra económica. Qué más daño les vamos a dejar que hagan esas mafias económicas, de productores y distribuidores, las cuales están al servicio de fuerzas extranjeras enemigas de la Patria. Después del 20M ¡Basta de contemplaciones!



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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