Día Ciento Treinta y Cuatro El CLAP el 21M caminando por el filo de la navaja

Seis millones de venezolanos valoramos, con conciencia social, que después de ir a votar podríamos sentarnos a comer junto a nuestras familias, leche, granos, arroz, pasta, harinas, aceite, salsa de tomate o mayonesa gracias al CLAP. Si fuera por los dueños de los medios de producción y distribución, es decir por la burguesía antinacional, ya nos hubiéramos muerto de hambre por la especulación desmedida que ellos han desatado. Y sabían los millones que votaron por Maduro, muy bien, que esa burguesía apátrida es la misma que aliada con el imperialismo, las oligarquías latinoamericanas y europeas bloquean a Venezuela, en una suerte de guarimba económica, para que no se puedan traer al país los alimentos que el pueblo compra a precio justo en la caja del CLAP.

La burguesía suponía que su tremenda patraña sería repudiada por las mayorías desposeídas el 20M, por lo cual decidieron no concurrir al proceso electoral, que de hacerlo, con un candidato único, tenían la opción de ganar pero perdieron, por obstinados, esa oportunidad de oro. Con la abstención la burguesía nunca hubiera podido ganarle al Presidente Maduro, quien con el CLAP ha impedido la hambruna que las clases dominantes siguen intentando provocar, sin haberlo podido lograr. Henry Falcón, no contó con el favoritismo de las masas por su identificación con los sectores económicos que suben los precios de los productos a una altura solo accesible por la burguesía. Además se puso a prometer demagógicamente, con el mayor cinismo, una "ayuda humanitaria" que todos sabemos es el pretexto para la intervención del Comando Sur de los EEUU en Venezuela y como si fuera poco se comió el cuento de la dolarización.

Los abstencionistas y los electoreros de la oposición, operadores políticos de la burguesía antinacional, representaban dos tácticas de la misma estrategia del imperialismo. Su objetivo es defender el neoliberalismo en Venezuela de la amenaza socialista del chavismo. El voto minoritario de Falsón o del Pastor capitalista respaldaba a la derecha antinacional. Ambos candidatos terminaron rendidos a la promesa imperialista del Fondo Monetario Internacional y de allí en adelante no ocultaron su condición de perros falderos de Donald Trump con la desgracia, para ellos, que la supremacía blanca no los favoreció con la confianza que ellos suplicaban y se arrastraban para merecerla.

La connotación del CLAP va mucho más allá de su importante significado alimentario. El CLAP tiene un profundo contenido ideológico revolucionario por ser el primer paso económico de transición al socialismo que hemos dado, en el contexto del Plan de la Patria, al arrebatarle a la burguesía antinacional su hegemonía histórica en la distribución de los alimentos al pueblo. Si se hubiera avanzado más en el objetivo de "Todo el poder para el CLAP! el resultado hubiera sido haber contado con la superestructura de la conciencia social que necesitábamos para la obtención de los ocho millones de votos, y más, aspirados por la revolución bolivariana.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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