PARTE I
La historia de América Latina y el Caribe, en los últimos tiempos está cubierta por la implementación de modelos de intervención imperial, aplicando efectos neoliberales en los asuntos internos de cada estado, que ha traído como consecuencia intervenciones de todo tipo a nivel global.
Remontándonos a finales del siglo XIX, principios del XX, se puede decir que entra de nuevo la fase imperialista de la política de los Estados Unidos de Norte América, y con ellos un nuevo periodo de proceso de institucionalizar su dominio y jugar el papel de policía del mundo y porque no de árbitro en los conflictos, queriendo de esta manera implementar su poderío bélico heredado de la colonia y proponiéndose en persistir el pensamiento monroista; el cual es parte de su génesis después de desplazar a Gran Bretaña como potencia hegemónica en la región, emerge parte de su arrogancia interviniendo a la República de Cuba, posteriormente ocupó a Puerto Rico y conspiró con los secesionista de Panamá para desprender ese territorio de Colombia con la finalidad de apuntalar sus intereses económicos y financieros creando y comprando las autoridades de turnos para facilitar su voracidad imperial y a la vez implementar su poderío militar comunicando sus costas del Pacifico y el Atlántico.
Fueron años de terror y avallasamiento contra los pueblos del Sur, Centro America y parte del Caribe del cual aun creyendo ser dueño perpetuo de esos territorios, aplicando la política del gran garrote y la diplomacia del dólar. En 1909 apoyaron el golpe de estado contra el presidente de Nicaragua, enviando barcos de guerra a ese país centro americano, e instalaron gobierno proclive a sus intereses imperiales nombrando administradores estados unidenses, en 1910 intervinieron en Haití manejándolo a sus antojos e imponiendo políticas neoliberales, los subsiguientes años 1912, 1915 1916 vuelven de nuevo contra Nicaragua, la República de Haití y la República Dominicana imponiendo constituciones redactadas en Washington, ultrajando a los pueblos con sus intervenciones imperialistas, manteniéndose por largos tiempos con sus fuerzas armadas imperiales y asumiendo el mando directo de los países y estableciendo a su vez una brutal dictadura, fue parte de su arrogancia y perversión, mandando inclusive a asesinar al General de Hombres Libres, Augusto Sandino a quien jamás le perdonaron de haber sido el primer latinoamericano que dirigió un ejército formado del pueblo con hombres y mujeres enfrentándolos y derrotándolos militarmente hasta expulsarlos del territorio de ese país.
Jugaron hipocráticamente un papel mediador en un conflicto propiciado por ellos para de esta manera enfrentar en un conflicto como fue la batalla del chaco entre Bolivia y Paraguay, respaldada en su oportunidad por la empresa transnacional Shell, en una guerra fratricida entre dos países hermanos bajo la defensa de supuestos intereses nacionales con la finalidad de apoderase de sus intereses energéticos. Y todo esto no es nuevo vienen con una nueva arremetida contra la República Bolivariana de Venezuela sobre la crisis en la cual se encuentra ante una guerra económica que la derecha venezolana apátrida no quieren que tu veas, como anteriormente lo hicieron en Chile, en la dictadura férrea impuesta por el general Pinochet y el asesinato del presidente Salvador Allende, aún quedan en las memorias de muchos las mismas colas, la conspiración del transporte sus paros los comercios comprometidos con la derecha los anaqueles vacíos las farmacias sin medicinas, toda una conspiración con la especulación del dólar, todas ideas promovidas para ese entonces por el canciller de EEUU Henri Kissinger, como fue en el pasado reciente con la Doctrina de Obama y ahora con el oprobioso Trump, que buscan de nuevo una intervención en Venezuela, para adueñarse de una de las mayores reservas de petróleo del mundo, al querer de nuevo renovar el ignominioso decreto imperial considerando a Venezuela una amenaza para el mayor imperio de la humanidad, con el ejército más intervencionista en el paneta.
Pero en fin que buscan con los pueblos de América Latina y el Caribe?, que la historia vuelva a repetirse como dice la letra de un famoso tango, todos sabemos el papel que juega la Organización de los Estados Americanos (OEA), y la corte que la rodea estando el afrentoso e infamante Almagro al frente que sigue siendo el instrumento de EEUU, para imponer su modelo económico neoliberal, y llevar a la guerra a Latinoamérica a través de alguno gobiernos de derecha como el grupo de lima, que solo buscan ampliar su capital y el dominio de las transnacionales, para controlar en nuestro continente los recursos naturales, el petróleo, el agua, los minerales, el comercio, como lo dijera en una oportunidad el prócer de Cuba José Martí.
