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El mundo pide una Paz verdadera

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Al llegar el final de la guerra fría, se creyeron más amplias las posibilidades de reforzar la paz : Una paz estrechamente vinculada al cumplimiento de las obligaciones internacionales contraídas en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

Sin embargo, las acciones bélicas que son observadas por la TV en todo el mundo -cuya única fuente de información es una oficina creada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos-, transgreden abiertamente la carta de las Naciones Unidas, la cual establece que las disputas internacionales que pongan en peligro la paz deben ser resueltas por medios pacíficos.

La Comisión Internacional de Juristas, organismo consultivo de la ONU con sede en Ginebra que agrupa unos sesenta expertos, ha catalogado la actual intervención armada sobre Irak como una agresión ilícita y denuncia la ilegalidad de dicha intervención al no contar con la autorización de las Naciones Unidas: "sin una autorización del Consejo de Seguridad, ningún Estado puede recurrir a la fuerza contra otro, salvo en caso de legítima defensa, en respuesta a un ataque armado".

Pero paralelamente, mientras los monopolios comerciales de información difunden masivamente discursos que de forma continua tratan de justificar la guerra, en el mundo se levantan innumerables voces que abogan por la construcción de una paz verdadera, que recoja la dignidad, la justicia social y el respeto por los derechos humanos.

Muchos pueblos se enfrentan deliberadamente a los gobiernos que ahora utilizan la guerra. Millones de personas, desde el pasado 15 de marzo, han salido a las calles de Nueva York, Londres, Barcelona y Madrid, entre otras ciudades, para exigir a sus gobiernos que detengan la invasión sobre Irak. Más de cuarenta estadounidenses laureados con el premio Nóbel firmaron un manifiesto contra un ataque preventivo unilateral en Irak.

Anoche, en Estados Unidos, miles de habitantes del área de Los Angeles protagonizaron una contundente marcha contra la guerra en las cercanías del Kodak Center, donde se celebró la entrega del Oscar. Uno de los ganadores de la noche, el director Michael Moore por su documental "Bowling for Columbine", se pronunció fuertemente contra la guerra al recibir su premio en el escenario, y luego, durante la conferencia de prensa, Moore dijo que el mensaje enviado por el gobierno estadounidense a la población infantil de ese país, es que "la violencia es un método válido y aceptado para resolver los conflictos."

José Saramago, premio Nóbel de Literatura 1998, en un manifiesto contra la guerra hecho público el pasado 15 de marzo en Madrid, (http://colombia.indymedia.org/news/2003/03/2071.php), decía que "más que decir 'No a la guerra', se propone tratar de luchar todos los días y en todas las instancias para que la paz sea una realidad".

La Asamblea General de la ONU, realizada el 6 de octubre de 1999, aprobó una Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, en la cual se reconoce que "las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz", y que la paz "no sólo es la ausencia de conflictos, sino que también requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos."

Esta Declaración establece la cultura de paz "es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida que permiten resolver conflictos por medios pacíficos y en un espíritu de respeto por la dignidad humana y de tolerancia y no discriminación". Estos valores se basan en:

a) El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación;

b) El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional;

c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales;

d) El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos;

e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presente y futuras;

f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo;

g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres;

h) El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información;

i) La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz.

La voluntad de los pueblos de declarar inadmisible que se use la guerra como excusa para lograr la paz, debe impulsar el trabajo en pro de la construcción de una verdadera paz justa y duradera en todas las partes del mundo.

Estos principios han sido establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural, un Estado de justicia, que respete los derechos humanos y consolide los valores de la libertad, independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la Ley, para ésta y las futuras generaciones. Tales principios también rigen la política del Estado Venezolano.

Por ello es política de Estado promover la cooperación pacífica entre las naciones, el respeto al principio de No Intervención y Autodeterminación de los Pueblos, la garantía universal e indivisible de los Derechos Humanos, la Democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad.



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