Todo el mundo nos estamos quejando porque no nos alcanza el dinero, no conseguimos el efectivo, sufrimos una hiperinflación y nuestras familias y amigos no están comiendo completo y nos cuesta renovar nuestros vestuario, calzado y cosas, ir al cine es ya un sueño, hacer una parrillada ni hablar, fumar y beber se ha convertido en un lujo. Si a esto uno le llama "Socialismo" le doy la razón a cada uno de los opositores y a los antimaduristas, peor aun cuando el gobierno que tanto apoyo, sin estar enchufado, palabrita peyorativa para cualquier funcionario público, emana niveles de corrupción sorprendente.
Qué respuestas le podemos dar al adversario político cuando me pregunta si es esto lo que Chávez deseaba para su Pueblo, si es esto lo que queremos para el futuro de nuestros hijos. Claro que eso no garantiza futuro alguno porque lo que sucede en mi nación se debe mayormente a un problema de índole moral manifestado en la ambición desmedida del dinero y el poder.
La oposición dese hace 20 años le viene haciendo un gran daño al país desde guarimbas hasta intentonas golpistas, empresarios en su permanente saboteo a la economía, funcionarios públicos tanto militares, policías y civiles que buscan a como dé lugar sacar sus buenas tajadas, y nuestra gente de abajo que para sobrevivir o salir de su posición social, se presta al nuevo sistema de esclavitud burguesa como es el bachaquerismo.
Si a mí me van a decir que lo anterior es socialismo, están muy equivocados, todo eso gira en torno al capital, al dinero y su acumulación, en sistema de robo, peculado y explotación. Quienes practican tales cosas, sea por intereses políticos y económicos, se hacen un daño así mismo, a su familia y al país porque la crisis nos ha alcanzado a todos y se debe a que el sistema capitalista ha implosionado, lo viejo está muriendo.
Como venimos de toda una cultura capitalista por más de 60 años nos cuesta adaptarnos a la escases, a la ausencia de marcas, al derroche y al consumo, no fuimos precavidos y ahora pagan nuestros hijos porque en los mejores momentos del Chavismo fuimos derrochadores, cuando nos llegó la línea blanca botamos los aparatos viejos, ni siquiera se los regalamos a otros que lo necesitaran. No nos ocupamos en sembrar, hacer huertos y gallineros.
Los que disfrutaron de esos momentos de prosperidad pensamos que todo sería así, pero olvidamos que aún nuestra economía sigue estando supeditada al sistema capitalista, seguimos dependiendo de él, y lo que pasa afuera nos afecta a todos, sea por la caída del dólar o de los precios del petróleo. Seguimos vulnerables a las estructuras de la burguesía y de la oligarquía quienes pueden aún rediseñar la producción y distribución de todo lo que aquí se produce o importa.
La oligarquía ha podido enriquecerse más en la revolución que antes, sino que alguien lo niegue, porque aún después de 20 años nos hemos aún aferrado a lo que muere y que ahora casi nos mata por igual.
Por eso pregunto; hasta dónde realmente somos socialistas o capitalistas, porque si fuéramos socialistas, no hubiera bachaqueros dentro de los de abajo, estuviéramos todos con distintos mecanismos populares efectivos junto al Gobierno y al Estado haciendo frente y venciendo la guerra económica y a los aprovechadores que están pescando en río revuelto.
Es hora de asumir posiciones, de corregir, de sincerizar las posiciones y de enfrentar las realidades sino ese putrefacto muerto del capitalismo nos terminará de hundir.