Derecha venezolana atrincherada en la rabia, el odio, la mentira y afán de lucro

El egoísmo, la mezquindad, el individualismo, el capitalismo salvaje, el neoliberalismo, las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el garrote vil de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) son las predicas de contenido de la gente de la derecha venezolana y mundial. Todo gira en torno a eso en un ritornelo invariable. Todo cambia menos eso.

Así es la derecha, su ceguera psicológica, su avaricia. Su desmedido afán de riquezas y tesoros. Cuando (por mi parte) no creo en egoísmos, pues mi práctica de vida es tener fe y esperanza en la solidaridad, la compasión, el compartir, el nosotros antes que el yoismo, el trabajo en forma de cooperativa y Pymes familiares, vecinales, parroquiales, antes que en transnacionales de la explotación del trabajo humano y la depredación de los ecosistemas y el planeta tierra.

Soy biológicamente un criollo venezolano, pero mi alma y mi religión son de indio Caribe, un kari´ña. Creo en la tribu, en el pueblo, en la inmensa sabiduría de la gente humilde, los humillados y ofendidos por los cuales se hizo la Revolución Francesa y escribió Víctor Hugo, Rimbaud, Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, Federico García Lorca, y tantos miles de escritores que han tomado partido contra la injusticia, entre los cuales me cuento con orgullo y dignidad.


Una derecha que ha construido su discurso con lugares comunes, con rumores e informaciones de muy baja calidad, muy cretinas, escamoteando verdades profundas; por eso tienen en Venezuela de líderes a hombres muy mediocres como Capriles, Ledezma, Borges, Allup, que les manipulan hasta lo indecible.


Juran y sueñan que cuando el chavismo salga del poder, ellos volverán y lograrán acabar con todo eso de la Revolución Bolivariana. Que borrarán al chavismo no sólo de la faz de la tierra de Venezuela sino del planeta tierra, como si el socialismo, la hermandad entre los hombres y mujeres, fuera una enfermedad y ellos (el capitalismo) la cura.


Y los mediocres políticos que son ni siquiera se han enterado que el chavismo no es un partido político, ni siquiera es un gobierno, sino que es una cultura que abarca un espectro más amplio, hondo y denso dentro del pueblo de Venezuela. Que el chavismo forma parte del corazón del venezolano de a pie, del sentir hondo y profundo a donde ellos (esta gente de la derecha rancia) no llegarán nunca en la sensibilidad y en el afecto del pueblo de Venezuela.

¡Bah! pero no vale la pena seguir hablando con interlocutores que no lo son.... Gastar el tiempo en exposiciones y análisis que ellos no entenderán nunca porque son ciegos psicológicos y nunca podrán mirar con ojos de bondad y compasión al mundo y sus seres vivos.


Pero para que ellos se estrellen contra la realidad concreta y objetiva puedo decir que las imágenes están allí y en ese sentido en ninguna parte del país, nunca, pero nunca he visto al Presidente Maduro en la caja registradora, cuando voy a pagar alimentos y medicinas, bienes; nunca he visto al Presidente Maduro vendiéndome a precios de estafa.


A quienes sí he visto y escrutado con profunda rabia y enojo, ha sido al dueño del negocio, un comerciante o un empresario afiliado a Fedecamaras, Consecomercio, Cavidea, Fedenaga, estafándome, robándome, escondiéndome los alimentos y las medicinas en forma ruin y miserable.


Ya basta, ya está bueno de la vaina. ¿Cuál hiperinflación, dicen? Eso no existe en el mundo global de ahora donde tú puedes comprar por internet y en cualquier lugar del mundo lo que quieras, siempre que puedas pagarlo y traerlo en aviones o barcos; siempre (por supuesto) que los Estados Unidos de América y sus aliados no te bloqueen; porque si ello ocurre sucederá como acontece con este Bloqueo Económico, Comercial y Financiero que padece Venezuela desde hace años y que constituye (según el manual de la CIA del Golpe Blando de Gene Shap) un proceso de ablandamiento psicológico y moral de la población de Venezuela por hambre y enfermedades y destrucción de la gobernabilidad y la normalidad cotidiana de la vida para que el ciudadano se enfrente a la ineficiencia de su gobierno y lo haga trizas.


Y todo porque Estados Unidos de América y sus aliados quieren para sí (otra vez como lo fue en época de los gobiernos de derecha en Venezuela); quieren para sí de nuevo la mayor reserva de petróleo y gas que existe en el mundo, como para 500 años continuos de explotación comercial; y se llama ahora Faja Petrolífera del Orinoco, y queda en Venezuela, en el Oriente, en costas del río Orinoco. Una "faja" que ellos llamaban "Faja Bituminosa del Orinoco" en la cual vendían el petróleo que extraían a Estados Unidos de América a precios de carbón: solo en céntimos de dólar por barril.

Y entre otras cosas importantes necesitan esa inmensa reserva de petróleo de los venezolanos para continuar apuntalando la importancia del dólar como moneda de intercambio mundial, una moneda estadounidense que basa su valor en que sirve para las transacciones de compra y venta del petróleo que proviene del Medio Oriente: Arabia Saudita, Emiratos Arabes, Irak, Libia, Qatar, Kuwait, etcétera. Un petrodólar que es el centro de la riqueza y el tesoro más importante con que cuenta Estados Unidos de América. "Controla los alimentos y controlarás a las gentes; controla el petróleo y controlarás las naciones; controla el dinero y dominarás el mundo", dice la Doctrina Henry Alfred Kissinger.


Eso (en resumen) es todo el asunto de lo que ocurre en Venezuela. Los gringos y sus aliados quieren petróleo barato, casi gratuito, y no quieren pagar ningún precio justo por ello. La vocación imperial (ayer España, los imperios de turno, y ahora Estados Unidos) que solo saben robar, robar siempre, como lo han hecho siempre con Venezuela desde la época histórica de La Conquista y La Colonia. Robar, robar, por eso es que son ricos los Estados Unidos de América y Europa. Robar y matar, robar y matar, estafar, acaparar, saquear, asesinar a los humildes, ayer Irak, luego Libia, Afganistán, Siria, ahora Venezuela, del robo, la muerte y la mentira viven...

Pero tendrán que asesinarnos a seis millones de venezolanos porque no vamos a permitir que ninguna potencia o país extranjero vuelva a subordinarnos, neocolonizarnos, ningunearnos. Somos libres en Venezuela y pésele a quien le pese y duélale a quien le duela el Presidente Nicolás Maduro es el Presidente de Venezuela y líder de esta Revolución Bolivariana. Y si a la derecha mundial de América Latina, Estados Unidos y Europa no gusta de Nicolás Maduro, bueno pues eso es buen signo que vamos por el camino contrario a los intereses de los ricos del mundo. Mal estaríamos si lanzaran flores y halagos a los venezolanos y nuestra Revolución Bolivariana.



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José Canache La Rosa


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