¡Impresionante descubrimiento!... Chile y Colombia, históricamente monstruosos (dedicado al escritor Jorge Baradit)

  1. Dedico este trabajo al escritor chileno Jorge Baradit1 con la idea de que él pueda profundizar en el tema de la desintegración de nuestra América, esperando a la vez que para hacerlo pueda empaparsemuy bien del tema de la historia de Colombia (Nueva Granada).
  2. En lo histórico, Chile y Colombia (debemos llamar a Colombia, insisto, Nueva Granada) presentan similitudes criminales bien espantosas. Chile y Nueva Granada han sido dos entidades que no han dejado de ser godas en todas sus acciones políticas, en sus comportamientos diplomáticos, y a ambas naciones coincidentemente la independencia les cayó del cielo: tanto José de San Martín como Simón Bolívar cruzaron los Andes, uno para independizar a Chile y el otro para liberar a los neogranadinos, a pesar de que las clases dominantes de estos dos países se aferraban con furor al sistemaesclavista español. Clases dominantes que de manera intacta se han mantenido inalterables en la historia, dirigiendo los destinos de estas naciones.
  3. Así pues que José de San Martín es el genio genitor de la independencia de Chile, y Simón Bolívar el genio genitor de la libertad neogranadina y a ambos, las oligarquías chilenas y neogranadinas llegarían a considerar invasores de sus territorios, tiranos y usurpadores. Y el corolario de lo que expondremos en este trabajo será, que aquellos godos conquistadores y colonizadores, reforzados con las refinadas prácticas nazis (teutones), lograron forjar dos enclaves (uno en el norte y otro en el sur), que han devenido en las fuerzas desintegradoras de Sudamérica.
  4. Como estrategia política, San Martín, al cruzar los Andes, llevó en su ejército a un monigote masón chileno llamado Bernardo O’Higgins (que para nada sabía pelear en el campo de batalla), para darle un viso de hermandad regional y un carácter de cierta legalidad a su avanzada libertadora. Lo mismo hace el Libertador cuando cruza los Andes, quien en su proyecto ya visionario de crear una gran potencia proyecta a un cobarde (también masón) de nombre Francisco de Paula Santander (que para nada sabe dar la cara en los combates contra los realistas).
  5. En la gran batalla de Chacabuco que decide la independencia de Chile, don Bernardo O’Higgins comete un catastrófico desastre que puso en serio peligro la victoria. En la batalla de Boyacá que da la independencia a toda la Nueva Granada, Santander se esconde debajo de un puente a esperar que pase la contienda, y viene un capitán patriota de nombre Leonardo Infante, lo toma por la pechera y le dice: "-Anda y gánate las charreteras como lo hacemos nosotros". (Cuando el proto-nazi Santander llegue a ser vicepresidente de la república fusilará a Leonardo Infante…).
  6. Debemos reconocer, sin embargo, que O’Higgins no era un redomado traidor y cobarde como sí lo fue Santander. O’Higgins era sencillamente un ser inepto, triste, gris. No sé por qué hay algo triste en los chilenos, algo que nosotros los venezolanos pudimos conocer tan de cerca durante la diáspora chilena desatada a partir de 19732. Un dejo de melancolía como si hubiesen sido desgarrados o hubiesen sufrido golpes mortales o una vejación terrible en la esencia de sus raíces más profundas. Chile, Colombia y España no son países alegres; claro, ríen, pero es una risa que tiene mucho de dolor y de pena, de condena, de culpa.
  7. En octubre de 1823, Bolívar envía a Chile a su edecán y diplomático coronel Daniel Florencio O’Leary: se trataba de una misión para solicitar ayuda a Chile en medio de las terribles penurias por lasque estaban pasando los patriotas en Perú. Presentaría O’Leary un pliego de peticiones al gobierno de Ramón Freire Serrano; un cuadro sobre el desastroso estado de los recursos pecuniarios, de la situación de los víveres y de los bagajes del ejército Libertador. Imploraba Bolívar a Chile a que ayudase con 2.000 hombres para libertar las provincias del Alto Perú ocupadas por los españoles. "-Usted –le decía Bolívar a O’Leary- persuadirá al gobierno de Chile a que haga cuanto esté de su parte…". Veremos que aquellas imploraciones caerían en saco roto, fue verdaderamente como arar en el mar.
  8. Cuando O’Leary llegó a Chile, su gobierno se volvió en extremo leguleyérico y alegaba con indolencia cerril que no podía enviar ayuda a Bolívar porque no lo consideraba legítimo (así como hoy sostiene Sebastián Piñera que el Presidente Nicolás Maduro es ilegítimo: un dictador!). Sostenían los burócratas de oficina del gobierno chileno que no podían ayudar a dos gobiernos enfrentados que se decían independientes en el antiguo virreinato, por lo que Chile tomaba la decisión de declararse neutral "en las desavenencias que agitan al Perú". Todo para sacarle el cuerpo a la responsabilidad de luchar por la PATRIA GRANDE, porque los gobiernos de Chile se han destacado siempre en América Latina por ser filones de mierda divisionista siempre al servicio de los grandes imperios.
  9. La misión de O’Leary acabaría en rotundo fracaso, y tendrá entonces que escribirle al Libertador el 3 de diciembre de 1823: "No soy capaz de creerlo, que este gobierno haya resuelto que la división no salga segunda vez a su destino…". Y a Tomás Heres (Jefe del Estado Mayor Libertador): "En caso de suspender todo auxilio este Gobierno (chileno), me embarcaré en el primer buque (para volver al Perú) dando maldiciones mil a todo el mundo que lleve el nombre de chileno…3".
  10. Chile no hizo nada por la independencia del Perú. El general Daniel Florencio O’Leary conoció personalmente a O’Higgins y lo definió como un pobre hombre, bastante deprimente e imbécil. El 3 de diciembre de 1823, O’Leary escribió al Libertador Simón Bolívar: "… pocas veces un jefe tan imbécil ha sido tan idolatrado como O’Higgins". Ciertamente, cuando Bolívar le pidió a O’Higgins que representara al Perú ante el gobierno de Chile, éste se negó en redondo. No tenía fuelle ni valor para un encargo de esta naturaleza. Toda esta es una historia, la de los infinitos esfuerzos y resortes que tuvo que mover el Libertador para dar libertad al Perú, que no existe todavía un ser humano que la haya podido recoger con los colores y las tenebrosas sombras de cuanto se vivió durante todo el año 24 en el Perú. Todo lo que hizo el genio de San Martín queda pálido ante la proeza inmensa y titánica que haría el Libertador Simón Bolívar, una vez que el Protector del Perú abandonara América.
  11. Bolívar, casi en estado moribundo desde Pativilca imploraba al presidente de Chile: "Yo no dudo que V.E. ponga un particular esmero en auxiliar al Perú. Con 3.000 chilenos y los refuerzos que yo espero de Colombia, el Perú quedará libre el año 24. ¡Yo lo ofrezco a V.E. y a la América entera¡". La categórica respuesta negándose Freire de plano a toda clase de ayudas fue esta: "Hacer reembarcar a la división chilena para que regrese inmediatamente al Perú me ha parecido imprudencia por estado de desorganización e inamovilidad en que viene…4". Sencillamente, todos los patriotas en Perú entendieron que Chile no quería ayudar para nada a la independencia de Perú. Incluso lo consideraba gravoso y negativo para su propia seguridad, sintiéndose el gobierno de Chile en esencia godo y comprometido con el viejo sistema colonial español. De modo que Bolívar tuvo que asumir únicamente con venezolanos la gran tarea de hacer libre la América del Sur.
  12. Finalmente, para cerrar este capítulo de ingratitudes por parte de esa gran cantidad de chilenos que entre 1817 y 1825, se disfrazaron de patriotas con el único interés de hacer volver a los godos a sus tierras, coloco este extracto de un documento presentado por el procurador nacional de Chile al Congreso de su país en enero de 1825: "¿En qué compromiso no ha quedado Chile por la deserción de sus armas, que entraron al Perú con tanta gloria? ¡Qué figura hará Chile en la historia general durante este ignominioso periodo de dos años! Después de haber ofrecido nuestra escuadra al Libertador con mil protestas y seguridades para el día siguiente a su aviso, transcurrió un año pudriéndose en nuestro puerto. Este suceso agregado al retroceso inoportuno de la expedición, mientras el Libertador se hallaba acantonado en un rincón del Perú sin recursos de ningún género, ha sido una hostilidad directa que se ha hecho a su persona y a su causa. Y el jefe de esa expedición desertora se halla de Ministro de Estado, y su segundo de gobernador de Coquimbo5".
  13. Ahora bien, Colombia es el primer productor de coca del planeta. Chile es el primer gran productor de un tipo de droga muy bien controlada por su oligarquía: un demoníaco y prepotente nazismoincrustado en sus fuerzas armadas y que se irradia por todo el cono sur. Un ejército que es una fuerza de ocupación al servicio de Estados Unidos y de su política imperial. En Colombia hay siete bases de Estados Unidos, toda Chile es una gran base militar del gobierno estadounidense.
  14. A principios del siglo XX los ejércitos de Chile y Colombia fueron entrenados por proto-nazis germanos y de ellos asimilaron todos los elementos racistas, criminales y represivos, exterminadores de sus propias razas originarias, además de estar protegidos, de vivir intocables por las leyes de sus naciones.
  15. En Chile como en Colombia, sus presidentes (con excepción de Allende) han anegado sus tierras con espantosas masacres. En Chile como en Colombia nadie de la clase baja (popular) ha llegado a la presidencia de la república.
  16. Cómo es posible que Chile se sostenga sobre los crímenes de Pinochet, que incluso su clase alta adore a este monstruo y la sociedad viva en pánico sin poder hacer nada. Que se celebre y adore al nazismo impuesto por este asesino y que aún ese país no tenga todavía la capacidad para que surja una conciencia liberadora, que se deje de inclinar tan repugnantemente ante los gringos, hacia ellosque han mancillado y asesinado a lo mejor de su juventud, lo mejor de sus poetas y artistas, lo más autentico de Chile.
  17. Este es un caso insólito, sobre el cual, ojalá, el escritor Jorge Baradit pudiera investigar y darnos una respuesta.

1 El historiador Jorge Baradit publicó en julio de 2015 Historia secreta de Chile (Editorial Sudamericana), primer volumen de una trilogía13​ sobre aspectos ocultos o desconocidos de la historia oficial chilena.

2 Para 1980, el número de chilenos pasaba de los 30 mil, y a todos es le dio trabajo, principalmente en las universidades.

3 Todo esto puede leerse en la "O’Leary, edecán del Libertador" del escritor Alfonzo Rumazo González, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1979.

4 Ut supra.

5 Ut supa, pág. 93.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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