El Mandela bobo

A mí me dejó gratamente impresionado el discurso de Maduro el 27 de septiembre en la ONU. Fue diáfano y preciso, pero por sobre todas las cosas, valiente. Ni siquiera leyó, hablo con naturalidad y dominio, prueba irrefutable de que se siente asistido por la verdad y la razón.

Desde hace rato Nicolás Maduro se está jugando la vida, literalmente hablando, al pronunciarse de manera frontal, clara, directa contra las clases dominantes colombianas, la gobernante y la narcotraficante, pues pueden ser dos o una o tal vez una mezcla de ambas, total no es nuestro problema aunque nos causen problemas y no soy tan valiente como Maduro para calificarlas de lacras, gritando y por TV, todos sabemos de antecedentes y métodos usados en Colombia para eliminar adversarios y criticadores.

También Maduro ha dicho con absoluta y diáfana claridad el papel jugado por los gobiernos de los EEUU, desde su fundación como republica hasta hoy, para tratar de dominar al mundo, o al menos para crear, como efectivamente lo han hecho, un mundo para ellos y otro para el resto de las naciones. Algo que se evidencia en llamar "soccer" a un deporte que el planeta entero se llama futbol, en llamar Serie Mundial a la serie final de su liga de béisbol profesional o al imponer leyes emitidas por ellos y para ellos al mundo entero, negándose a acatar o firmar cualquier acuerdo internacional que supere la soberanía de sus instituciones, reservándose para sí la iniciativa de castigar o sancionar a cualquier otra nación que incumpla tales acuerdos.

Muchos de nosotros ya conocíamos detalles de cada planteamiento dicho por Maduro en la plenaria, razón por la cual tendemos a negar lo expresado como "información". pero demostrado está que para el resto del mundo la misma información ha pasado por unos reactores que la modifican, hasta el punto de cambiarle totalmente el mensaje que pueda contener. Así que Maduro obligado está a repetir una y otra vez lo que acontece en Venezuela, según su visión por supuesto. Visión que comparto parcialmente, pero en gran medida.

Con la seguridad que da tener evidencias incontrovertibles, Maduro invitó al presidente Donald Trump a dialogar y al FBI a investigar; cosa que me hace recordar, una vez más, tantos y tantos videos y testimonios que desde el 2002 han demostrado quienes mienten y quienes se defienden. Maduro no tiene los pelos de la cochina en la mano, tiene detenidos y confesos a todos los actores materiales del atentado terrorista del 4 de agosto, tiene detenidos o bajo régimen de presentación a quienes organizaron y promovieron los disturbios de los años 2014 y 2017, tiene detenidos a los gerentes y exministros, inmersos en actos de corrupción en las más importantes empresas del estado y tiene centenares de videos y audios con declaraciones que dejan muy mal parados a quienes han usado el sabotaje como estrategia política.

Ahora bien, de tantas cosas que dijo Maduro, hay una que me llamo mucho la atención, no por la cantidad de información, pues humildemente apuesto mucho al uso de la interpretación de la historia para comprender el mundo actual, sino "por el discurso" que una fugaz toma de TV captó en cara y gestos del embajador de los EEUU cuando Maduro le recordó al planeta que Nelson Mandela fue catalogado y encarcelado por terrorista.

Recordemos que esta sesión de la Asamblea de la ONU fue dedicada en homenaje a Nelson Mandela por el centenario de su nacimiento, y en alusión a tal dedicatoria Maduro, con una semi sonrisa pícara dijo: "Se ha tratado de dibujar un Mandela Bobo…un Mandela que no luchó…."

Ruego se lea bien, pues Maduro no calificó a Mandela de bobo, ni tampoco se auto comparó con Mandela; simplemente desnudo la vieja estrategia de glorificar a los enemigos vencedores para camuflar la humillación del vencido. Una cosa que ahora le llama huir hacia adelante.

Mandela ciertamente fue un mártir, pero antes fue un rebelde. Se incorporó muy joven, y en plena guerra fría, al partido CNA (Congreso Nacional Africano) un partido de izquierda, socialista y aliado del Partido Comunista Africano, no solo para la lucha contra el racismo sino también para la lucha contra la pobreza y la exclusión social debido a la inmensa desigualdad social que reinaba y reina en Sudafrica.

Fue condenado a cadena perpetua, por cargos de terrorista y traición a la patria, producto de su actividad política clandestina, que incluyó la intensión de conformar grupos armados guerrilleros de corte marxista, inspirados en la revolución cubana. Solo gobernó a Sudáfrica 5 años (1994-99) presidencia que ganó por elecciones universales después que su predecesor, Frederik De Klerk lo liberó, junto a muchos otros líderes negros, legalizando el partido rebelde CNA y aboliendo las leyes racistas conocidas como "apartheid".

Frederik De Klerk era el vicepresidente de la recién independizada Sudáfrica y se convirtió en presidente mediante un golpe de estado, muy reservado y palaciego. Así que De Klerk pasó de ser el vicepresidente de un presidente racista a presidente reformista por cuatro años y a vicepresidente de Mandela. Algo que le dio méritos para el premio Nobel de la Paz.

Quienes encarcelaron a Mandela y a muchos otros líderes sudafricanos, fueron responsables de masacres y hambrunas. Jamás recibieron sanciones ni acusaciones por violación de derechos humanos en alguna corte internacional, siendo la presión sobre sus gobiernos racistas la exclusión de Sudafrica de los Juegos Olímpicos y del Mis Universo. Aunque usted no lo crea.

Mandela luchó, claro que sí, y logro sobrevivir a una prisión de 27 años, pero lo hizo en un país que logro su independencia gracias a la autarquía su clase dominante blanca y colonizadora y no por la sublevación de la población negra y colonizada. De haber sido de otra manera, es posible que Mandela hubiese sido el presidente de la Sudáfrica de los años 60 o 70 y su destino similar a la lista de líderes africanos que adjunto. Ojo, cada caso tiene su historia. Cada presidente tiene su lado bueno y su lado malo. A cada uno con sus circunstancias. El año entre paréntesis es el año de su asesinato.

Patrice Émery Lumumba presidente del Congo.(1960); Sylvanus Olympio primer presidente democráticamente elegido de Togo (1963); Johnson Thomas Umunnakwe segundo presidente de la Nigeria independiente.(1966); Abdirashid Ali Shermarke , presidente de Somalia (1969); Abeid Amani Karume, primer presidente de Zanzibar, Tanzania (1972); Richard Ratsimandrava, presidente de Madagascar (1975), François Tombalbaye, primer presidente de Chad independiente (1975); Murtala Mohammed, presidente de Nigeria (1976); Marien Ngouabi, presidente del Congo (1977); Tafari Benti,presidente de Etiopía (1977); William-Richard Tolbert, presidente de Liberia (1980); Anuar el-Sadat, Presidente de Egipto, Premio Nobel de la Paz. Asesinado en (1981); Thomas Sankara, Presidente de Burkina (país de los hombre íntegros) Intentó liberarse de los dictados del Banco Mundial y el FMI. (1985); Ahmed Abdallah , presidente de las Comoras (1989); Samuel-Kanyon Doe, Presidente de Liberia (1990); Mohammed Boudiaf, presidente de Argeli (1992); Melchior Ndadayé, presidente de Burundi (1993); Cyprien Ntaryamira, presidente de Burundi (1994); Juvénal Habyarimana presidente de Ruanda(1994); Ibrahim Baré Maïnassara, presidente de Níger (1999), Laurent-Désiré Kabila, Lider de Ruanda (2001); João Bernardo Vieira presidente de Guinea-Bisáu (2009) y Muamar el Gadafi , Presidente de Libia. Asesinado el 20 de octubre de 2011.

La ONU está en deuda con África.



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Manuel Gragirena

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

 manuelgragirena1@gmail.com

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