I.
Convencidos que solo una alfabetización nutricional sustentada en la verdad nos garantizará una Venezuela Saludable, cerramos está fase abriendo el debate sobre la conveniencia de limitar las comidas de origen animal.
No es suficiente ni responsable indicar la exclusión de las comidas de origen animal del menú regular venezolano, sin dar los argumentos correspondientes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, en el comunicado N° 240, publicado el 25 de Octubre de 2015, calificó a la carne procesada como "carcinógena para los humanos" y la carne roja como "probablemente carcinógena para los humanos". Ambos productos mortales.
La OMS reconoció el 7 de noviembre del 2017 que "La prescripción sistemática de antibióticos en las especies animales destinadas al consumo humano, ya sea para prevenir infecciones o para aumentar su crecimiento, se está convirtiendo en un importante problema de salud pública por los problemas de resistencia que generan posteriormente en el hombre". Realidad que se venia cuestionando desde finales del siglo XX, ya que una acción perversa consiste en suministrar antibióticos para incrementar el peso prematuramente.
Es innegable que todos los productos provenientes de granjas industriales tienen un buen porcentaje de residuos de antibióticos, hormonas para el crecimiento y hormonas del estrés de los animales, que van a parar al torrente sanguíneo de los consumidores.
También es un elemento de peso a considerar, la dieta sin comidas de origen animal que prescriben los médicos alópatas, a los pacientes con enfermedades degenerativas en estado grave o terminal.
II.
En el mundo occidental, donde la mayoría de su pueblo se rige por la lógica del capital con la imagen gringa de horizonte, "y que" para hacerse moderno, los alimentos se volvieron mercancía de origen animal industrializada y la sana alimentación dejó de ser un derecho a la vida humana que nadie defiende.
Hay datos que ratifican que el consumo de carne es directamente proporcional al sufrimiento de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (Hipertensión Arterial, Cardiopatía Isquemica, Ateroesclerosis, Diabetes Mellitus, Obesidad, Osteoporosis, Cancer, Enfermedades Hepáticas y Renales). Ejemplo, en India el consumo es de seis kgs/año per cápita y en EE.UU es de 122.
Se han aprobado grandes ideas de contexto mundial que ratifican la conveniencia de alejarse del consumo de alimentos de origen animal y de asumir el predominio vegetal. El 16 de Noviembre de 2010, la UNESCO reconoció la dieta mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un modo euroasiático de alimentarse con a) un alto consumo de vegetales (legumbres, frutas, verduras, frutos secos), pan integral y cereales (con el trigo como alimento esencial), el aceite de oliva, el vinagre y b) el consumo moderado,tanto de carnes ecológicas y como de vino.
Podemos decir con toda responsabilidad que Nuestra América también tiene dietas ancestrales y contemporáneas con rangos de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en base a Auyama, Frijol, Jojoto y Yuca como alimentos esenciales.
III.
Limitar las comidas de origen animal hasta llegar a su eliminación, es una decisión personal que tiene repercusiones en la salud del país.
En momentos de Guerra Económica en Venezuela, hay condiciones objetivas para asumir las dietas ancestrales, tanto por razones de salud como financieras.
Los precios especulativos que rigen la comida de origen animal son la excusa perfecta para: a) buscar alternativas saludables y mas baratas en los productos del campo y b) producir individual o colectivamente productos ecológicos.
Menos comida de origen animal mas salud humana.