De las luchas de clases a la mercancía a consignación

En el imaginario, la lucha de clases es un enfrentamiento huelguista entre la clase obrera, gente empobrecida y sudorosa, y la burguesía, los ricos, los dueños, los amos.

Cuando se habla de clase obrera se piensa erróneamente en los cargos de menor nivel en las estructuras jerárquicas de las empresas, cuando lo correcto es aplicar el concepto a los trabajadores inmersos en una estructura laboral y subordinados a ella. En términos simples, el obrero depende de un salario convenido y fijo, solo vende su tiempo y trabajo. Quienes vivimos de un salario somos obreros, sea cual sea el tipo de trabajo ejercido. Por contraste, quien depende de una relación cliente-proveedor no es un obrero. Se entiende entonces que los comerciantes y prestadores de servicios no son obreros, así su trabajo sea un esfuerzo físico significativo.

Lo anterior puede ampliarse o reducirse, es más, puedo aceptar que sea criticado al nivel de tacharlo como totalmente equivocado, eso no importa, pues mi interés es distinguir entre los trabajadores que se fijan sus ingresos y quienes estamos jodidos.

No vivimos una lucha de clases clásica entre un proletariado y una burguesía, sino entre quienes intentan vivir de un salario a cambio de un empleo ganado por una profesión adquirida por métodos académicos o por la experiencia en el hacer y quienes compran y revenden mercancías, sin colocar más valor agregado que la custodia, el traslado y la venta al detal. Es una lucha de clases, entre burócratas y comerciantes. Donde los productores intervienen aupando y azuzando la pelea y el gobierno está relegado al papel de un réferi de caimanera dominguera.

Ayer intenté comprar huevos y me pidieron 400 soberanos por medio cartón; mi reacción fue colérica. ¡No joda! grite espontáneamente. Cosa que molestó al señor que revende huevos y causó una acalorada discusión entre un obrero, con varios títulos universitarios, y un comerciante burgués, que al momento de la discusión estaba almorzando arroz con lentejas sentado en el brocal de la calzada, teniendo como vajilla un pote plástico de margarina de 400 gramos.

El señor es dueño de esa mercancía, se la compra a un "mayorista", y le pude sacar por información que pagará por cartón a 300, una vez vendidos, es decir los recibe a consignación con el compromiso de pagarlos en 24 horas. Por lo tanto por cada cartón gana más de dos y medio, una ganancia exorbitante, sin costos de local, ni impuestos, ni trabajadores…nada, además que los 10 o 20 cartones de huevos los vende en pocas horas.

¿Qué hacer? fue pregunta lanzada como título de un manual para hacer una revolución colectiva. Hoy es una pregunta que en lo individual solo tiene por respuesta convertirme a comerciante revendedor, otro burgués comercial tal vez. Pero desde el punto de vista colectivo tiene una respuesta re-revolucionaria, y a riesgo tildado de tirano me atrevo a explicarla en dos platos.

1. Necesitamos limitar el comercio a quienes cumplan con los códigos de comercio. Necesario es retomar el gran abasto, fortalecerlo, agrandarlo, hacerlo visible para que tenga asas como maniobrarlo. El mediano supermercado, legal y bien abastecido eliminará la mesita en medio de la calle.

2. Necesario es una red o mecanismo de distribución honesto, pero para que exista hay que desgajarla del proletariado, refugio donde se ha insertado para burlar libros contables y facturas.

El dilema que vivimos, aparte del miserable bloqueo para salvar al moribundo dólar, se debe comprender a partir de esquemas muy simples: 1) el gobierno no puede ir contra sus votos, razón por la cual quien burla los controles y conspira contra la ideología se sumerge en las catatumbas del pueblo, corrompiéndolo. 2) quienes son obreros natos se creen burgueses sin ser dueños de nada, fantasía que sexual que termina sometiéndolos a una relación de mercancía a consignación.

 



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Manuel Gragirena

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

 manuelgragirena1@gmail.com

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